Un grupo de agentes estadounidenses confrontaron este lunes 1 de noviembre a un centenar de migrantes venezolanos en la frontera con México. Usaron munición de “gas pimienta” contra ellos porque “se volvieron combativos y físicamente agresivos”, informó este martes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Un centenar de migrantes venezolanos iniciaron una protesta en la frontera norte de México cuando fueron repelidos por agentes fronterizos estadounidenses, constató la AFP.
“Los informes preliminares indican que varias personas se volvieron combativas y físicamente agresivas, lo que resultó en el despliegue de municiones de balas de pimienta”, afirmó este martes Chris Magnus, director de la CBP, en un comunicado.
Se trata de “un sistema, menos que letal, que los agentes están capacitados para usar para protegerse a sí mismos y a otros de un ataque”, señaló Magnus, y añadió que la Oficina de Responsabilidad Profesional “está examinando este incidente”.
A su vez, indicó que fueron cientos de migrantes venezolanos quienes “intentaron entrar a Estados Unidos sin autorización a lo largo del límite internacional de río Grande”.
EXIGEN INVESTIGACIÓN EXHAUSTIVA DEL ATAQUE A MIGRANTES VENEZOLANOS
En un comunicado, Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR), exigió una investigación exhaustiva sobre lo ocurrido y pidió “a las autoridades de inmigración que actúen con justicia en lugar de dar la espalda a las personas, familias, mujeres y niños que tienen derecho a solicitar asilo”.
“La Red Fronteriza por los Derechos Humanos insta a una pronta y transparente investigación de la situación, denunciando el uso de la violencia para resolver la crisis migratoria en la frontera sur”, añade.
Fernando García, dijo, “una vez más, somos testigos de la problemática y frustrante crisis humanitaria en la frontera entre Estados Unidos y México que desencadena conflictos y violencia innecesaria.
El BNHR condena la violencia y el uso de la fuerza contra los inmigrantes y solicitantes de asilo, pero también la violencia en general, independientemente de quién la haya generado. La violencia y la confrontación nunca se justifican. Especialmente contra aquellos que ya están huyendo de la violencia y la persecución y llegan a nuestras fronteras con nada más que la esperanza de una oportunidad justa de solicitar asilo”.
Mencionó que muchos de estos migrantes están escapando de situaciones peligrosas creíbles en sus países de origen que los calificarían para asilo, y “las autoridades de inmigración de los Estados Unidos simplemente están ignorando su súplica humanitaria”. N
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