Las dietas con altas cantidades de proteínas –ricas en pescado, carne y nueces– pueden ayudar a evitar la enfermedad de Alzheimer más adelante en la vida, sugiere una nueva investigación de Australia.
El reporte encontró un vínculo entre la alta ingesta de proteínas y los bajos niveles bajos de proteína peligrosa en el cerebro, pero se necesita más investigación para comprender mejor qué hay detrás de esta relación.
Para el estudio, publicado en línea en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, científicos de la Universidad Edith Cowan en Australia analizaron las dietas de 541 voluntarios de adultos “normales” que no habían experimentado una disminución aparente de la memoria. Los investigadores también midieron los niveles de beta amiloide en el cerebro de los voluntarios a través de biomarcadores en su sangre.
Los voluntarios se dividieron en tres grupos, aquellos con la cantidad más alta, la más baja y la promedio de ingesta de proteínas. Los resultados revelaron que las personas con el mayor consumo de proteína, que era alrededor de 118 gramos por día, tenían 12 veces menos probabilidades de tener niveles altos de beta amiloide.
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La beta amiloide es una proteína que se encuentra naturalmente en el cuerpo, pero a veces puede agruparse en el cerebro y formar placas. Estas placas rodean a las células nerviosas y pueden interrumpir la comunicación de las células cerebrales. Las placas también pueden desencadenar una reacción autoinmune, causando que el sistema inmune del cuerpo elimine las células cerebrales discapacitadas, informa la Asociación de Alzheimer. Los altos niveles de beta amiloide se consideran un precursor de la enfermedad de Alzheimer.
“La investigación demuestra claramente que mientras más proteína se consume, menores son las posibilidades de que una persona tenga una carga alta de Aβ en el cerebro, lo que corresponde a un menor riesgo de desarrollar Alzheimer en el futuro”, dijo en un comunicado Binosha Fernando, investigadora principal del estudio, y que realiza su investigación posdoctoral en neurociencia en la Universidad Edith Cowan.
Por el momento, no está claro por qué comer más proteínas puede reducir el riesgo de un individuo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Fernando sugirió que podría deberse al efecto de la proteína sobre la presión arterial. Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que las dietas ricas en proteínas pueden reducir la presión arterial. Además, se ha demostrado que la presión arterial alta es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Este puede ser el vínculo entre las dietas ricas en proteínas y la salud cerebral, pero según Fernando, será necesario realizar más investigaciones para confirmarlo.
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Mientras tanto, hay muchos otros beneficios para la salud al agregar más proteína a su dieta, más allá de la protección contra la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, un estudio de 2006 publicado en Cell Metabolism descubrió que la proteína podía ayudar a controlar el hambre y regular el peso corporal. Además, otro estudio de ese mismo año encontró que la proteína ayudó al cuerpo a recuperarse más rápido después de la lesión.
Fernando explicó que planea investigar más el efecto de la proteína en el riesgo de Alzheimer, y en próximas investigaciones explorará cómo factores como el género y la genética juegan un papel en esta relación.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek