Gracias a unas gafas de realidad virtual y el metaverso, Jang Ji-sung convive nuevamente con su hija Na-yeon, quien murió a los siete años a causa de linfohistiocitosis hemofagocítica (HLH), un trastorno de inmunodeficiencia. Este encuentro emotivo es posible mediante la tecnología de la empresa Studio Vives, que recreó en tres dimensiones el aspecto de la menor para emular sus movimientos, voz e, incluso, su estructura ósea.
“Mamá, ¿pensaste en mí? Te extrañé mucho”, dice la réplica de Na-yeon en un parque virtual, basado en uno que habían visitado en vida, donde ella y su madre se encontraron. Entre sollozos, la mujer intenta abrazar y tocar el rostro de su hija con unos guantes sensitivos, mientras el equipo la observa entusiasmado.
“Mi querida Na-yeon. Solo quiero tocarte una vez más”, comenta Jang Ji-sung, quien no deja de conversar como si se tratara realmente de su tercera hija, hasta comparten un enorme pastel con velas encendidas y cantan “Feliz cumpleaños”. El video —de casi diez minutos— forma parte del documental Meeting you, estrenado en 2020 por la cadena surcoreana MBC.
“Pensamos de qué manera las personas pueden reunirse con los familiares que han perdido. Si lo pudieran hacer, ¿de qué querrían hablar?”, reflexiona en la cinta Kim Jong-Woo, productor del documental.
¿IMPLICACIONES MORALES Y PSICOLÓGICAS?
Al cierre de esta edición, esa reunión virtual suma 32 millones de vistas. Aunque ha sensibilizado a muchas personas, también ha abierto un debate sobre las implicaciones morales y psicológicas de reencontrarse con familiares y amigos.
El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no funciona de forma óptima. Este término se utiliza para describir un sentimiento intenso de pena, tristeza o lástima y es una percepción sensorial innata del ser humano. Según la Fundación Mario Losantos del Campo, con la pérdida de un ser querido se atraviesa un duelo que incluye esta fatídica experiencia, pero, al final, hay un crecimiento personal y te vuelve resiliente.
Así, el dolor es inevitable para nuestras vidas, pero nos permite cerrar un ciclo y seguir adelante. Bajo este planteamiento es en el metaverso en donde podríamos coexistir con entes virtuales que representarían parte de nuestro núcleo familiar.
“Es un tema que está en discusión en los foros sobre el diseño de las tecnologías. Es un dolor innecesario (recordar la pérdida), vivir un duelo es un proceso humano, algo natural que con ayuda terapéutica puede sanarse. El metaverso es el próximo desarrollo de las comunicaciones globales”, comenta en entrevista con Newsweek en Español Miguel Ángel Marín Orozco, CEO y fundador de Metaverse México e ingeniero en sistemas computacionales por el ITESO.
CRIANZA EN EL METAVERSO Y LOS GEMELOS DIGITALES
Si bien los mundos virtuales no son nada nuevo y existe una gran cantidad de ellos, sobre todo en videojuegos al crear un avatar o personaje, el metaverso no busca ser algo fantástico, sino una realidad tangible. Una iniciativa lanzada por Catriona Campbell, una de las principales autoridades del Reino Unido en inteligencia artificial y tecnologías emergentes, apuesta por el futuro de la crianza en este universo frente a los retos globales actuales como sobrepoblación, cambio climático y falta de recursos.
De acuerdo con la proyección de las Naciones Unidas (ONU), la población mundial alcanzará un máximo histórico de 10,400 millones durante la década de 2080. Al ser cuestionado sobre esta posibilidad de tener hijos en el metaverso, Marín Orozco afirma que ya es posible y no debemos esperar un gran salto dentro de 50 años, pero falta perfeccionar.
“La simulación es la parte más importante. Ahora existe la capacidad de tener gemelos digitales, es decir, a través de un casco. Le llaman hiperconvergencia de tecnología al uso de muchas tecnologías simultáneamente, por ejemplo, con la inteligencia artificial, el blockchain, el internet de las cosas; tú puedes controlar una fábrica con un software que funciona en realidad virtual. En medicina, esta se aplica, por ejemplo, en la creación de versiones digitales del corazón humano con el objetivo de analizar distintos procedimientos quirúrgicos y tener información representada de un paciente”, detalla.
