Si el Presidente Donald Trump grabó, de verdad, sus conversaciones con James Comey, el director despedido del FBI, podría no ser la primera vez.
Se han presentado fuentes quienes afirman que Trump grababa sus interacciones antes de asumir el cargo, con por lo menos tres ex empleados diciendo aThe Wall Street Journal que vieron al magnate usar un dispositivo para grabar conversaciones en la Torre Trump de Ciudad de Nueva York. Ese artículo continúa un reporte de junio de 2016 de BuzzFeed presentando a cuatro ex empleados quienes afirmaban que Trump oía las llamadas en su centro vacacional de Florida, Mar-a-Lago, a mediados de la década de 2000.
Los reportes podrán describir acciones que sucedieron hace meses e incluso años, pero han cobrado una relevancia nueva después de la decisión de Trump de despedir a Comey, en circunstancias que no están del todo claras. Trump inicialmente dijo que despidió a Comey por recomendación del fiscal general Jeff Sessions y el fiscal general adjunto Rod Rosenstein, quienes reprendieron a Comey por lo que ellos dijeron fue su mal manejo de la investigación a Hillary Clinton por su uso de un servidor privado de correo electrónico cuando fue secretaria de estado. Luego, el presidente dijo a los reporteros que había planeado despedir al director de todas formas. Comey había estado investigando la campaña de Trump por cualesquiera nexos posibles con Rusia.
Trump provocó el debate de las grabaciones el viernes cuando tuiteó: “¡A James Comey le convendría esperar que no haya ‘cintas’ de nuestras conversaciones antes de que empiece a filtrarle a la prensa!” El presidente luego dijo a Jeanine Pirro, de Fox News, que él “no podía hablar de” las supuestas grabaciones.
Los rumores de cintas de Trump no son nuevos.
Una fuente anónima dijo alJournal que el magnate “grabó prácticamente todo en la oficina”, incluso cuando el abogado de Trump, Michael Cohen, dijo que “nunca vi un dispositivo de grabación conectado a su teléfono, tampoco tengo conocimiento de alguna ocasión en que él grabara una conversación”.
El artículo de BuzzFeed cita a cuatro empleados quienes dijeron que Trump tenía una especie de centralita en su recámara en Mar-a-Lago que él en ocasiones usaba para escuchar subrepticiamente hace una década. Sin embargo, otras dos fuentes negaron estas afirmaciones.
Mientras tanto, elJournal yThe Washington Post publicaron anécdotas de reporteros quienes dijeron que, cuando entrevistaron a Trump, él mencionó que estaba grabándolos.
Como reportó Politifact, a los presidentes por lo general se les permite grabar conversaciones en la Casa Blanca, dado que Washington, D.C., exige que solo una parte consienta tales grabaciones para que sean legales. Cierta cantidad de predecesores de Trump han grabado en sus oficinas, incluidos Franklin Roosevelt, John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson.
Otro grabador serial fue, por supuesto, Richard Nixon, quien renunció después del escándalo Watergate. Sus cintas revelaron que él trató de encubrir un robo en las oficinas centrales del Comité Nacional Demócrata.
Las comparaciones crecientes con Nixon han preocupado a algunos políticos y comentaristas republicanos.
“La lección para los presidentes desde Nixon fue: no grabes tus conversaciones en la Oficina Oval”, dijo Timothy Naftali, profesor de la Universidad de Nueva York y quien fue el primer director federal de la Biblioteca Presidencial Richard Nixon, a Associated Press. “Solo puede meterte en problemas”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek