Por
primera vez en la historia, El Principito, obra escrita por Antoine de Saint-Exupéry, se tradujo al aymara,
una lengua indígena hablada por más de 2 millones de personas en las zonas
altas de los andes de Bolivia, Perú, Chile y Argentina.
La
tradicción fue publicada por el editor argentino Javier Merás y se integra de 95
páginas. Para la portada, el diseñador argentino Fabio Ares utilizó una fuente
tipográfica que reconstruyó de documentos provenientes de la Real Imprenta de
los Niños Expósitos, la única imprenta que existió durante el virreinato del
Río de la Plata.
El
encargado de la traducción fue Roger Gonzalo, catedrático de lengua aymara y
quechua de la Pontificia Universidad Católica de Perú y de la maestría de
Lingüística de la Universidad de Puno.
Gonzalo
realizó un arduo trabajo de dos años y señaló que en el caso de las palabras
que son culturalmente diferentes utilizó las del texto original, pero resaltadas
en cursivas; a pie de página aclaró su significado en aymara.
De
acuerdo con el catedrático, la tradición escrita en aymara tiene más de 400
años; sin embargo, se encuentra en un periodo de vulnerabilidad porque los hablantes
de la lengua deciden no usarla ni enseñársela a los niños. Y el impulso estatal
para promover la lengua a través de los servicios de educación, salud y
justicia, dijo, no es suficiente.
La
nueva edición de El Principito incluye dibujos en blanco y negro y en color,
además de un mapa esquemático con la zona de influencia lingüística del aymara,
según los hablantes, y un texto de Gonzalo sobre los criterios de traducción
utilizados.