En resumen, un gemelo digital es una réplica virtual de algo, como puede ser una turbina de avión, la fachada de un edificio, etcétera. Todo con el fin de proporcionar retroalimentación a la versión de la vida real. Inicialmente, estos gemelos digitales eran solo modelos sofisticados de computadoras, pero la inteligencia artificial ha mejorado esta construcción. Sin embargo, los gemelos digitales humanos pensantes —no primitivos— podrían tardar.
NEURODERECHOS
Además, un tema que interferiría para crear un niño similar a otro en el metaverso son los neuroderechos. Mediante el uso de inteligencia artificial sería posible identificar emociones, controlar dispositivos o inducir estados. Científicos consideran que una versión futura muy perfeccionada de este sistema podría leer los pensamientos de una persona, acceder a su memoria e incluso, controlarla.
Según la plataforma NeuroRights Initiative, los neuroderechos se definen como un nuevo marco jurídico internacional de derechos humanos destinados específicamente a proteger el cerebro y su actividad a medida que se produzcan avances en neurotecnología.
“En mi opinión, tener un hijo en el metaverso podría desencadenar enfermedades mentales. Es tratar de humanizar a un avatar, ¿qué tan ético es? Además, tal vez no todos tendrían acceso a los gadgets (dispositivos para experimentarlo) y las tecnologías del metaverso, entonces abordaríamos un tema de desigualdad. No creo que con esta decisión se combata la sobrepoblación. También faltaría un marco regulatorio para los desarrolladores”, apunta Miguel Ángel Marín.
Pero un punto positivo de esta posibilidad, agrega, es que se pudiera explorar el tema para personas que no pueden tener hijos biológicamente o no pueden adoptar. Así, la generación de “infantes tamagotchi”, como los define Campbell, podría llegar a cambiar las formas de las relaciones familiares en un futuro. La apuesta va por abrazar, alimentar y jugar con ellos como si fueran humanos.
EDUCACIÓN DEL FUTURO
No obstante, el término de la crianza también engloba la educación orientada por padres y docentes para los estudiantes. Con el metaverso —concepto acuñado originalmente por el escritor de ciencia ficción Neal Stephenson— los menores tienen infinitas oportunidades para sociabilizar, aprender nuevas habilidades y explorar sus intereses.
“La inteligencia artificial está avanzando a un punto en el que eventualmente no vamos a distinguir si estamos hablando con un humano real o no. Existen los NPC (Non Playable Character), que son aquellos personajes con los que interactuamos dentro de un videojuego, le aportan profundidad e historia. Habitan en el mundo virtual y se están haciendo cada vez más inteligentes”, refiere para este medio Carlos Mats, fundador de IKA (Inteligencia Kinética Artificial), plataforma de productividad laboral para el metaverso.
Para el tecnólogo de origen hondureño, esta generación nativa digital ya estará acostumbrada a interactuar con los datos de una manera inmersiva en 10 o 15 años, cuando entren en la fuerza laboral, al estar involucrados desde ahora en juegos como Roblox, Fortnite y Minecraft.
EVOLUCIÓN CULTURAL
“La tecnología tiene formas de cambiar la cultura de forma drástica y, a su vez, la cultura hace que esta evolucione de forma impredecible. Quién se hubiera imaginado que Twitter con 120 caracteres iba a ser el pulso del mundo. No hemos evolucionado para estar ochos horas sentados frente a una pantalla (para trabajar o estudiar), sino para interactuar en nuestra creación tridimensional”, dice.
Aunque la preocupación del metaverso se sitúa en exacerbar los problemas que han creado las redes sociales como la salud mental y privacidad, ciertamente supondrá una auténtica revolución en la educación que cambiará la metodología de enseñanza para favorecer un aprendizaje.
“El internet no es 100 por ciento seguro para nadie. Pero al momento que el profesor esté explicando sobre un determinado volcán, ya no solo verás monografías, con tus visores estarás presente en este ecosistema o entenderás como las placas tectónicas chocan y crean terremotos”, apunta el también creador de Xchematic, un estudio de arte y tecnología.
En 2021, Bloomberg Intelligence estimaba que en 2024 el negocio global del metaverso tendría un valor de unos 800,00 millones de dólares. “Las oportunidades son casi infinitas, es como si el internet estuviera naciendo de nuevo”, concluye. N