La deuda global pública y privada ha llegado a un monto sin precedentes al punto de ser más de dos veces superior a la riqueza creada en el mundo, planteó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI explicó este miércoles que sin contar al sector financiero, el endeudamiento mundial se elevó a fines de 2015 a 152 billones de dólares, es decir 255 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nominal mundial.
“Los altos niveles de esta deuda son costosos porque en general conducen a recesiones financieras más marcadas y más largas que las recesiones normales”, estimó Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Presupuestarios del FMI.
Este aumento del endeudamiento responde principalmente al sector privado, que aprovechó a pleno la “era del dinero barato”, alimentada por políticas monetarias ultracomplacientes de los grandes bancos centrales.
“Una deuda privada excesiva constituye un gran freno a la recuperación mundial y un riesgo para la estabilidad financiera”, alertó Gaspar.
Los países vieron inflarse su deuda pública y sufren también de la coyuntura económica morosa que les impide reducir esa carga, comentó el FMI.
La deuda de Japón alcanzará el 250 por ciento de su PIB este año, la de Grecia el 183 por ciento mientras que la de Francia rozará el 100 por ciento, según las nuevas proyecciones del FMI.
Pesimismo para América Latina
El día de ayer, el Fondo confirmó su pesimismo hacia América Latina, al ajustar su previsión de crecimiento en 2016 de la región, arrastrada por un Brasil débil y una Venezuela sumida en crisis.
El FMI, que realiza esta semana su reunión anual en Washington, proyectó una contracción de 0.6 por ciento en el Producto Interno Bruto del conjunto de países latinoamericanos y caribeños. Eso significa una caída mayor al 0.4 por ciento previsto en julio.
“La actividad económica en América Latina y el Caribe sigue disminuyendo de velocidad”, señaló el FMI en su informe Panorama Económico Mundial.
En el caso de México, el débil desempeño de las exportaciones serán causantes de una crecimiento más lento de 2.1 por ciento, aunque se acelerará a 2.3 por ciento en 2017 a medida que el sector externo se recupere.
El organismo mantuvo sus perspectivas negativas para Brasil, que se contraerá 3.3 por ciento, y para Venezuela, protagonista de la peor crisis en la región, que caerá un astronómico 10 por ciento.
“En Brasil, la economía se sigue contrayendo, aunque a un paso más moderado, la inflación sobrepasa el margen de tolerancia del banco central y la credibilidad de las políticas ha sido abollada”, indicó el FMI.
En Venezuela, el organismo financiero espera que “se profundice” en 2016 y 2017 la crisis económica agravada por la prolongada caída de los precios del crudo que genera una sequía de divisas en un país petrolero que importa la mayor parte de lo que consume.