El 30 de abril Vietnam montó una enorme celebración para conmemorar el cuarenta aniversario del fin de su prolongada guerra con Estados Unidos. Miles de soldados, marinos, policías, bomberos y estudiantes desfilaron por las calles de Ciudad Ho Chi Minh (antes Saigón), empuñando banderas y flores. Y en la escalinata del Palacio de la Reunificación, la antaño espléndida residencia del presidente sudvietnamita respaldado por Estados Unidos, se rindieron honores a los envejecidos “héroes de la Revolución”.
Uno de los héroes ausentes era Pham Chuyen, personaje poco conocido, aunque clave en la “guerra estadounidense”, como han dado en llamarla los vietnamitas. El exespía comunista expiró tranquilamente en su lecho en noviembre pasado, a la edad de noventa y tres años. Aquella muerte, en una desvencijada vivienda en el sureste de Hanói, pasó sin pena ni gloria fuera de Vietnam, a diferencia de la de algunos de sus camaradas más ilustres, quienes lograron infiltrar los niveles más altos del gobierno de Vietnam del Sur.
Con todo, según una serie en cuatro partes publicada en abril en un desconocido diario militar de Hanói, Pham fue un doble agente crucial durante la guerra para un operativo que, a lo largo de una década, condujo a la captura o muerte de decenas de agentes de la CIA y espías militares estadounidenses. Merle Pribbenow, veterano de veintisiete años con la CIA, quien ha dedicado sus años posteriores al servicio a traducir materiales comunistas vietnamitas, proporcionó a Newsweek la traducción de dichos reportajes.
Presentada aquí por primera vez fuera de aquel país, la serie se basa, parcialmente, en dos libros de expertos estadounidenses que fueron publicados hace décadas. No obstante, al desclasificar parte de su documentación de tiempos de guerra, Hanói esclarece cómo su servicio de inteligencia logró neutralizar casi cada operativo montado en su contra por la CIA y, posteriormente, por una organización militar estadounidense ultrasecreta conocida por su acrónimo MACV-SOG (Military Assistance Command Vietnam/Studies and Observations Group; Comando Militar de Asistencia en Vietnam/Grupo de Estudios y Observación). “[Entre 1961 y 1970] nuestras fuerzas de seguridad utilizaron espías que la CIA envió a Vietnam del Norte para lograr que enviara equipos y muchos más grupos comando a Vietnam del Norte”, decía el informe de An Ninh The Gioi (Seguridad Mundial). “Matamos o capturamos a todos esos espías y comandos.”
Muchos de ellos cayeron en las trampas gracias a Pham, exiliado norvietnamita en Saigón a quien la CIA había reclutado en 1961 para regresar al norte y espiar en su país. Sin embargo, poco después de tocar puerto en Hai Phong, fue capturado y convertido en doble agente por la Oficina de Seguridad Pública de Vietnam del Norte, servicio de inteligencia temible y poderoso inspirado en la KGB soviética.
La CIA y el Pentágono ya habían reconocido que, en la década de 1960, casi todas sus operaciones en el interior de Vietnam del Norte habían sido rápidamente vulneradas. En su libro de 1999,The Secret War Against Hanoi, el historiador de seguridad nacional Richard H. Shultz Jr. afirma que un programa secreto del Grupo de Estudios y Observación del Ejército (sito en Saigón) trató de aprovechar esa situación. Para ello, la unidad dejó caer en paracaídas efectivos comunistas capturados en territorio norvietnamita, llevando consigo mapas y documentos incriminatorios cosidos a la ropa, a veces sin que lo supieran, con la esperanza de que los atraparan. “La idea era que los norvietnamitas pensaran que teníamos una enorme red de espías operando allá”, dijo Wayne Tvrdik, exoperativo MACV-SOG entrevistado porNewsweek. Casi todos los hombres enviados al norte fueron capturados y ejecutados.
