Sólo 10 países, que representan menos del 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global albergan a más de la mitad de las personas refugiadas, lo cual exhibe la falta de liderazgo y responsabilidad de las naciones más ricas del mundo, denunció Amnistía Internacional.
En su informe Atajar la crisis global de refugiados, la organización defensora de derechos humanos documentó la precaria situación a la que se enfrenta gran parte de los 21 millones de personas refugiadas. Dijo que muchas de ellas están en Grecia, Irak o la frontera entre Siria y Jordania necesitan con urgencia un hogar, mientras quienes se encuentra en Kenia y Pakistán padecen un hostigamiento cada vez mayor por parte de los gobiernos.
Amnistía propuso por ello establecer la cuota justa que cada Estado debería aceptar para ofrecer cada año un hogar al 10 por ciento de la población refugiada mundial.
“Unos pocos países se ven obligados a hacer mucho más de lo que les corresponde, sencillamente, por su proximidad a zonas de crisis. Esta situación es intrínsecamente insostenible y aboca a un sufrimiento y miseria intolerables a los millones de personas que huyen de la guerra y la persecución en países como Siria, Sudán del Sur, Afganistán e Irak”, dijo al respecto el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.
Shetty indicó que ya es hora de que los líderes entablen un debate serio y constructivo sobre el modo en que la sociedad ayudará a las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares a causa de la guerra y la persecución.
“Deben aclarar por qué el mundo rescata bancos, desarrolla nuevas tecnologías y participa en guerras, pero es incapaz de ofrecer un hogar seguro a 21 millones de personas refugiadas, que representan sólo el 0.3 por ciento de la población mundial.”
Explicó que si los Estados trabajan conjuntamente y comparten la responsabilidad, se podrá garantizar que las personas que han sido obligados a huir de sus hogares y de sus países puedan reconstruir con seguridad sus vidas en otro lugar.
“Si no actuamos, morirá gente, ya sea ahogada, por enfermedades prevenibles adquiridas en horribles campamentos o centros de detención, o al ser obligadas a regresar a las zonas de conflicto de las que huyeron”, lamentó.
Gráfico: Amnistía Internacional.
Amnistía refiere en su informe que este desigual reparto de responsabilidad está exacerbando la crisis global de refugiados y los muchos problemas a los que se enfrentan las personas refugiadas. Es en ese contexto que pide que todos los países acepten un porcentaje equitativo de las personas refugiadas del mundo, que se fundamente en criterios objetivos que reflejen su capacidad de albergarlas.
El Reino Unido, por ejemplo, ha recibido a menos de 8000 ciudadanos sirios desde 2011, mientras que Jordania, que tiene una población casi 10 veces menor y el 1.2 por ciento de su PIB, alberga a más de 655,000 personas refugiadas de Siria.
Líbano es otra muestra; con una población de 4.5 millones de habitantes, una extensión de 10.000 kilómetros cuadrados y un PIB per cápita de 10,000 dólares estadounidenses, da cobijo a más de 1.1 millones de personas refugiadas sirias, mientras que Nueva Zelanda, que tiene el mismo tamaño de población pero cuenta con una extensión de 268,000 km2 y un PIB per cápita de 42,000 dólares estadounidenses, a día de hoy sólo ha recibido a 250.
Irlanda que tiene 4,6 millones de habitantes, una extensión siete veces mayor que la de Líbano y una economía cinco veces superior, hasta ahora sólo ha recibido a 758 personas refugiadas sirias.
En ese sentido, el informe muestra que los países más ricos del mundo podrían asumir un porcentaje más equitativo de la actual población mundial de personas refugiadas vulnerables y pone como modelo a Canadá.
Desde noviembre de 2015, esta nación ha reasentado a cerca de 30,000 personas refugiadas sirias. Poco más de la mitad de los reasentamientos fueron patrocinados por el gobierno canadiense, y cerca de 11,000 más se hicieron con acuerdos de patrocinio privado. A finales de agosto de 2016, se estaban tramitando otras 18,000 solicitudes de personas sirias, principalmente en Líbano, Jordania y Turquía.
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Amnistía detalló que sólo unos 30 países están llevando a cabo algún tipo de programa de reasentamiento de refugiados, y la cifra de plazas que ofrecen está cada año muy por debajo de las necesidades identificadas por la ONU. Explica que si se incrementaran a 60 o 90 países, la crisis se aliviaría significativamente.
“Los líderes mundiales han sido totalmente incapaces de acordar un plan para proteger a los 21 millones de personas refugiadas del mundo. Pero, cuando los líderes fracasan, las personas de buena conciencia deben incrementar la presión sobre los gobiernos para que muestren algo de humanidad hacia personas que sólo son diferentes en que se han visto obligadas a huir de sus hogares”, dijo Shetty.