En un ensayo ahora seminal de 1994 intitulado “Aquí llegan los hombres del espejo”, el escritor y periodista inglés Mark Simpson acuñó el término “metrosexual”. El metrosexual estaba interesado en la moda y los adornos de su propia apariencia; le gustaba verse bien y sentirse bien, demostrando que los hombres podían, sin vergüenza, ser esclavos de su propia imagen.
El movimiento alcanzó su apogeo en 2002, en un artículo de Salon.com en el que Simpson usó al ex capitán de la selección inglesa de fútbol David Beckham como el ejemplo máximo de un hombre metrosexual. Ahora, cree él, la generación metrosexual ha sido sustituida por una variedad más agresiva y poderosa: los depornosexuales, una fusión de pornografía y deporte en un cuerpo perfectamente torneado por incontables horas en el gimnasio, hombres que ven sus propios cuerpos como accesorios de moda.
Y así como David Beckham fue el abanderado de los metrosexuales, Simpson eleva a Cristiano Ronaldo, la estrella del Real Madrid, como el icono depornosexual.
Newsweek Europa le pidió que esclareciera el fenómeno.
¿Qué significa exactamente “depornosexual”?
El depornosexual es un hombre que ha martillado y modelado su propio cuerpo hasta hacerlo una mercancía caliente, arrancada, inyectada, dibujada y vagamente lasciva en la fábrica del siglo XXI: el gimnasio. Es un hombre que aspira a ser el máximo héroe masculino del siglo XXI: un modelo de portada de Men’s Health.
¿Cómo se ubica uno? No se puede. Su cuerpo poco vestido te ubica, y luego exige que lo mires, que admires sus glúteos y armas y su pasmosamente bajo porcentaje de grasa corporal. El depornosexual es ese varón irritante que quiere y no puede ser modelo glamoroso y acapara tus muros de Instagram y Facebook. Pero al que, extrañamente, todavía no te has decidido a dejar de seguir.
¿Cómo difiere el “depornosexual” del metrosexual”?
La depornosexualidad es una metrosexualidad de segunda generación. Una forma más “explícitamente” sexualizada y centrada en el cuerpo de la metrosexualidad. El depornosexual no quiere que lo amen solo por su guardarropa, piel limpia y barba arreglada. Quiere que lo deseen por su cuerpo, algo en lo que ha trabajado muy duro para convertirlo en el accesorio máximo.
¿Por qué el metrosexualismo desapareció para ser remplazado por este concepto más nuevo?
Los hombres ya no “actúan”, mientras las mujeres se “aparecen”. Los hombres hacen muchas apariciones hoy en día. La vanidad masculina y el uso de productos ya no es un gran asunto; en un mundo visual y de medios sociales, los hombres deben tener consciencia de imagen o de lo contrario simplemente… desaparecen.
Sin embargo, como el deseo masculino de ser deseado —lo cual es el núcleo egotista de la metrosexualidad— es tan normal por estos días, simplemente se da por sentado, especialmente entre la generación más joven. Tiene poco sentido “tachar” a alguien de “metrosexual” cuando todos lo son. De la misma manera, y un poco paradójicamente, ser metrosexual no es lo que te hace resaltar por estos días. En cambio, ser depornosexual sí. Después de todo, ¿qué atrae más la vista que un porno vivo, andante y hablante?
¿Cómo la cultura del siglo XXI ha llevado al surgimiento del “depornosexual”?
La metrosexualidad fue moldeada en gran medida por las revistas de modas y la publicidad en la década de 1990. Luego, en la década de 2000, la cultura de las celebridades, l TV de realidad y Beckham y compañía la pusieron en órbita. Por otra parte, la depornosexualidad es moldeada en gran medida por los medios sociales obsesionados con las selfies, en donde los jóvenes están ocupados comparando sus cuerpos. Gracias a los teléfonos inteligentes se puede ser el director y la estrella de tu propio programa de TV de realidad.
¿Cuál es la conexión con el deporte? ¿Se trata solo de ponerse en forma, o hay un elemento de narcisismo, sobre ponerse en forma para verse bien en vez de sentirse bien?
