La ketamina podría convertirse en un tratamiento rápido y eficaz para personas que sufren de depresión, en particular para quienes no responden a las opciones terapéuticas actuales. Esto afirma una nueva revisión médica, publicada este mes, la cual se suma a las crecientes evidencias de que dicha sustancia podría utilizarse en un entorno clínico.
Publicada en Harvard Review of Psychiatry, la revisión analizó 47 estudios sobre ketamina como tratamiento para la depresión, y el artículo describió las vías específicas mediante las cuales la sustancia actúa en el cerebro de los individuos deprimidos.
La ketamina es un analgésico con propiedades sedantes y, en el ambiente médico, suele usarse como anestésico. Sin embargo, también se usa como una droga en las fiestas, y los usuarios recreativos suelen buscar una sensación que describen como una experiencia extracorpórea.
Pese a la popularidad de su uso recreativo, la ketamina ha sido objeto de numerosos estudios clínicos debido a su potencial para tratar la depresión. Cada vez hay más datos que apuntan favorablemente en ese sentido; por ello, el equipo de la Escuela de Medicina de Harvard decidió revisar las evidencias reunidas hasta el momento.
Según informó Business Insider, los autores hallaron que muchos pacientes tratados con ketamina manifestaron cambios positivos mensurables en la actividad cerebral de regiones asociadas con la capacidad para procesar y controlar las emociones.
Con base en estudios con neuroimágenes, determinaron que dichos cambios incluyen activación de la corteza cingulada anterior subgenual (vinculada tanto con las emociones como con la cognición). Dicha activación se asoció directamente con una mejoría de los síntomas depresivos tan solo 24 horas después que los pacientes recibieron una sola dosis subanestésica de ketamina intravenosa.
El fármaco también mejoró la respuesta cerebral a las emociones positivas, un cambio sugerido por una mayor conectividad en el núcleo caudado del hemisferio derecho. Esta mejoría contribuyó a aliviar los síntomas de la depresión, tal vez debido a la conexión de esta región con el sistema de recompensas del cerebro.
El informe añadió que la ketamina también parece disminuir la capacidad de autocontrol, y esta disminución podría causar “embotamiento afectivo”, lo cual podría aumentar el procesamiento de recompensas; y, a su vez, la satisfacción.
¿Cómo actúa la ketamina?
Si bien la revisión no describe, exactamente, cómo es que la ketamina produce su efecto antidepresivo, los autores señalan que el efecto podría ser indirecto. Investigaciones anteriores hallaron que la ketamina afecta varios receptores del cerebro, como los receptores opiáceos, los receptores adrenérgicos y los receptores de serotonina. La revisión concluyó que los efectos secundarios de la acción de ketamina en esos receptores podrían ser la causa de su respuesta antidepresiva. Sin embargo, hacen falta más investigaciones para confirmarlo.
Esta revisión es la publicación científica más reciente que sugiere que esta sustancia de uso (y abuso) común podría ser en extremo útil para tratar la depresión.
La depresión es un trastorno de salud mental caracterizado por sentimientos prolongados de tristeza y ansiedad extremos. Según los Centros para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, casi uno de cada seis adultos sufrirá de depresión en algún momento de su vida.
Aunque los resultados son prometedores, debe señalarse que la ketamina ocasiona efectos secundarios. Por ejemplo, cuando la ketamina se administra en un ambiente hospitalario, hasta 40 por ciento de los individuos experimenta algún tipo de síntoma a corto plazo; estas manifestaciones pueden incluir delirio, mareo, alucinaciones, pesadillas, o náuseas y vómitos. Por lo pronto, no existe indicación alguna para el uso de ketamina a largo plazo; y quienes abusan de la sustancia, consumiéndola de manera crónica, pueden incluso experimentar una depresión más profunda, o desarrollar problemas de memoria y visión.
A pesar de que hay varios tratamientos para la depresión, no todas las personas responden adecuadamente. Aun cuando la ketamina podría brindar una alternativa útil, se requieren más investigaciones para entender mejor cómo es que la sustancia afecta a los pacientes con depresión, antes que se utilice ampliamente para tratar este trastorno.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek