Cada historia es única, y para Georgia Clark el comienzo de una carrera promisoria fue el asombro ante la pantalla de cine cuando era niña, con tal impacto que de día quería ser actriz y de noche jugar a ser doctora de dinosaurios.
Las películas desfilaban ante sus ojos en los cines de La Habana, en su Cuba natal. Fue tal su determinación que un día dijo a su familia que cuando fuera grande definitivamente iba a ser actriz.
Pero la vida la llevó por diferentes caminos y antes habría de recibirse como ingeniera civil en Cuba y hacer un doctorado.
Su inquietud por la actuación se transformó en una vocación: “La presiones de la familia y las expectativas sociales te van llevando por otro camino. Y en mi caso, llegó un momento en el cual decidí que para mí era importante perseguir mis sueños. Y por tener ese sueño cada vez que encontraba la oportunidad de un taller de actuación o de un curso, en el Instituto Superior de Arte siempre lo tomaba. Pero era como juguetear con la idea. Iba a los talleres pero no me dedicaba eso. Participé en obras de teatro pero nada formal”, explica Georgia Clark.
A su llegada a México tomó cursos de actuación con directores como Luis Mandoki y en La casa azul, participó en películas como “Guerra de Likes” donde se familiarizó con el lenguaje del cine, que fueron realizadas con tal rigor actoral que aspirar a hacerlo lo mejor posible se le convirtió en un reto.
En 2020 fue invitada por Nick Cassavettes a realizar un papel en la película “God is a bullet”, que se filmó en México. Georgia Clark confirmó su asombro por el cine al ver cómo el reconocido director desplegaba toda creatividad:
“God is a bullet” fue mi primer contacto con una súper producción. La magia la crean no sólo los actores y las actrices. Era todo un el equipo detrás de cámaras, los sonidistas, el maquillaje, la gente del set, pero sobre todo el director. “Cuánto hay que crear para lograr una escena de esta magnitud”, me decía.
“Impacta cómo un director de la talla de Nick leía un guión con pocos detalles y creaba en su mente la escena y la plasmaba en la realidad del cine”.
“Hice una escena dirigida por Nick. Él es un gran maestro de actores. Yo estaba nerviosísima por la escena que iba a hacer con la presión de que Nick es un director muy reconocido, como también los actores consagrados que trabajaron en la película. Filmé unas escasas escenas y creo que lo sorprendí porque durante algunas de las tomas me dijo que yo era una profesional, me alentó y tuve confianza. Me dio seguridad. Creo que él, como es un director que también fue actor, conoce muy bien como manejar y cómo sacar lo mejor de sus actores”.
“Trabajar para Nick fue una gran experiencia para mí, me hizo sentir muy viva. Logró sacar lo mejor de mí trabajo. Y tuvo el detalle de mandarme unos mensajes en los que me dijo que yo tenía mucho talento, que debía perseguirlo y que el mundo del cine se lo merecía. Me emocionó muchísimo. Recuerdo que lloré y todo”.
Para Georgia Clark eso significo un parteaguas en su vida profesional. Decidió formalizar sus estudios e ingresó al CEA, buscando el rigor y la disciplina características de esa escuela de actuación.
“Parte del curso fue presencial y parte en línea. Estábamos en la pandemia. Fue difícil que también fue muy bueno. Porque los tiempos han cambiado y los actores ahorita tenemos que hacer mucho casting por zoom. Entonces me sirvió muchísimo por esa parte. Creo que es una escuela increíble que exige muchísimo a nivel físico y a nivel académico. La verdad es que me impresionó el rigor y la exigencia de la escuela, y que a la vez es una escuela que no te pone una calificación, lo que te dan es una retroalimentación constante y te invitan a asumir un compromiso y a demostrar que te ganaste seguir ahí”.
Sobre las técnicas actorales Georgia explica que no hay que casarse con una técnica específica: “hay que entender que a los actores les funcionan cosas diferentes. Creo que un actor o una actriz deben saber escuchar y ser capaces de reconocer y tomar lo que le sirve de la retroalimentación con maestros y compañeros”. A lo largo de su carrera Georgia Clark ha aprendido que hay que “dejar ir el ego porque es un auto sabotaje muy grande para el actor. Creo que para mí lo importante es estar en el aquí y en el ahora en el momento de tu actuación, y que tu mente y tu ego se vayan, que en ese instante no te importe cómo te ves o cómo estás vestida. Se trata realmente dar tu mejor actuación, de transmitir emociones. Y para eso hay que saber escuchar a quienes te dirigen”.
“Es como subir el volumen. Tienes que subirlo, bajarlo, amoldarlo. Y por eso es tan importante la retroalimentación. Y dentro del cine me ha pasado que estás viendo actuaciones en vivo y percibes una cosa que resulta diferente en pantalla”.
Georgia Clark mientras estudiaba en el CEA, protagonizó el cortometraje “Malas decisiones” dirigido por César Silva. De esa y otras experiencias, la actriz reflexiona que “ante la cámara puede pasar que no sentiste al personaje y cuando lo ves en pantalla te asombras de cómo aparece”.
El cine, el teatro o la televisión, qué prefieres, se le pregunta a Georgia y responde que “quisiera hacer de todo lo que implique actuar. Obviamente tengo una debilidad muy grande por el cine. Me encanta el cine. Creo que es el tipo de actuación que me resulta más natural”. Del teatro me gusta que es un esfuerzo colectivo, dice la actriz que estuvo en el elenco de “Despertar de primavera”. Me gusta que todos participen en el esfuerzo de que la obra no se caiga o si se cae en una escena otro la levante. Es como un equipo de fútbol o de béisbol, donde la actuación de cada quien juega para todos”.
Habiendo terminado de trabajar en una superproducción estadounidense con un papel de co-antagonista, Georgia Clark no deja de observar que la carrera de “actor o actriz es muy difícil porque siempre queremos trabajar, y decir que no o que sí a un papel puede cambiar la dirección de tu carrera. Pero hoy las series -que son como la unión de la televisión y el cine- abren nuevas oportunidades para nosotras, y además te permiten desarrollar un personaje por más tiempo tiempo y con con más profundidad”.
Pero la actriz también esta pensando en incursionar en el teatro. Con el entusiasmo reflejado en los ojos explica que específicamente “el microteatro es increíble. Ahorita tengo pensado trabajar en él. Me parece interesante porque son la forma de contar pequeñas historias en pequeños espacios de tiempo y lugar. Estás con el público muy cerca de ti en una habitación, ves sus reacciones, afinas tu trabajo. Debemos hacer de todo en la actuación, estar buscando hacia adentro, reatroalimentarnos”.
Georgia Clark comparte con las jóvenes actrices que con esfuerzo y preparación pueden abrirse camino en esta carrera, ya que en su propia experiencia haber llegado de Cuba, tomar talleres y llegar a participar en el cine ha sido un tema de perseverancia.
Georgia Clark dice que le gustan el teatro y la televisión y que al final todos los caminos se encuentran con el cine.
“Por el cine tengo gran debilidad, me encanta su magia, el cine es una pasión para mi”, concluye la actriz que de niña jugaba con dinosaurios mientras se imaginaba actuando con ellos en una película de misterio y aventuras infinitas.