El sistema inmunológico puede alterar el comportamiento humano. El olor a marisco puede hacer que aquellos con alergia a él se enfermen violentamente y, por lo tanto, es más probable que lo eviten. El mismo comportamiento de evitación lo exhiben las personas que desarrollan intoxicación alimentaria después de comer una determinada comida, indica un estudio realizado por científicos de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
LA CLAVE PARA LA PROTECCIÓN
Los científicos han sabido durante mucho tiempo que el sistema inmunológico juega un papel clave en las reacciones a los alérgenos y patógenos en el medioambiente, pero no estaba claro si juega algún papel en el inicio de este tipo de comportamientos hacia los desencadenantes alérgicos.
Según una investigación dirigida por Yale publicada en la revista Nature, resulta que el sistema inmunológico juega un papel crucial en el cambio de los comportamientos de los seres humanos. “Encontramos que el reconocimiento inmunológico controla el comportamiento, específicamente comportamientos defensivos contra las toxinas que se comunican primero a través de anticuerpos y luego a nuestros cerebros”, dijo Ruslan Medzhitov, autor principal del estudio.
EL DESARROLLO DEL ESTUDIO
Sin la comunicación del sistema inmunológico, el cerebro no advierte al cuerpo sobre los peligros potenciales en el medioambiente y no trata de evitar esas amenazas, según muestra la investigación.
El equipo estudió ratones que habían sido sensibilizados para tener reacciones alérgicas a los óvulos, una proteína que se encuentra en los huevos de gallina. Como era de esperar, estos ratones tendían a evitar el agua mezclada con ova, mientras que los ratones de control tendían a preferir fuentes de agua con ovalo. Descubrieron que la aversión a las fuentes de agua con ovarios en ratones sensibilizados duró meses.
A continuación, el equipo examinó si podían alterar el comportamiento de los ratones sensibilizados manipulando las variables del sistema inmunitario. Descubrieron, por ejemplo, que los ratones alérgicos a los ovarios perdieron su aversión a la proteína en su agua si los anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE), producidos por el sistema inmunitario, estaban bloqueados.
EVOLUCIÓN DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Los anticuerpos IgE desencadenan la liberación de mastocitos, un tipo de glóbulo blanco que, junto con otras proteínas del sistema inmunitario, desempeña un papel crucial en la comunicación con las áreas del cerebro que controlan el comportamiento de aversión. Sin IgE como iniciador, la transmisión de información se interrumpió, de modo que los ratones ya no evitaban el alérgeno.
Medzhitov dijo que los hallazgos ilustran cómo evolucionó el sistema inmunológico para ayudar a los animales a evitar nichos ecológicos peligrosos. Comprender cómo el sistema inmunitario memoriza los peligros potenciales, agregó, podría ayudar algún día a suprimir las reacciones excesivas a muchos alérgenos y otros patógenos. N