EN MAYO PASADO, Denver, Colorado, aprobó una propuesta de ley en la que se despenaliza el uso de los hongos psilocibios, más conocidos como hongos mágicos u hongos alucinógenos. En la propuesta, aprobada por una estrecha mayoría, los residentes de Denver que votaron a favor de la Ordenanza 301 declararon que “la posesión y uso de hongos psilocibios por parte de personas adultas” se convertiría en la más baja prioridad de aplicación de la ley en esa ciudad, y prohibieron que la ciudad emplee recursos en la penalización del uso de hongos.
El Consejo de la Ciudad de Oakland, California, aprobó una resolución similar menos de un mes después. De manera parecida a la marihuana, que también ha sido despenalizada o legalizada en varios estados de Estados Unidos, los hongos psilocibios siguen siendo ilegales en el ámbito federal, y están clasificados como narcóticos del Listado 1 según la clasificación de la DEA.
Sin embargo, a diferencia de la marihuana, consumida por aproximadamente la mitad de la población de Estados Unidos (22 millones de personas informaron haber consumido marihuana el mes anterior), los hongos se consumen relativamente poco, y solo alrededor de 0.1 por ciento de las personas encuestadas informaron haber consumido drogas psicodélicas (categoría en la que se incluye la mezcalina, el LSD, el peyote y el MDMA) durante el año anterior. En 2010, aproximadamente 21 millones de estadounidenses habían probado los hongos mágicos al menos una vez en la vida.
Esta es nuestra guía de los hongos mágicos, para aquellas personas que buscan experimentar lo que los hongos psilocibios tienen que ofrecer.
¿QUÉ SON LOS HONGOS MÁGICOS?
El término hongos mágicos es un término genérico que incluye a cualquier hongo que contenga psilocibina, un compuesto químico que, al ser digerido y transformado en psilocina, produce experiencias psicodélicas y un estado alterado de conciencia. Entre los hongos psilocibios, también conocidos como hongos alucinógenos, que se venden comúnmente en Estados Unidos, están los de la especie Psilocybe semilanceata, que se encuentran en toda América del Norte y Europa, y los hongos Psilocybe cubensis, descritos científicamente por primera vez en Cuba, y que son nativos de gran parte de América del Sur y Centroamérica.
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Los hongos psilocibios han sido usados por las sociedades humanas durante miles de años, y aparecen en el arte prehistórico de Europa y Mesoamérica. El uso de hongos alucinógenos en Estados Unidos fue parcialmente eliminado por los misioneros católicos durante la conquista española, pero siguieron usándose en ceremonias indígenas en México. En 1957, la revista Life publicó el relato de dos etnomicólogos que participaron en una de esas ceremonias (en 2016, se reveló que su expedición fue financiada por el Proyecto MKUltra de la CIA). Un año después, Albert Hoffman, el químico suizo que sintetizó por primera vez el LSD, aisló el componente psicodélico psilocibina. Los hongos mágicos se popularizaron en la década de 1960 gracias a investigadores y gurús psicodélicos, como Timothy Leary, Terence McKenna y Robert Anton Wilson.
LOS EFECTOS
En dosis bajas, esos hongos pueden modificar la percepción sensorial, haciendo que las superficies parezcan retorcidas, superponiendo la percepción visual con formas geométricas repetitivas, alterando los colores y modificando la manera en que se perciben los sonidos. Entre los efectos alucinógenos se encuentran las auras alrededor de la luz, superficies que “respiran” y postimágenes o “rastros”. En dosis mayores, pueden producir sinestesia, una distorsión en la cognición del tiempo y el espacio, y dar a los usuarios la sensación de fundirse con el entorno. También es posible que se produzcan alucinaciones visuales más complejas con los ojos abiertos o cerrados, pero pocas veces se confunden con la realidad. El consumo de hongos también produce efectos emocionales subjetivos, que pueden ir desde la hilaridad hasta un aumento en la ansiedad. Los hongos mágicos también dilatan las pupilas.
Los hongos pueden modificar la percepción sensorial, haciendo que las superficies parezcan retorcidas, superponiendo la percepción visual con formas geométricas repetitivas, alterando los colores y modificando la manera en que se perciben los sonidos.
LOS BENEFICIOS
Esos hongos pueden ayudar en el tratamiento de la depresión, los trastornos de alimentación y la adicción, sin embargo, el estudio de las sustancias psicodélicas y sus aplicaciones en la medicina y la psicología aún está en pañales, además de haber sido obstaculizado por la condición de narcótico del Listado 1 de la DEA y por la guerra contra las drogas en Estados Unidos. Sin embargo, los hongos han tenido resultados promisorios en combinación con la psicoterapia. El uso de sustancias psicodélicas, entre ellas, la psilocibina, puede producir beneficios espirituales similares a los de la meditación o a los de otras experiencias místicas, aunque no es fácil cuantificar las comparaciones entre efectos subjetivos.
En un estudio realizado en 2006 por Roland R. Griffiths y publicado en la revista Psychopharmacology se descubrió que los usuarios informaron haber sentido alegría y una felicidad extrema, con un incremento en la manera en que los participantes evaluaron sus “actitudes positivas, estado de ánimo, efectos sociales y conducta”, incluso dos meses después de consumir hongos psilocibios. Los voluntarios informaron aumentos en distintas categorías de “misticismo y “estado de conciencia”, entre ellas, “sacralidad”, “conocimiento intuitivo”, “trascendencia del tiempo y el espacio”, “estado de ánimo positivo percibido en un nivel profundo” e “inefabilidad”.
Sesenta y siete por ciento de los 36 pacientes que participaron en el estudio describieron su experiencia con los hongos mágicos como “la experiencia individual más significativa de su vida, o una de las cinco experiencias más significativas de su vida”, clasificándola en un lugar similar al del nacimiento de su primer hijo. Ninguno de los participantes calificó la experiencia con la psilocibina como algo que “haya disminuido su sensación de bienestar o satisfacción con la vida”.
En estudios de seguimiento publicados en 2011 y 2017, Griffith encontró efectos positivos permanentes del uso de psilocibina, entre ellos, una mayor apertura, gratitud, perdón, capacidades para hacer frente a los problemas y “trascendencia de la muerte”, particularmente si se combinaba con otras prácticas espirituales, como la meditación. Sin embargo, al menos uno de los efectos mencionados no se replicó en un estudio posterior.
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En distintos estudios también se ha mostrado que los hongos mágicos pueden reducir la depresión en los pacientes con cáncer y tratar la adicción al tabaco de mejor manera que ciertos productos farmacéuticos como Chantix.
CÓMO FUNCIONAN
La psilocibina de los hongos mágicos se convierte en psilocina en el cuerpo humano, la cual se enlaza con los receptores de serotonina del cerebro, particularmente con el receptor 5-HT2C, que regula la liberación de químicos neurotransmisores relacionados con el apetito, la cognición, la ansiedad, la imaginación, el aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo y la percepción. La psilocina aumenta la actividad de la corteza visual, mientras que reduce la de la parte del cerebro que es responsable del ego, o del sentido individual del yo.
Los hongos pueden ayudar en el tratamiento de la depresión, los trastornos de alimentación y la adicción, sin embargo, el estudio de las sustancias psicodélicas y sus aplicaciones en la medicina y la psicología aún está en pañales
CÓMO CONSUMIRLOS
Nota del editor: Estos consejos tienen como único objetivo promover el consumo seguro de los hongos psilocibios en los lugares donde esto sea legal. Actualmente, el uso recreativo es ilegal en Estados Unidos. Por otra parte, en Brasil, Vietnam, Jamaica y los Países Bajos se permite el consumo recreativo de hongos psilocibios, por lo que los viajeros o residentes decididos a experimentar pueden consultar esta guía para tener una experiencia lo más segura posible.
Para mayor información sobre la seguridad, la legalidad y los efectos de los hongos psilocibios, por favor consulta las demás secciones de este artículo.
Prepárate. Un viaje con hongos mágicos puede durar entre cuatro y ocho horas, por lo que lo mejor es reservar todo un día para la experiencia. Incluso después del “aterrizaje”, los efectos secundarios pueden durar varias horas.
Consigue un acompañante. Es indispensable que tengas a alguien a tu lado que no esté consumiendo psilocibina, particularmente si es tu primera vez. Es preferible que sea alguien que haya tenido experiencias previas con sustancias psicodélicas. Tu acompañante debería ser alguien en quien confíes y y que comprenda que deberá estar contigo todo el día.
Dosis. Una dosis típica de psilocibina como las que se venden en el mercado negro de sustancias recreativas es de alrededor de 3.5 gramos, o un octavo de onza, suficiente para llenar el fondo de una bolsa pequeña para emparedados. Sin embargo, en una investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y publicada en 2011 se indica que muchos usuarios primerizos deberían considerar la posibilidad de comenzar con una dosis más pequeña. Los participantes en el estudio recibieron cápsulas de 5, 10, 20 y 30 miligramos de psilocibina, con un intervalo de un mes entre cada dosis. Si bien la equivalencia entre la dosis en cápsula y los hongos, que son el método de consumo recreativo más común, es imprecisa, las dosis van aproximadamente de menos de 1 g hasta aproximadamente 5 g de hongos como dosis máxima.
El incremento gradual cada mes de la dosis produjo los más altos niveles de bienestar, satisfacción con la vida y “persistente estado de ánimo positivo”. Si bien hasta la dosis más baja tiene efectos positivos, la dosis de 20 mg registró los más altos incrementos en la sensación de bienestar, lo que sugiere que una bolsa de 3.5 g de hongos no está muy lejos de la dosis óptima, particularmente para las personas con experiencia en el consumo de estos hongos.
Come primero. El apetito suele suprimirse durante un viaje de hongos, por lo que es aconsejable tomar una comida una hora o dos antes de la experiencia.
Consume. Los hongos tienen un sabor terroso y amargo. No son muy agradables al paladar. En un hilo de Reddit acerca del sabor de los hongos, se comparaba al Psilocybin cubensis con el sabor del espagueti crudo, al del polvo de las alas de las polillas y al de la tierra justo después de una lluvia. Existen varias maneras de consumir los hongos mágicos que podrían hacer su sabor más tolerable.
Con frecuencia, los hongos se muelen antes de consumirlos, ya sea con un mortero o utilizando un molino de café. Los hongos psilocibios se pueden preparar en forma de infusión añadiendo agua hirviendo y filtrando. La infusión de hongos mágicos se puede combinar con té descafeinado, jengibre, miel o limón para disminuir el sabor amargo. Los hongos molidos también se pueden utilizar en batidos o mezclarse con jugo de naranja. El consumo de hongos en un emparedado o con chocolate también es una opción popular.
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Muchas personas experimentan náuseas cuando consumen hongos mágicos, generalmente en la primera hora. El vómito y los calambres estomacales son comunes. Muchas personas afirman haber tenido más éxito al consumir los hongos en cápsulas o como infusión, en lugar de comer los hongos enteros. El uso de hongos molidos en batidos también puede contribuir a suavizar la digestión. Sin embargo, no existe ninguna solución infalible, por lo que es mejor abordar la experiencia con hongos mágicos anticipando cualesquier posibles efectos secundarios, los cuales no indican de ninguna manera que algo haya salido mal.
Pueden pasar entre 30 minutos y una hora antes de que comiences a sentir los efectos de los hongos mágicos, y los efectos más fuertes se experimentan entre dos y tres horas después de la ingestión, independientemente de la dosis.
Los hongos son el medio. Los consejos para el “viaje” suele centrarse en tener a la mano actividades para ejercitar tu lado creativo. Sin embargo, no permitas que otras personas establezcan tus expectativas. No todo el mundo desea tomar sus acuarelas, escuchar una lista de reproducción de 10 horas o ver películas “psicodélicas”.
Pueden pasar entre 30 minutos y una hora antes de que comiences a sentir los efectos de los hongos mágicos, y los efectos más fuertes se experimentan entre dos y tres horas después de la ingestión
No te “claves”. En los estudios sobre los efectos terapéuticos de la psilocibina, los participantes generalmente permanecieron acostados durante gran parte de la experiencia, reduciendo los estímulos externos con antifaces y audífonos. Para las personas que esperan centrarse en su bienestar mental, esta es una posible opción. Sin embargo, un viaje con hongos también puede ser una oportunidad de interactuar con la naturaleza, con el arte o con otras personas en formas nuevas y distintas. Sin embargo, es posible sentirse “atorado”, generalmente en un proceso de pensamiento incómodo y repetitivo que, en ocasiones, se considera como un “mal viaje”, que puede provocar miedo o ansiedad extremos.
