Primeramente, porque protegerá poblaciones de tiburones y mantas gigantes que solo existen en el Archipiélago de Revillagigedo, y conservará una diversidad biológica inigualable a escala mundial.
En 2016, las iniciativas Mares Prístinos de National Geographic y Mares Mexicanos se unieron para realizar la expedición que conjuntó la mayor recopilación de datos científicos del archipiélago. Utilizando tecnología de punta, que incluye cámaras que pueden sumergirse a 3,000 metros y un submarino de tres tripulantes que viaja hasta 500 metros de profundidad, además del marcado satelital de especies altamente migratorias, se logró evidenciar la importancia de ampliar la protección de este archipiélago y describir las condiciones de estas comunidades marinas que se encuentran en un estado altamente natural. Proteger este archipiélago provee un legado a la humanidad para entender cómo estos ecosistemas funcionan sin la explotación del hombre, y nos dejará un plano para poder recuperar otros arrecifes marinos no solo en México, sino en el planeta.
Segundo, estas grandes reservas marinas se vuelven los principales semilleros que brindan grandes beneficios a las pesquerías. Una vez que las especies comerciales se reproducen hay una gran derrama de individuos que migran fuera de la reserva, donde son pescados por los barcos industriales.
Los análisis de National Geographic y Mares Mexicanos demostraron que tan solo el 3.7 por ciento de las capturas de atún, la especie más pescada alrededor del archipiélago, se realiza dentro de la reserva marina decretada. Puesto que no se podrá pescar, este pequeño porcentaje podrá ser extraído en otras áreas del océano Pacífico, ya que el atún es una especie que migra constantemente; lo cual sugiere un nulo efecto para la industria y para su mercado a escala nacional e internacional. Lo más importante es que, como ha ocurrido en otros ejemplos de reservas marinas de este tamaño, los bordes de la reserva se convertirán en áreas “de alta productividad”, donde la flota atunera verá mejorada su rendimiento en comparación con otras zonas más alejadas de la reserva y aquellas que han sido sobrepescadas.
Finalmente, la visión de convertirlo en un Parque Nacional, que proteja completamente la parte terrestre de las islas y la parte marina, consolida el compromiso de México ante la UNESCO para dejar el Archipiélago de Revillagigedo como un patrimonio para la humanidad.
El Archipiélago de Revillagigedo es un grupo de cuatro islas de origen volcánico, ubicadas aproximadamente 550 km al suroeste de Baja California y a unos 700 km al oeste de Manzanillo, Colima. FOTO: OCTAVIO ABURTO
En septiembre de 2017, siete investigadores fuimos invitados por el secretario del Medioambiente para asesorar a su equipo y ayudar a redactar el decreto de este nuevo Parque Nacional. Después de un laborioso proceso, el decreto de declaración contiene una zonificación rigurosa del área terrestre que asegura desde el comienzo el mantenimiento de las zonas núcleo ya existentes en el archipiélago, y amplía inmensamente el área núcleo de la zona marina. Este parque no solamente será el más grande de México, fue declarado exactamente a cien años del primer parque nacional (Desierto de los Leones) implementado en el país. Esperamos que este sin precedente de voluntad política siga repitiéndose en años venideros.
Como corolario, al declarar el Parque Nacional Revillagigedo, México da un primer paso con sus compromisos internacionales sobre la protección de biodiversidad y de los océanos. A escala mundial hay un movimiento de dejar al menos 10 por ciento de los mares sin ninguna actividad extractiva para el 2020. La reserva marina de Revillagigedo le confiere al gobierno mexicano 4.5 por ciento dentro de esta meta, pero aún está lejos de cumplirla. Si bien costó un par de años para unir muchas voluntades políticas y sobrepasar discusiones estériles sobre si hay o no que pescar en todos los mares mexicanos, pareciera ser que 2017 marcará el año en donde la sociedad mexicana comprendió la búsqueda de una visión de largo plazo para la sustentabilidad de sus recursos marinos. Por mi parte, seguiré ayudando a cumplir la meta.
Veintiocho especies de tiburón han sido registradas en las Revillagigedo. De esas, al menos ocho fueron observadas durante nuestra expedición. Un total de 200 tiburones pertenecientes a ocho especies diferentes fueron registradas en 2,880 horas de video grabado en cámaras remotas con carnada. FOTO: OCTAVIO ABURTO
En abril de 2016 realizamos una importante expedición al Archipiélago de Revillagigedo. Las iniciativas Mares Prístinos de National Geographic y Mares Mexicanos reunieron 18 expertos, entre científicos, camarógrafos y fotógrafos, para documentar la vida marina del archipiélago. Además de asesorar la colecta de datos sobre peces de arrecife, mi trabajo consistió en documentar fotográficamente las especies más carismáticas y los paisajes marinos de estos ecosistemas únicos en el planeta. Durante dos semanas visitamos las islas San Benedicto, Roca Partida e isla Socorro, donde pude fotografiar impresionantes mantas de cinco metros de largo, decenas de majestuosos tiburones y coloridos paisajes que regocijaron mis pupilas.
Las siguientes fotografías son un portafolio de imágenes que representan lo prístino del Archipiélago de Revillagigedo. Tengo 25 años buceando en los mares mexicanos y no creo que haya algún área marina más natural y salvaje que este archipiélago en México.
La manta gigante Manta birostris es común en las cuatro
islas del archipiélago y la atracción principal para la industria del turismo
de buceo. FOTO: OCTAVIO ABURTO
La biomasa (tamaño y cantidad de peces) en Roca Partida es
una de las más grandes en el mundo; segunda solo después de las islas Darwin y
Wolf en la Reserva Marina de Galápagos y comparable con la isla del Coco en
Costa Rica. FOTO: OCTAVIO ABURTO
Los tiburones punta blanca de arrecife (Triaenodon obesus)
fueron la especie más común, seguidos de los tiburones de Galápagos
(Carcharhinus galapagensis) y punta plateadas (Carcharhinus albimarginatus). FOTO:
OCTAVIO ABURTO
Los arrecifes de Revillagigedo albergan poblaciones altas de
pepinos de mar y langosta, lo que sugiere densidades vírgenes y saludables en
ausencia de pesca. FOTO: OCTAVIO ABURTO
Con el fin de evaluar la biodiversidad y salud de los ecosistemas
marinos de las Islas Revillagigedo, así como las necesidades y oportunidades
para su conservación, utilizamos tecnología de punta y muchas horas de buceo
por 18 expertos en distingos campos de investigación. FOTO: OCTAVIO ABURTO