Cuando entra en el quirófano, el Dr. Amandeep Bhalla se olvida por completo del mundo exterior. No atiende llamadas telefónicas ni responde mensajes MyChart ni tiene que apegarse a un calendario estricto. Su única prioridad es la persona que yace en la mesa de operaciones. El corazón que late. Los pulmones que respiran. Las manos que alguien en la sala de espera anhela volver a estrechar. Aquí la pregunta es: ¿por qué los pacientes confían en los cirujanos?
Bhalla piensa un momento en su hija recién nacida. En sus ancianos padres. En todas y cada una de las vidas que se entrecruzan con la que yace, inconsciente, en su mesa de operaciones. Toda la confianza que descansa sobre sus hombros es un “honor tremendo”, un “privilegio indescriptible”, confiesa el cirujano durante una entrevista con Newsweek desde su consultorio en Long Beach, California. Y, para él, nada es más importante que ser digno de esa confianza.
“Cuando entramos en la sala de operaciones lo único que importa es esa persona anestesiada”, agrega Bhalla.
LOS CIRUJANOS PASAN A SER CONOCIDOS PARA LOS PACIENTES
Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, cada año se realizan en todo el mundo unos 235 millones de intervenciones quirúrgicas para una amplia gama de afecciones en pacientes de todas las edades. Todas esas personas ceden el control de sus cuerpos (y, a menudo, sus vidas) a un médico que, muchas veces, era un perfecto desconocido hasta poco antes del procedimiento quirúrgico.
Esa fe ciega es cada vez más rara en la industria de la atención de la salud que, año con año, registra una creciente pérdida de confianza. En 2023, una encuesta de Gallup sobre “Honestidad y ética” reveló, por ejemplo, que 56 por ciento de las personas que viven en Estados Unidos calificaron la honestidad y los estándares éticos de los médicos como “altos” o “muy altos”. Este porcentaje representa una caída de 9 puntos respecto de los resultados de 2019.
Lo interesante es que, a pesar de la menguante confianza, los cirujanos están más ocupados que nunca. Miles de centros de cirugía ambulatoria empiezan a aparecer por todas partes, y a decir de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, los procedimientos cosméticos reflejaron un incremento de 19 por ciento durante el periodo de 2019 a 2022. Es más, algunos procedimientos electivos registraron tasas de crecimiento particularmente elevadas durante ese lapso; incluida la mamoplastia de reducción [cirugía de reducción de senos], que tuvo un incremento de 54 por ciento en dicho periodo.
EL SISTEMA DE SALUD ABRIÓ BRECHAS ENTRE LOS PACIENTES Y SUS CIRUJANOS
Las redes sociales se cuentan entre los mejores aliados de la cirugía plástica, gracias a que los testimonios en línea están disipando el estigma que suele acompañar los procedimientos cosméticos. Con todo, la cirugía plástica no es el único campo quirúrgico que ha repuntado. Aunque a partir de marzo de 2020 la pandemia de covid-19 ocasionó la cancelación de todos procedimientos electivos en casi todas las especialidades quirúrgicas, ese tipo de intervenciones se reanudó rápidamente en el otoño del mismo año y volvieron a sus niveles originales e incluso, en ciertas especialidades, superaron las tasas previas a la pandemia.
Aun cuando la OMS y Unicef atribuyeron al covid-19 el “mayor retroceso en las tasas de vacunación rutinaria jamás registrado en las últimas tres décadas”, los pacientes no vacilaron en regresar en masa a las salas de operaciones. Y mientras que muchas personas optaron por ignorar la advertencia de los médicos de atención primaria de no utilizar antiparasitarios para combatir el virus, buena parte de la población cedió a los cirujanos la autoridad médica para ponerlos bajo anestesia.
PROFESIONALES PERSONALIZADOS: LA RELACIÓN ENTRE CIRUJANOS Y PACIENTES
¿Qué saben los cirujanos que el resto del mundo médico desconoce? ¿Es posible que sus manos sean tan “mágicas” que infunden total certidumbre? No es cuestión de magia, aseguran los entrevistados consultados por Newsweek para este reportaje. Todo se reduce al “tacto”.
En tanto que el sistema de salud actual ha abierto brechas casi abismales entre los pacientes y sus médicos, la cirugía exige que esos profesionales de la salud cierren esa distancia y conozcan al paciente tanto por dentro como por fuera. En otras palabras, los cirujanos son “profesionales personalizados” en un mundo cada día más impersonal, y —a decir de médicos, pacientes y expertos de la industria— esa intimidad da pie a la confianza.
EL EFECTO TIKTOK
La Dra. Tiffany Perry es una neurocirujana del hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles y se cuenta entre los 150 cirujanos de columna más importantes de Estados Unidos (según la clasificación Newsweek más reciente sobre los Mejores Cirujanos de Columna de Estados Unidos). Desde 2016 —excepto por una breve pausa durante la pandemia—, Perry ha dedicado dos semanas de cada año a operar en Uganda, donde la población tiende a respetar más la opinión de los profesionales médicos.
“Es como volver al pasado, a una época muy anterior a la que tenemos aquí [en Estados Unidos]”, explica Perry. “Los ugandeses no viven en el ambiente consumista actual, con abundancia de recursos y educación, con todas las posibilidades al alcance de la mano”.
Los pacientes que atiende en Estados Unidos llegan a su consultorio con páginas repletas de preguntas tras haber revisado sus resultados de laboratorio en la aplicación de registros médicos MyChart, y cuestionan todos los detalles de sus casos. Muchas veces conocen a alguien que quedó paralizado después de una cirugía de columna, o incluso saben de personas que siguen teniendo dolor después del procedimiento. Rodeados de tanto ruido, lo que sus pacientes ansían es entender su situación y obtener respuestas tranquilizadoras.
Por su parte, Perry prefiere esos interrogatorios a una confianza ciega, e insiste en que “ninguno de nosotros merece una confianza implícita. Tenemos que ganárnosla”. Por ello, la neurocirujana brinda a sus pacientes un espacio donde plantear inquietudes, y dedica todo el tiempo que haga falta para despejar dudas. El problema es que, hoy día, las comunidades están inmersas en un escepticismo “desenfrenado”, de manera que los cirujanos deben esforzarse mucho más para ayudar a los pacientes a superar sus temores, afirma Perry.
LA INFORMACIÓN ENGAÑOSA PARA PACIENTES ES UN PROBLEMA PARA LOS CIRUJANOS
A decir de los hallazgos de Edelman Trust Barometer, parte de ese escepticismo es consecuencia de la pandemia de covid-19. En 2022, casi la mitad de los 1,000 encuestados afirmó que la pandemia había socavado su confianza “en la capacidad del sistema de atención médica para hacer frente a crisis sanitarias importantes”, y otro 55 por ciento manifestó el temor de que la ciencia médica esté “convirtiéndose en un instrumento para impulsar una agenda política específica”.
Entre tanto, el uso de las redes sociales ha alcanzado niveles históricos, lo que ha facilitado, increíblemente, el acceso y la divulgación de información engañosa. Así, por ejemplo, la confianza de las personas en su capacidad para tomar decisiones de salud bien informadas se desplomó 10 puntos porcentuales entre enero de 2017 y marzo de 2022 (según los resultados de la encuesta Edelman), mientras que los respondedores no vacunados manifestaron confiar más en las búsquedas en internet, en las opiniones de amigos y familiares, y hasta en la “no información” que en el asesoramiento médico.
LOS INFLUENCERS DE SALUD
Es más, una encuesta de 2022 que corrió a cargo de CharityRx reveló que casi una de cada cinco personas confiaba más en los “influencers” de salud que en los profesionales de la medicina y que hasta 20 por ciento de quienes buscan tratamiento para un problema de salud recurren a TikTok antes que a un médico.
“Estamos ante una enorme asimetría de información”, reconoció Bhalla, quien trabaja en el Centro Médico MemorialCare de Long Beach, California, y figuró en la reciente clasificación de Newsweek de los Mejores Cirujanos de Columna de Estados Unidos. “Los últimos años han incrementado el acceso a la web y a las redes sociales, de modo que ahora hay más desinformación, más información dependiente de los mercados, y muchos más materiales provenientes de fuentes poco confiables. En mi opinión, eso ha agravado la confusión del público y dificultado la posibilidad de generar confianza [en los profesionales de la salud]”.
LA CONFIANZA REQUIERE DE TIEMPO
Mientras los pacientes se ahogan en un pozo sin fondo de “información de salud”, muchos médicos están sedientos de tiempo. Y esto se ha convertido en un problema, afirma el Dr. Louis Bucky, quien se cuenta entre los 30 especialistas en mamoplastia de aumento, liposucción y blefaroplastia (cirugía de párpados) de Estados Unidos y figura en la reciente clasificación de Newsweek sobre los Mejores Cirujanos Plásticos de Estados Unidos.