En condiciones terapéuticas, los acompañantes o monitores tranquilizan a los pacientes que experimentan miedo y ansiedad, en ocasiones, tocándoles la mano o el hombro. Sin embargo, en el uso recreativo, también es recomendable cambiar el entorno. Buscar algo nuevo para mirar o experimentar puede ayudarte a salir de un bache molesto. Es importante recordar que no solo es posible cambiar tu experiencia subjetiva, sino que también debes recordar que los efectos de los hongos mágicos son temporales y transitorios.
Duerme. Después de unas siete horas, la mayoría de las personas habrán “aterrizado” de su viaje con hongos. Después de siete horas, se pidió a los participantes del estudio de Johns Hopkins que contestaran su primer cuestionario, lo que indica que es posible retomar la mayoría de las actividades normales después de ese lapso. Sin embargo, podrían haber efectos residuales, por lo que no es recomendable conducir, trabajar o tomar decisiones importantes. En lugar de ello, deberías tener una buena noche de sueño, que disminuirá cualesquier efectos físicos residuales y te pondrá en la mejor posición para integrar tu experiencia psicodélica en tu vida.
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Para obtener información detallada sobre el consumo de psilocibina, revisa la guía publicada en TripSafe.org.
¿SON SEGUROS, ADICTIVOS, LEGALES?
Los hongos mágicos están entre las drogas recreativas más seguras, con base en los índices de tratamiento médico recibido por su uso. Los hongos son más seguros que el MDMA, el tabaco, la cocaína, el alcohol y la marihuana. Entre sus posibles efectos secundarios está la náusea, el vómito, la somnolencia, la falta de coordinación y el aumento de la presión sanguínea. La toxicidad es muy baja, por lo que es prácticamente imposible tener una sobredosis de hongos (una persona promedio deberá comer varios kilos para obtener una dosis cercana a la toxicidad fatal). El mayor potencial de daño lo tienen las personas que recogen sus propios hongos mágicos y los identifican erróneamente.
Aunque no se han estudiado mucho las interacciones con otras drogas, se debe evitar el uso de hongos en combinación con antirretrovirales, hierba de San Juan o antidepresivos (se ha informado que los ISRS, tricíclicos e IMAO aumentan o incrementan los efectos psicodélicos, lo que hace que los hongos sean imprevisibles).
También es posible que se produzcan efectos psicológicos, por lo que no es aconsejable que las personas con antecedentes familiares de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, consuman los hongos mágicos. De manera similar a la marihuana, que es usada con mayor frecuencia por pacientes con esquizofrenia, la relación entre los hongos mágicos y la enfermedad mental aún no se comprende plenamente.
Al igual que con la marihuana, el LSD y otros alucinógenos, los hongos mágicos también se han relacionado con un fenómeno poco comprendido, conocido como Trastorno Perceptivo Persistente por Alucinógenos, o TPPA, en el que quienes lo padecen afirman experimentar distorsiones constantes en su percepción, incluso años después. Los síntomas pueden ir desde pequeños problemas visuales hasta alucinaciones perturbadoras. Los usuarios de LSD presentan el mayor riesgo de sufrir TPPA, aunque se desconoce exactamente cuántas personas están afectadas, o cómo funciona este trastorno. Los cálculos de la frecuencia del TPPA van desde 1 de cada 50,000 usuarios regulares de drogas, hasta entre 1 y 4 por ciento de los usuarios de LSD.
Los hongos no son adictivos físicamente ni se ha demostrado que causen dependencia psicológica. Los compuestos químicos activos, la psilocibina y la psilocina, producen tolerancia a corto plazo en los usuarios, lo que disminuye sus efectos con un uso repetido. Pueden requerirse varias semanas o un mes para que la tolerancia vuelva a su nivel normal.
Si bien su uso se ha despenalizado en Denver, Colorado y Oakland, California, los hongos mágicos no son legales para su uso recreativo en ninguna otra parte de Estados Unidos. Una iniciativa presentada en Oregón para 2020 podría hacer que los hongos fueran legales en condiciones autorizadas y terapéuticas. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek