El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “sigue mejorando” y podría ser dado de alta el lunes, dijeron este domingo sus médicos, luego de que fuera hospitalizado el viernes por COVID-19.
El equipo médico del mandatario precisó que sus niveles de oxígeno habían bajado dos veces brevemente en los últimos días y que está siendo tratado con esteroides, pero dieron una evaluación optimista de la salud y las perspectivas del presidente de 74 años.
“Desde que hablamos por última vez (el sábado), el presidente ha seguido mejorando. Como con cualquier enfermedad, hay frecuentes altibajos a lo largo de su curso”, dijo el médico de Trump, Sean Conley.
Trump publicó el sábado un video desde el hospital en el que dijo estar “mucho mejor” pero que “el verdadero test” será en los próximos días, mientras que su médico anunció que “evoluciona bien” de la covid-19 pero que “aún no está fuera de peligro.
“Llegué aquí, no me sentía bien. Me siento mucho mejor ahora”, dijo Trump, de 74 años, desde el hospital militar Walter Reed, en la periferia de Washington, en el video divulgado en Twitter.
“Estamos trabajando duro para que vuelva (…) Creo que volveré pronto y espero terminar la campaña tal como la inicié”, agregó, con semblante relajado, vistiendo una camisa con el cuello abierto y una chaqueta azul.
Poco después, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, dijo en una nota que “el presidente Trump continúa evolucionando bien, habiendo logrado un sustancial progreso desde el diagnóstico”.
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“Aunque aún no está fuera de peligro, el equipo sigue siendo cautelosamente optimista”, añadió.
Trump reconoció en el video la incertidumbre sobre el curso de su enfermedad.
“Estoy empezando a sentirme bien. No lo sabré hasta los próximos días, supongo que esa es la verdadera prueba, así que veremos qué sucede en los próximos días”, dijo el mandatario, quien agregó que su esposa Melania, que también se contagió el coronavirus, tiene síntomas más leves que él.
“Melania realmente lo está manejando muy bien. Como probablemente habrás leído, es un poco más joven que yo, solo un poquito”, bromeó sobre la primera dama de 50 años.
El informe en gran parte optimista de Trump se produjo después de que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, difundiera una evaluación mucho más alarmante.
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“Los signos vitales del presidente durante las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas”, dijo Meadows. “Todavía no estamos en un camino claro hacia una recuperación completa”.
“Ayer (viernes) de mañana estábamos realmente preocupados” dijo Meadows a Fox News. “Tenía fiebre y el oxígeno en la sangre había caído rápidamente”.
“Sin embargo”, agregó, “nunca se consideró ni hubo riesgo de transición del poder”.
Más temprano, en un primer informe, Conley había dicho que el presidente no había tenido fiebre durante 24 horas y que la tos, la congestión nasal y la fatiga que presentaba habían mejorado.
Un segundo médico, Sean Dooley, dijo que la función cardíaca, renal y hepática del presidente era “normal”.
¿Qué pasa en la Casa Blanca?
Conley sumó confusión al sugerir que Trump había sido diagnosticado el miércoles, no el jueves, según había informado la cuenta oficial, pero luego dijo que se había equivocado.
Poco después de que Trump llegara al hospital el viernes, Conley indicó en un memorando que el presidente estaba comenzando a recibir remdesivir y una dosis de ocho gramos de un cóctel de anticuerpos experimental.
Ni los médicos ni la Casa Blanca explicaron por qué estaba tomando medicamentos de eficacia no probada si su progreso era satisfactorio.
El optimismo de Trump sobre sus perspectivas de recuperación se atenuó con la noticia de que varias personas de su entorno habpian dado positivo al coronavirus.
Su asesor de campaña Chris Christie y varios senadores y forman parte de una lista creciente de allegados al presidente se contagiaron tras asistir a un evento en la Casa Blanca el fin de semana pasado.
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Ese grupo incluye a la esposa del presidente, Melania, su cercana asesora Hope Hicks, la exconsejera Kellyanne Conway, el jefe de campaña Bill Stepien, y los senadores republicanos Thom Tillis y Mike Lee. Y también tres periodistas acreditados.
Un tercer senador republicano, Ron Johnson, de Wisconsin, anunció el sábado que había dado positivo.
“Falsa sensación de confort”
Expertos en salud pública expresaron su alarma por un posible brote relacionado a la celebración el 26 de setiembre de la nominación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett a la Suprema Corte de Justicia.
“Se basaron demasiado en las pruebas de diagnóstico. Sabemos que esas pruebas tienen una tasa muy alta de falsos negativos”, dijo Ali Nouri, presidente de la Federación de Científicos Estadounidenses.
“Confiar simplemente en esos diagnósticos para determinar quién puede entrar y salir de la Casa Blanca y no adoptar otras protecciones, como el distanciamiento social y las mascarillas, crearon una falsa sensación de confort en la Casa Blanca”, añadió.
Trump, superado en las encuestas por su rival demócrata de 77 años Joe Biden, fue forzado a congelar o rediseñar el tramo final su campaña hacia las elecciones del 3 de noviembre.
Entre las incertidumbres se cuentan dos debates entre los candidatos y resolver si Trump deberá ceder temporalmente el cargo al vicepresidente Mike Pence si su salud empeora.
Biden, quien estuvo ante Trump durante un debate de 90 minutos el martes, anunció que las pruebas de covid-19 a las que se sometió le dieron negativo el viernes y que se realizará otra el domingo.
Durante el debate, en el que Trump se mofó de Biden por usar barbijo y cuidarse del coronavirus, el demócrata recordó que muchas veces reclamó un enfoque serio de la Casa Blanca de la crisis sanitaria, que deja más de 208.00 muertos en Estados Unidos.