La carta se
titula No volverás a trabajar en esta
ciudad, la actriz la publicó en el sitio aplus.com, propiedad de su pareja
Ashton Kutcher. Y de entrada dice: “Si me está pasando a mí, le está pasando de
manera más agresiva a más mujeres”.
Mila cuenta en
su carta cómo un productor, cuyo nombre no revela, la amenazó alguna vez con no
volver a trabajar en Hollywood si no aparecía semidesnuda en la portada de una
revista masculina, para promocionar una película. De ahí el título de su carta.
Cuenta que, a
pesar de haber sentido miedo, ya no estaba dispuesta a seguir soportando esos
tratos, asegura que se sintió como un objeto, así que se armó de valor y le
dijo que no al productor. “¿Pero
adivinen qué? El mundo no se terminó, la película hizo mucho dinero y seguí
trabajando en esta ciudad una y otra y otra vez. Lo que este productor no notó
es que lo que dijo era exactamente lo que muchas mujeres temen cuando deciden
enfrentarse a prejuicios de género en sus centros de trabajo”.
Y entonces dice que eso le pasa a muchas mujeres, que por miedo dicen
que sí, comprometen su dignidad por mantener las cosas como están, y se quedan
esperando a que el cambio llegue solo.
Incluso cita un estudio de la Asociación Americana de Mujeres
Universitarias que dice que la brecha salarial entre hombres y mujeres apenas
se está cerrando a un ritmo tan lento, que después de 136 años las mujeres van
a recibir el mismo pago que los hombres. “Y la brecha salarial no es más que
una cuantificación clara de la subvaloración aguda de las contribuciones de las
mujeres en el lugar de trabajo”, dice Mila en su carta.
“A lo largo de mi carrera, ha habido momentos
en los que me han insultado, marginado, pagado menos, ignorado en el plano
creativo y disminuido de una u otra manera solo basándose en mi género”,
asegura la actriz de cintas como Cisne Negro.
Continúa compartiendo su experiencia: “Aprendí que para tener éxito
como mujer en esta industria tenía que jugar con las reglas del club de los hombres,
pero cuanto más vieja me hacía y más tiempo tenía trabajando en esta industria
me daba cuenta de que todo eso era mierda”.
Y entonces dice que decidió crear su propio club, creó su propia
productora en sociedad con otras tres mujeres, “Desde nuestra creación, hemos
tenido la suerte de asociarnos con increíbles productores (hombres y mujeres),
que nos han tratado como iguales y socios. Recientemente, nos aliamos con un
influyente productor (hombre) en un proyecto que tocará una importante cuestión
social: irónicamente, la inclusión, y nuestra experiencia humana compartida”.
Sin embargo, volvió a encontrarse con una pared, el productor con quien
se asoció en el proyecto que parecía prometedor envió un mail en el que decía:
“Mila es una súper estrella, una de las más grandes actrices de Hollywood y muy
pronto será esposa de Ashton Kutcher y la madre de un bebé”.
“Lo que hizo este productor fue reducir mi valor a nada más que mi
relación con un hombre exitoso y mi capacidad para tener hijos. Ignoró mis
contribuciones creativas y logísticas y las de mi equipo. Optamos por
retirarnos del proyecto”, explica la actriz en su carta, y reafirma que aún los
pequeños detalles, como ese mail, son agresiones que minimizan la importancia
de las mujeres en el mercado laboral.
“Me cansé de hacer concesiones y sobre todo me cansé de que me obliguen
a hacer concesiones. Así pues, a partir de este punto, cuando me toque
enfrentarme a este tipo de comentarios, sean sutiles o abiertos, los encararé,
voy a poner un alto en el momento y hacer todo lo posible para educar”, dice
finalmente Mila Kunis en su carta abierta.