“Nuestros pacientes acuden a consulta con muchísima información, correcta y no”, afirma Bucky desde su consultorio en Filadelfia. “Eso nos obliga a dedicar mucho tiempo a confirmar su información o a explicar las imprecisiones”.
En estos momentos, la mayoría de los profesionales de la salud no dispone del tiempo necesario para acceder tanto a los datos de los expedientes médicos electrónicos como la abrumadora información de las compañías de seguros antes de proceder al proceso de autorización. Por ejemplo, según un estudio publicado en 2022 en la revista Journal of General Internal Medicine, un médico de primer nivel tendría que trabajar alrededor de 26.7 horas diarias para cumplir con los requisitos de las aseguradoras y documentar correctamente la atención brindada a una población promedio de 2,500 pacientes.
DEBEN INTERESARSE EN SUS VIDAS
Y, no obstante, para el paciente que ha debido esperar semanas para conseguir cita, la aparente premura del médico tratante no es más que una muestra de apatía. Si bien la confianza suele reducirse a que “el proveedor perciba [al paciente] como una persona”, dice Caitlin Donovan —directora sénior de contacto y comunicación en la National Patient Advocate Foundation—, los pacientes esperan que el médico se tome el tiempo para interesarse en sus vidas y desarrollar un plan de tratamiento personalizado, en vez de limitarse a hacer contacto visual para luego garrapatear una receta y enviarle una costosa factura.
HA EVOLUCIONADO EL PROCESO DE FACTURACIÓN
“Es muy común que [los pacientes] vean al médico durante un máximo de 15 minutos, siempre conscientes de que ellos mismos o sus aseguradoras tendrán que pagar una cuenta de cientos de dólares”, prosigue Donovan. “La mayoría de los pacientes desconfía mucho del sistema médico, simplemente por la manera en que ha evolucionado el proceso de facturación, y porque los elevados costos no se ven reflejados en sus resultados de salud”.
Aquí entra en juego la internet, con sus servicios gratuitos y acceso 24/7. Aun cuando mucha gente sabe que TikTok no es lo mismo que un profesional médico, los usuarios pueden obtener información más completa e inmediata que los pacientes que acuden a una entrevista médica, comenta Kristin Lunz Trujillo, profesora asistente de ciencias políticas en la Universidad de Carolina del Sur, donde investiga la desinformación y la actitud general hacia la salud.
Más allá de que la información sea precisa o no, “al menos es fácilmente accesible”, añade Lunz Trujillo. “Y eso es algo que [los pacientes] pueden controlar o poner a prueba, en tanto que el sistema médico presenta obstáculos que muchas veces no pueden superar o les quita el control”.
EL “LUJO” DE ESCUCHAR
A pesar de la facilidad que brinda la internet, muchos siguen optando por la experiencia que aporta el médico. Por eso cada vez más profesionales de la salud están haciendo la transición hacia algo denominado “medicina de conserjería” (equivalente al médico de cabecera), la cual permite que los profesionales de la salud dediquen más tiempo y atención a una cantidad limitada de pacientes. Gracias a que esas personas pagan miles de dólares en honorarios anuales, el médico puede concentrarse en una cantidad limitada de casos y recortar sus costos administrativos, a cambio de brindar más tiempo a sus pacientes y proporcionar una experiencia más personalizada.
La accesibilidad es uno de los grandes atractivos de la medicina de conserjería. Según algunos modelos de este tipo de atención médica, los pacientes pueden contactar con el médico en cualquier momento. Y ello es un beneficio de lo más atractivo, ya que el dolor no espera hasta la siguiente cita disponible. El Dr. Vinay Kamat —quien en 2020 introdujo la medicina de conserjería en el sistema BJC HealthCare, con sede en St. Louis—, dice a Newsweek que siempre está disponible a sus pacientes, e incluso los visita cuando se encuentran hospitalizados.
ATENCIÓN DE CONSEJERÍA
Este modelo brinda a Kamat el tiempo necesario para generar confianza y compartir conocimientos médicos con sus pacientes. Aunque, a todas luces, la era digital ha ocasionado que sus clientes tengan muchas más preguntas que antes, Kamat considera que un aspecto importante para su labor como profesional de la salud es proporcionar respuestas que ayuden a las personas a tomar decisiones informadas.
La atención de consejería va implícita en las especialidades quirúrgicas, ya que se trata de un entorno naturalmente íntimo que requiere de muchas horas de trabajo práctico y que, además, vincula al cirujano directamente con los resultados de salud. En otras palabras, a menos de que se trate de una emergencia, nadie se somete a una operación después de escasos 15 minutos de consulta.