Bueno, ir al gimnasio es un tipo de deporte. Y podría decirse que la pornografía también es un tipo de deporte, y ya no solo un deporte para espectadores. La depornosexualidad es la interfaz entre ponerse en forma y la sexualidad, sentirse bien y verse bien, actividad y pasividad, heroísmo y cachondez.
Los deportistas han tenido un papel importante en la promoción de la depornosexualidad, con muchos de ellos apareciendo en calzoncillos en las portadas de revistas —incluidas revistas gays— y en los costados de autobuses en ropa interior. Muchos de ellos también usan avatares con el torso descubierto en los medios sociales, los pícaros.
Ellos no consideran a sus cuerpos como solo una “herramienta” para su oficio deportivo; ellos también maximizan absolutamente su potencial estético/sexual. El entusiasmo por convertirse uno mismo en objeto es una parte importante de la depornosexualidad.
¿Por qué escogió a Cristiano Ronaldo como ejemplo? ¿Cómo alguien como Ronaldo se diferencia del hombre que usted popularizó como el máximo metrosexual, David Beckham?
Aun cuando Beckham nunca tuvo reparo en quitarse la ropa, y era por supuesto un atleta, su cuerpo nunca fue tan musculoso. Él no se ve como si pasara mucho tiempo en el gimnasio. Por otra parte, Ronaldo está totalmente marcado y fornido, y encaja por complejo en ese formato publicitario. Uno se pregunta si anota goles solo para que pueda quitarse la camisa y flexionar para la multitud ansiosa. Como muchos varones de la generación más joven, Cristiano parece estar muy consciente de su cuerpo como un objeto sexualizado y muy dado a ampliar ese efecto.
En resumen: Becks, ahora de 40 años, es metrosexual; Ronaldo, de 31 años, es depornosexual.
¿Hay algo en el fútbol que encaje especialmente en su término? Al exigir que un cuerpo sea atlético y musculoso pero no abiertamente, definido pero flexible… ¿el futbolista sería el ideal del movimiento?
Los futbolistas en el Reino Unido no solían ir al gimnasio. En las décadas de 1970 y 1980 algunos pasaban la mayor parte de su tiempo en el pub. Muchos de ellos ni siquiera tenían torsos. La transformación de hoy día es muy asombrosa.
Dicho esto, los gimnastas probablemente encarnen el ideal de muchas maneras, con sus músculos definidos y desarrollados por mover sus cuerpos perfectos por el aire donde podemos verlos en verdad muy bien. Después de todo, la palabra “gimnasia” deriva del griego para “ejercicio desnudo”.
El fútbol, por supuesto, tradicionalmente tiene muchos más seguidores en el mundo que la gimnasia, el cual no es precisamente el deporte de equipo más grandioso. Por lo tanto Ronaldo, quien tiene el cuerpo de un gimnasta y también es uno de los mejores futbolistas del mundo, es una combinación tan llamativa, y por qué sin duda está persuadiendo a una generación de hombres jóvenes de que necesitan hacer más abdominales.
¿El depornosexual busca llamar la atención del sexo opuesto, o su sexualidad es más fluida?
El depornosexual usualmente prefiere las mujeres en la cama, pero no le importa quién disfrute de su cuerpo en público. Su cuerpo es un castillo inflable adulto para los ojos. Todos están invitados. Él en ocasiones podrá parecer un poco matón, pero todavía es un galán. Siempre está echando un ojo para ver quién le está echando un ojo.
De hecho, la admiración de otros hombres a menudo es atesorada de manera especial porque los otros hombres tienen más posibilidades de entender cuánto tiempo y sudor se ha puesto en conseguir esos bíceps. O cuidado. Sin importar cuán hétero sea, un depornosexual usualmente no es demasiado remilgoso con respecto a la homosexualidad. Después de todo, su cuerpo anuncia un entendimiento y estudio profundos del atractivo sexual del cuerpo masculino. De hecho, él a menudo se ve como una estrella porno gay solo por la paga. O de hecho es una.