Durante años, el papel de Pham y hasta su lealtad fueron un misterio, al menos para un agente de inteligencia estadounidense implicado en la operación. “Por supuesto, lo conocí”, escribió el finado Sedgwick Tourison, exagente de inteligencia militar estadounidense en Saigón, en su libro Secret Army, Secret War (1995). “Lo reclutamos y enviamos de vuelta a Vietnam del Norte en 1961. Siguió en contacto con nosotros hasta 1969, por lo menos; pero nunca estuve seguro de si trabajaba para nosotros o para el norte.”
Con todo, un exoficial de operaciones de la CIA en Saigón dijo a Newsweekque, casi desde el inicio, llegó a la conclusión de que Pham (nombre código “ARES”) se había convertido en doble agente. “ARES era un agente solitario infiltrado en Vietnam del Norte por la agencia”, explica Walter McIntosh, exjefe de operaciones de la CIA en Vietnam. “Fue puesto a las órdenes de MACV-SOG, que no detectó que había caído bajo el control norvietnamita.” McIntosh recuerda haber estado tan seguro de la duplicidad de Pham que rehusó a colaborar en más misiones para reabastecerlo. No obstante, los operadores de MACV-SOG siguieron creyendo en Pham, dice McIntosh y, en consecuencia, “doce hombres murieron mientras lo reabastecían con materiales de espionaje” en Vietnam del Norte.
Según el relato de Seguridad Mundial, los adiestradores de Pham en Hanói crearon más de trescientos informes de inteligencia falsos para que los enviara a Saigón, incluyendo coordenadas cartográficas equivocadas sobre sitios de misiles, puentes, líneas ferroviarias, fábricas y otros importantes objetivos para aviones de guerra estadounidenses. También idearon astutos métodos de radio con la finalidad de acallar en Saigón cualquier sospecha de que Pham era controlado por los comunistas, y transmitía informes falsos sobre cómo evitaba ser capturado. Entre tanto, Pham informaba con regularidad que confiscaban sus equipos, orillando a MACV-SOG a enviar nuevas misiones de reabastecimiento al norte, las cuales concluían con la muerte o captura de más agentes.
Una entrega del provocativo relato de Hanói lleva el título “Diez años tomándole el pelo a la CIA”, lo que indica que Pham era una especie de maestro del espionaje cuando, en realidad, no era más que una masa de arcilla, primero en manos estadounidenses y, luego, de la agencia de espionaje norvietnamita.
Su improbable carrera al estrellato encubierto comenzó a fines de la década de 1950, cuando se desilusionó con la versión del comunismo imperante en Vietnam del Norte. Reportero insatisfecho y cantante folclórico, sus persistentes quejas públicas muy pronto llamaron la atención de los funcionarios de seguridad y, poco después, fue pillado en una aventura extramarital que terminó por expulsarlo del Partido Comunista de su localidad. “Debido a sus actos de oposición”, revela el nuevo informe de Hanói, “se hizo necesario procesarlo legalmente, pero Chuyen escapó y desapareció en julio o agosto 1959.”
Llegó a Saigón en 1960, época en que la CIA y la agencia de espionaje del Ejército estadounidense, en combinación con la unidad de inteligencia ultrasecreta del despacho presidencial de la presidencia sudvietnamita, se preparaban para emprender ambiciosas operaciones de espionaje y sabotaje contra el norte. Había gran demanda de agentes potenciales, de modo que la llegada del norvietnamita Pham llamó su atención rápidamente y, con sus pocas opciones, el fugitivo no pudo resistir las ventajas que ofrecía el reclutamiento.
La primera semana de abril de 1961, Pham viajó al norte y llegó a un poblado costero de pescadores, ubicado a unos cincuenta y siete kilómetros al sureste de Hanói. Según el relato de Seguridad Mundial, un aldeano notó de inmediato el barco desconocido. “Uno de nuestros informantes secretos… avisó que había ido a la casa de la madre de Chuyen.”
