Investigadores del Reino Unido han descubierto que las dificultades para dormir pueden provocar o empeorar la depresión, ansiedad, paranoia y alucinaciones. Pero no son solo malas noticias: el tratamiento de estos problemas de sueño puede mejorar de manera rápida y notable los trastornos de salud mental.
“Si miramos atrás, nos preguntamos por qué no dimos al insomnio la atención que merecía”, reflexiona Paul Harrison, uno de los coautores del estudio y director asociado de investigación del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford. La falta de sueño, que es uno de los síntomas más comunes de la depresión, “podría ser anterior al inicio de esta última”, afirma. Se trata de un nuevo hallazgo en el área de la psiquiatría.
En el tratamiento de los trastornos mentales, a los problemas de sueño generalmente “se les ha asignado una baja prioridad”, se lee en el estudio, publicado en la revistaLancet Pshychiatry.
La falta de sueño se considera como “un síntoma, consecuencia o epifenómento de los trastornos”, se afirma en el estudio. Sin embargo, los investigadores (un total de 42, provenientes de la Universidad de Oxford, la Universidad de Liverpool, la Universidad de Glasgow y otras) descubrieron que el tratamiento y el mejoramiento de los problemas de sueño produjo “mejoras en la depresión, así como mejoramientos en la ansiedad, problemas prodromales, pesadillas, bienestar psicológico y funcionamiento, y todas esas mejoras se mantuvieron con el paso del tiempo”.
En el estudio participaron estudiantes universitarios, “un grupo etario que presenta un mayor riesgo de sufrir ansiedad y depresión”, señaló Harrison.
En la Universidad de Georgetown, un popular vídeo, producido por los alumnos, en el que se examina la cultura de estrés de la escuela, y titulado “Sleep When You’re Dead” (Ya dormirás cuando mueras) llegó a los titulares de la prensa en 2014. “¿Qué les ocurre a los estudiantes cuando la cultura del campus glorifica el estrés y espera la perfección?”, se lee en la descripción del vídeo.
Y, ciertamente, los estudiantes de Georgetown u Oxford no son los únicos: en 2014, en el “Proyecto de Investigación sobre el Sueño” de la Universidad de Alabama, se encontró que 60 por ciento de los estudiantes universitarios de todo Estados Unidos no dormían lo suficiente, mientras que lo mismo ocurría con 33 por ciento de los adultos.
Jawbone, la empresa de tecnología que creó la aplicación UP para monitorear los hábitos de ejercicio y de sueño, informó en enero pasado que los estudiantes que utilizaban esta tecnología de seguimiento dormían menos de siete horas por noche 46.2 por ciento de las veces.
Este estudio, publicado enLancet,fue un ensayo de ciego sencillo controlado y realizado en 26 universidades del Reino Unido entre 3,755 estudiantes con insomnio que se sometieron a una terapia digital cognitiva conductual para mejorar sus problemas de sueño y que realizaron evaluaciones en línea durante la terapia, así como varias semanas después de la misma. Los autores opinan que “es el ensayo controlado aleatorizado más grande que se ha realizado sobre una intervención psicológica para tratar un problema de salud mental”.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek