Las alertas de ataques aéreos han evitado miles de muertes de personas en Ucrania durante la guerra con Rusia, pero a medida que aumentaba la fatiga ante los constantes bombardeos, tan solo seis meses después de iniciado el conflicto, la gente comenzó a prestar menos atención a las advertencias, de acuerdo con un estudio reciente.
Una guerra que algunos creían que terminaría en cuestión de semanas ha continuado durante más de un año y el conflicto muestra pocas señales de resolverse. En los primeros días de la guerra, Ucrania comenzó a usar una combinación de sirenas antiaéreas tradicionales y una aplicación móvil para instar a los civiles a buscar refugio.
Pero, a medida que avanza, los bombardeos diarios y las alertas se han convertido en parte de la vida cotidiana en Ucrania. Aproximadamente 8,895 civiles han muerto a manos rusas entre el 24 de febrero de 2022 y el 21 de mayo de 2023, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), y se informa que otros 15,117 civiles han resultado heridos. Sin embargo, el ACNUDH cree que las cifras reales son “considerablemente más altas” debido a informes retrasados y aún no corroborados.
Las muertes al comienzo de la guerra habrían sido hasta 45 por ciento más altas sin las alertas de ataques aéreos, según un estudio reciente, en el que investigadores de la Universidad de Chicago, la Universidad de Michigan e Ipsos utilizaron pings de geolocalización vinculados a dispositivos móviles para determinar la eficacia del sistema de alerta de Ucrania.
Si bien los ucranianos buscaron refugio rigurosamente al comienzo de la guerra, los investigadores determinaron que algunas personas comenzaron a desconectarse de las alarmas a medida que se volvían más frecuentes.
LA ADHERENCIA DISMINUYE CON EL TIEMPO
“Primero, aceptas, y con el tiempo, la capacidad de respuesta se atenúa”, dice a Newsweek Austin Wright, uno de los investigadores. “Esta idea de que hay decadencia no es exclusiva de los contextos de Ucrania o de este tipo específico de evento”.
Wright relaciona los hallazgos sobre Ucrania con la pandemia de covid-19 en Estados Unidos. La mayoría de los ciudadanos que inicialmente se encerraron se apegaron a las órdenes del gobierno, pero la adherencia disminuyó a medida que pasó el tiempo.
Los investigadores finalmente concluyeron que si bien las intervenciones gubernamentales, tales como los sistemas de alerta, típicamente aminoran las bajas al comienzo de las guerras, el entusiasmo o el apego a seguir dichas alertas disminuye drásticamente como consecuencia de la normalización de la guerra.
Se estima, además de los miles de vidas que probablemente fueron salvadas en los primeros dos meses de la guerra, otro 8 a 15 por ciento de las bajas podrían haberse evitado si la gente hubiera seguido las alertas.
Al comienzo de la guerra, los ucranianos sabían dónde estaba su refugio más cercano y su mejor estrategia. Wright nota que las personas tenían una bolsa empacada y estaban preparadas para refugiarse. Los investigadores descubrieron que la población adoptó una “regla de las dos paredes” más adelante en la guerra. Se moverían a una estructura interior, pero no irían a un refugio.
“Y luego, eventualmente, la gente simplemente ignorará por completo las alertas. Algunos subconjuntos de personas ignorarán por completo las alertas y simplemente continuarán con la vida normal como era antes de la guerra, en términos de su comportamiento”, considera Wright.
EL COMIENZO DE LOS BOMBARDEOS EN UCRANIA
Se obedecieron más las alertas durante los meses de marzo y abril de 2022, pero para mayo el seguimiento ya había disminuido y continuó hasta junio. Entre julio y septiembre, la fatiga de los bombardeos aéreos en Ucrania se había instalado con fuerza.
David Van Dijcke, estudiante de doctorado de economía, dice a Newsweek que el equipo analizó múltiples hipótesis sobre por qué y cuándo se presentaba la fatiga. Descubrieron que los ucranianos se están “agotando cognitiva, emocional y físicamente”.
“Esa también es la hipótesis más preocupante porque las otras son respuestas de moda, en las que hace sentido refugiarse menos porque hay menos peligro [o] porque tienes una buena alternativa al refugio”, añade Dijcke. “La explicación de la fatiga es preocupante porque podría haber víctimas evitables… y víctimas adicionales”.
Fedor Sandor, un profesor ucraniano que ha luchado con el ejército ucraniano desde el comienzo de la guerra, compara el hábito de respuesta que se forma ante las alertas con nuevas vacunas que combaten un virus.
“A través de las notificaciones, el Estado te da la oportunidad de elegir”, dice a Newsweek. “Si quieres salvar tu vida de los rusos, escóndete o la elección es tuya. Es un poco una reminiscencia del periodo en el que los nazis alemanes destruyeron ciudades británicas”.
Una fuerte disminución en los ataques de precisión rusos aunado a un fuerte ejército ucraniano ha llevado a la relajación mental en toda Ucrania, agrega, y reconoce las posibles consecuencias negativas.
FATIGA DE ALERTA
Ni Wright ni Dijcke pueden decir empíricamente si la fatiga de alerta ha seguido disminuyendo desde septiembre de 2022. Pero, como sus datos mostraron una trayectoria descendente, opinan que es razonable suponer que el factor de fatiga es mucho peor ahora.
“Si la tendencia continuara, entonces sí, creo que lo que se observaría es una disminución continua de la capacidad de respuesta”, reflexiona Wright. “Y eso es desafortunado porque lo que encontramos es que el traslado de gente después de recibir estas notificaciones está de hecho correlacionado con una reducción en las víctimas. Y la magnitud del efecto es bastante pronunciada. De forma que, en general, el programa —incluso en presencia de un atenuante como la fatiga— todavía es bastante efectivo”.
Añade que existe una compensación social de si vivir en un estado de emergencia casi permanente tiene sus propios efectos psicológicos negativos, así como el hecho de que las consecuencias no deseadas son una realidad durante la guerra.
“No quiero que eso quede ensombrecido. Funcionan”, opina Wright sobre las alertas. “La pregunta es, ¿podrían haber funcionado mejor? Ya eran, al menos según nuestras medidas, increíblemente exitosas. Pero si esas tendencias continúan, yo creo que continuaremos viendo víctimas que podrían haberse evitado”.
El grupo está buscando publicar investigaciones adicionales que incluyan trabajo experimental con respecto a las alertas y cómo “eliminar” la fatiga para mejorar la credibilidad del sistema y la atención del público. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).
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