En el actual panorama laboral, el upskilling (mejora de habilidades) y el reskilling (adquisición de nuevas habilidades) han pasado de ser simples iniciativas a convertirse en requerimientos esenciales para el éxito empresarial y personal.
Al respecto, Nesim Issa Tafich, director general de Grupo SIMSA, una de las empresas de Torreón, Coahuila de mayor relevancia indicó que “las adaptaciones necesarias para afrontar los desafíos del mundo moderno no son solo una opción, son una obligación”.
Y es que la revolución tecnológica, la automatización y cambios económicos vertiginosos están creando un desajuste entre las habilidades que poseen los trabajadores y las que realmente demandan las empresas.
Según un estudio de Gallup elaborado en 2024, el 60% de los trabajadores busca mejorar sus habilidades para ser más efectivos en su trabajo. Este dato resalta la necesidad dentro de las compañías por crear programas de capacitación continua para favorecer el desarrollo profesional y la generación de talento calificado que dote de competitividad no solo a las empresas sino al país.
Los beneficios de invertir en capacitación son cuantificables: un estudio de PwC (2023) reveló que las empresas que implementan programas efectivos de formación pueden aumentar su productividad en un 25% y reducir la rotación de talento en un 17%.
Además, el informe del Instituto de Empresa de 2023 constató que las empresas que apuestan por el upskilling aumentan su eficiencia operativa en un 15%.
“No se trata solo de cumplir con las exigencias del mercado actual, sino de posicionarse estratégicamente para el futuro”, precisó Nesim Issa Tafich.
Compromiso con el desarrollo personal y profesional
El desarrollo personal también se ha constituido como un elemento clave en la atracción y retención de talento. El 51% de los colaboradores busca mejorar sus habilidades por razones de crecimiento personal, lo que refleja una nueva tendencia en la búsqueda de empleo.
Los equipos de Recursos Humanos enfrentan el reto de diseñar programas de capacitación que se alineen con las necesidades del negocio y las expectativas de los colaboradores. Entre los principales desafíos se encuentran:
- Identificación de brechas de habilidades: Evaluar qué competencias se requieren a corto y mediano plazo.
- Diseño de programas efectivos: Implementar formaciones prácticas y adaptadas a diferentes estilos de aprendizaje.
- Promoción de una cultura de aprendizaje: Fomentar la capacitación como una oportunidad de crecimiento y no como una obligación.
- Medición del impacto: Evaluar los resultados para asegurar un retorno de inversión positivo.
Con la creciente automatización y digitalización, casi el 70% de las empresas en México identifican la falta de competencias digitales como una barrera para el crecimiento, según Adecco. Esta realidad resalta la necesidad urgente de que los departamentos de Recursos Humanos tomen un rol proactivo en cerrar la brecha de habilidades.
“El upskilling y reskilling no son solo tendencias, son estrategias esenciales para el éxito sostenible de cualquier organización en el siglo XXI. La capacitación es una inversión estratégica que no solo incrementa la productividad, sino que fortalece la capacidad de adaptación ante los desafíos del futuro laboral a nivel global”, concluye Nesim Issa Tafich.
Al final, las empresas que desarrollen e implementen programas de upskilling y reskilling no solo asegurarán la relevancia de sus equipos, sino que también fomentarán un ambiente laboral más comprometido y productivo.