Mientras charlaba con el espía local, Pham bajó la guardia y dijo “la verdad, que había regresado para hacer operativos” contra Vietnam del Norte. Pocos días después, las fuerzas de seguridad lo capturaron, confiscaron su radio y otros materiales de espionaje. Manipulado cuidadosamente por sus captores, Pham se transformó en doble agente.
Si hay un maestro del espionaje en este relato es el adiestrador de Pham, Nguyen Tai, inmortalizado enDecent Interval, memorias no autorizadas del exanalista de la CIA Frank Snepp. Nguyen fue un prominente espía comunista del área de Saigón entre 1966 y 1970, cuando agentes sudvietnamitas y de la CIA lo capturaron y sometieron a incesantes y brutales interrogatorios. A lo largo de cinco años, frustró repetidas veces a sus carceleros con una interminable serie de relatos ficticios que ocultaban su verdadera identidad y los nombres de sus colegas espías. En su libro, Snepp especula que, conforme las fuerzas comunistas comenzaron a cercar Saigón, en la primavera de 1975, sus interrogadores decidieron asesinarlo en su celda.
Pero “Snepp se equivocaba”, escribió Pribbenow en el sitio web de la CIA, en 2007. “El prisionero sobrevivió.” Liberado por sus compatriotas, “desempeñó otros cargos importantes” al finalizar la guerra, “incluido el de miembro electo de la nación reunificada en la Asamblea Nacional de Vietnam”, afirmó Pribbenow. Y en 2002, el gobierno revolucionario lo distinguió con su título más enaltecido, “Héroe de las Fuerzas Armadas Populares”. Entre sus logros: dirigió la brillante operación de doble agente de Pham durante los primeros tres años. En 2002, Snepp actualizó su obra para reflejar la supervivencia de Nguyen.
Pribbenow asegura que la fallida tortura de Nguyen debería servir de advertencia a los interrogadores de la CIA responsables de someter a los musulmanes radicales y demás fanáticos de nuestros días. “No soy moralista. La guerra es un asunto nefasto y nadie puede combatir una guerra sin ensuciarse las manos”, escribió en 2007. “No obstante, hay límites a los que no podemos ni debemos llegar si queremos seguir llamándonos estadounidenses.”
Con todo, la historia de Pham debiera ser aleccionadora para quienes sostienen que la CIA ha tenido poco éxito en sus operaciones de espionaje contra enemigos como China, Irán, el Estado Islámico, sugiere Pribbenow. Igual que esos “objetivos duros”, Vietnam del Norte tenía enormes redes de seguridad interna e informantes en cada esquina. Era “una pesadilla para quienquiera que intentara realizar operaciones clandestinas de cualquier índole”, afirma Pribbenow. Hanói tenía “organizaciones de seguridad pública y ‘milicias/autodefensas’ que se extendían en los poblados y aldeas”. Además, “todos se conocían perfectamente, y cuando aparecía un extraño, los demás se enteraban de inmediato”. Lo mismo sucede en China, Irán y el territorio que controla el Estado Islámico.
Pham jamás mostró arrepentimiento por haber colaborado con los antes odiados comunistas en el asesinato de agentes del sur, donde anhelaba vivir. Sin embargo, murió sorprendido de saber que Tourison, uno de los estadounidenses con quien más relación tuvo en Saigón, no supiera a qué bando perteneció. “Es realmente increíble”, escribió Pham en sus memorias personales para el servicio de inteligencia. “Eso significa que Tourison y la CIA de Vietnam del Sur fueron derrotados por el Servicio Público norvietnamita, y que Estados Unidos fue derrotado por la República Democrática de Vietnam.”
Jeff Stein, corresponsal de seguridad nacional para Newsweek, es autor de ‘A Murder in Wartime: The Untold Spy Story That Changed the Course of the Vietnam War’ (St. Martin’s Press, 1992).