HASTA 90 MINUTOS ININTERRUMPIDOS DE CONSULTA
Es común que los cirujanos plásticos atiendan, sobre todo, las necesidades estéticas de sus pacientes, de modo que no tienen que lidiar con compañías de seguros ni cuotas de atención clínica, explica la Dra. Ashley Amalfi, presidenta del comité de redes sociales y del foro de cirugía plástica femenina en la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, y quien ejerce su práctica profesional en el Centro Quatela de Cirugía Plástica en Rochester, Nueva York, y calificó entre los 185 especialistas en mamoplastia de aumento en la reciente clasificación de Newsweek sobre los Mejores Cirujanos Plásticos de Estados Unidos.
Cuando lo considera necesario, Amalfi dedica a sus pacientes hasta 90 minutos ininterrumpidos de consulta, durante la cual controla cada aspecto de la interacción, desde el aroma que impregna el consultorio hasta la música de fondo.
“Podría decirse que hemos dejado de lado la frialdad del entorno médico para convertirnos en parte de la industria de hospitalidad”, bromea Amalfi. Y la Dra. Perry parece compartir esta opinión, pues dice a Newsweek que “los tiempos de las especialidades quirúrgicas son muy distintos de los tiempos en otros campos de la medicina”. La neurocirujana del grupo Cedars-Sinai trabaja en un entorno más convencional que Amalfi y tiene menos control sobre el ambiente clínico. Pese a ello, su especialización le brinda el tiempo y “el lujo” de poner toda su atención en lo que dice el paciente.
Mientras que un médico de atención primaria suele atender problemas como jaquecas, indigestión y aumento de peso (todo en una misma visita), los cirujanos de alta especialidad tienen la posibilidad de ser mucho más específicos. Y, de hecho, deben serlo: después de todo, trabajan directamente en el cuerpo del paciente.
“EL DOLOR DE LOS PACIENTES EXIGE CONSUELO”, DICEN LOS CIRUJANOS
Durante la consulta, Perry hace evaluaciones prácticas y revisa los estudios en presencia de los pacientes, lo cual le permite validar los síntomas que motivan la atención y desarrollar un plan de tratamiento. “Todos necesitamos validación”, afirma la neurocirujana. “No importa que se trate de validar nuestra tristeza o nuestro dolor. Es de suma importancia dedicar el tiempo necesario para que el paciente se sienta comprendido y hacerle saber que, aun cuando no podemos sentir su dolor, entendemos por lo que está pasando y trabajaremos en conjunto para desarrollar un plan personalizado que le resulte aceptable”.
El contacto humano es fundamental para la atención que ofrece Bhalla, pues muchos de sus pacientes acuden a consulta con “miedo a lo desconocido y a la pérdida de control”. Y si un procedimiento implica el uso de adelantos tecnológicos, pone especial énfasis en aliviar las inquietudes de la persona, guiándola por el procedimiento quirúrgico y recordándole que nunca perderá el control.
“Aun cuando el cirujano se haya ganado la confianza del paciente, esa confianza no es extensiva a los dispositivos”, puntualiza Bhalla.
La medicina no da cabida a errores. Sin embargo, hasta las tecnologías más precisas —más exactas que las destrezas de cualquier ser humano— suelen provocar escepticismo en los pacientes. Y es que, aunque una máquina pueda mejorar los resultados y propiciar la salud, ningún aparato es capaz de brindar atención médica por sí solo. El dolor exige consuelo, y este no existe sin el contacto humano, insisten los cirujanos que entrevistó Newsweek.
UNA RECETA DIFERENTE
La cirugía es una de las pocas especialidades en las que el tratamiento depende de otra persona: de sus manos, su mente y su tiempo. No es cuestión de indicaciones como “toma esta medicina” o “haz más ejercicio”. Todo lo contrario. La especialidad quirúrgica es más como “voy a dedicarte todo este día” y “no tendrás que llevar a cuestas la carga de tu curación”.
El éxito de una cirugía depende de que el médico acompañe a su paciente desde el primero hasta el último momento, declara la Dra. Camille Cash, clasificada entre los 185 mejores especialistas en mamoplastia de aumento y cirugía de párpados en la reciente clasificación de Newsweek sobre los Mejores Cirujanos Plásticos de Estados Unidos.
Desde 2002, cuando estableció su práctica privada en Houston, Cash ha puesto énfasis en la educación de los pacientes. La cirujana escucha con empatía sus inquietudes, esperanzas e inseguridades, y cuando explica un procedimiento siempre limita el uso de términos médicos, teniendo mucho cuidado de no intimidar o confundir a la persona.
PRESENTES AL 100 POR CIENTO
A continuación, profundiza en los detalles de la vida del paciente. “¿A qué te dedicas? ¿Vives en pareja? ¿Tienes hijos? ¿Hay escaleras en tu casa? ¿Tu dormitorio está en el mismo piso que la cocina? ¿Tienes planes para viajar a corto plazo?”.
Las respuestas determinan si el momento es adecuado para la cirugía y ayudan a Cash a desarrollar un plan posoperatorio detallado que explica al paciente, ya que la recuperación puede demorar varios meses y la cirujana tiene que asegurarse de cubrir cada día: ¿El paciente podrá descansar todo el tiempo necesario? ¿Dependerá de otra persona para preparar sus comidas? ¿Hay alguien que pueda llevar a los niños al colegio durante su recuperación? “Estamos presentes al 100 por ciento, acompañando al paciente durante el procedimiento y cada etapa posterior”, asegura Cash.
“EL DOLOR DE LOS PACIENTES EXIGE CONSUELO”, DICEN LOS CIRUJANOS
En Filadelfia, Bucky pone el mismo cuidado en la atención posterior de una cirugía estética. Además de su consultorio privado —Bucky Plastic Surgery—, este médico es propietario de Bucky Body Center, donde proporciona servicios adicionales durante el periodo de recuperación, incluidos masaje linfático y terapia con luz roja (la cual emplea luz coloreada para estimular la circulación sanguínea y la producción de endorfinas y reducir la inflamación).
Y cuando atiende pacientes foráneos, envía al hotel a una enfermera que atiende a la persona durante la noche: una enfermera capacitada no solo para tomar signos vitales, sino para responder inquietudes y acompañar al paciente en todo momento.
Trish Clarke, paciente de Bucky, agradeció profundamente esa atención personalizada después de su cirugía. Fue necesario retirar el exceso de piel después de perder mucho peso y recuerda que, la mañana posterior al procedimiento, Bucky se presentó en su habitación del hotel para retirar los vendajes y revisar la incisión. Y durante las siguientes semanas Clarke se puso en contacto con una enfermera cada vez que necesitaba asesoramiento o alguna indicación.
Otros niveles del sistema de atención de la salud “te hacen sentir como un número más”, acusó Clarke. “Pero si van a dormirte y a abrir tu cuerpo, necesitas tener absoluta confianza en el equipo médico”.
ATENCIÓN TOTAL Y HUMANA
Es posible que las especialidades quirúrgicas se hayan granjeado la confianza de los pacientes no a pesar de la vulnerabilidad implícita, sino gracias a ella. Los riesgos de una operación exigen una atención minuciosa, en tanto que la reputación del cirujano queda vinculada directamente con el procedimiento: un vínculo mucho más frágil que el existente entre un médico de atención primaria y una receta.
En el caso de Bucky, su nombre está, literalmente, vinculado con su práctica profesional, y su imagen figura incluso en la página de inicio de su sitio web.
“Después del paciente soy la persona más comprometida con el resultado”, confiesa el cirujano. “Para mí es muy importante conocer la experiencia del paciente porque está en juego mi nombre. Y mi nombre repercute en mis hijos, en mi cónyuge, en mis amigos y en la esencia misma de lo que hago. La cirugía plástica es una especialidad en la que es imposible pasar por alto la apariencia”. Y esa conexión humana —la idea misma de que el cirujano tiene un interés personal en el bienestar— brinda mucha tranquilidad a los pacientes.
UNA MIRADA ÓPTIMA Y HONESTA
“Algunos de mis pacientes más satisfechos tuvieron complicaciones, pero se quedaron con la impresión de que les proporcioné una atención óptima y honesta”, revela Bhalla. “Siempre brindo una atención seria y comprometida, y la gente se siente bien sabiendo que fueron tratados con honestidad y con lo mejor de mi habilidad”.
Es más, Bhalla pide a sus pacientes que elijan la música que quieren escuchar mientras están anestesiados porque, conforme disminuye el estado de conciencia, están escuchando algo conocido, reconfortante y personal, con la certeza de que se encuentran en buenas manos y son el centro de la inquebrantable atención de Bhalla. Es entonces cuando el cirujano de columna se concentra, y pone manos a la obra. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)