México está expuesto a un posible cambio en las políticas comerciales de los Estados Unidos durante la administración entrante de Donald Trump y a la incertidumbre que esto genera, lo cual representará un freno para las inversiones y el crecimiento en 2017, refirió la calificadora Moody’s.
No obstante, aseguró que las recientes reformas tributarias “han compensado la disminución de los ingresos petroleros, mejorando así la resistencia del perfil crediticio soberano ante posibles choques”.
En un informe presentado este día, Moody’s dijo que el El crecimiento económico en América Latina y el Caribe registrará un promedio de apenas 0.9 por ciento entre 2016 y 2018, derivado en gran medida de la debilidad en Brasil y Argentina, que son dos de las principales economías de la región.
La calificadora dijo que este crecimiento se ubica muy por debajo del reciente promedio de 3 por ciento alcanzado durante el período de 5 años del periodo 2010-2015.
“Dada la relativa mejoría de los precios de los commodities y las acciones de calificación ya tomadas, prevemos que las tendencias crediticias negativas se contendrán en 2017 en comparación con el año pasado”, señaló Samar Maziad, analista de Moody’s. “No obstante, estimamos que la calidad crediticia de algunos soberanos se deteriorará aún más”.
De los 29 soberanos latinoamericanos calificados por Moody’s, Brasil (Ba2 negativa), Ecuador (B3 estable), Trinidad y Tobago (Baa3 negativa) y Venezuela (Caa3 negativa) experimentarán el menor crecimiento y enfrentarán las dificultades crediticias inherentes en 2017 y 2018.
Moody’s espera un incremento de los niveles de deuda de Argentina (B3 estable) y Brasil, ya que la consolidación fiscal en estos países sigue siendo un factor desafiante e insuficiente para revertir las tendencias negativas.
La firma espera que los elevados déficits fiscales e indicadores de deuda sigan limitando las opciones de política para muchos soberanos de la región.
“A pesar del menor crecimiento en muchos países, las autoridades estarán limitadas en su capacidad para implementar, o acelerar, políticas monetarias más expansivas en 2017 debido a las tasas de interés globales más altas y a la volatilidad de los flujos de capital. Esto restringirá el crecimiento y derivará en deuda doméstica con intereses más altos”, indicó.