El Senado brasileño aprobó en la madrugada del miércoles someter a juicio a la presidenta Dilma Rousseff y dejó su mandato a una votación de terminar abruptamente con 13 años de la izquierda en el poder.
Tras más de 15 horas de debate, los senadores dieron un fuerte respaldo al impeachment de la primera mujer en presidir Brasil.
Rousseff fue suspendida desde el 12 de mayo acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos a espaldas del Congreso.
Los cargos, considerados “crímenes de responsabilidad” que son castigados con la pérdida de la presidencia, tuvieron 59 votos a favor y 21 en contra.
Fueron cuatro votos más que cuando el proceso fue admitido para ser analizado y cinco más que la mayoría especial de dos tercios (54) necesarios para la destitución definitiva.
“Demuestra una expresiva mayoría e indica que en este proceso tan discutido en el Senado ya hay una posición definida. Es muy difícil que haya algún hecho que pueda cambiar esto”, dijo el senador Romero Jucá, tras la votación.
Jucá, del partido de centro-derecha PMDB que conduce el vicepresidente Michel Temer, aseguró que la presidenta perderá su cargo entre el 28 y el 29 de agosto.
La defensa, en manos del exministro de Justicia José Eduardo Cardozo, pidió la absolución de la presidenta y cuestionó el potencial castigo de la pérdida del mandato.
“Un presidente de la República solo puede ser separado de su cargo si hay un atentado contra la Constitución. Debe ser un crimen mayor”, dijo Cardozo quien aseguró “estar del lado correcto de la historia”.
Con los Juegos Olímpicos de Río 2016 capturando la atención de los brasileños que por primera vez tienen a la élite del deporte mundial en sus tierras, la sesión tuvo un tono intenso y pletórico de metáforas vinculadas a la competencia.
Rousseff debió salir del Palacio de Planalto el 12 de mayor sumergida en niveles mínimos de popularidad.
Denuncia ser víctima de un “golpe parlamentario” y ahora solo dispone de una oportunidad más, la fase final del juicio, para evitar su debacle y la del Partido de los Trabajadores fundado por Luiz Inácio Lula da Silva hace más de treinta años.
Los hombres de Temer afirman por su parte que es un caso juzgado y que en la instancia definitiva podrían sumar más apoyos.
Esa instancia empezará cuatro días después de la ceremonia de clausura de los Juegos y se extenderá por cinco días. En caso de ser sentenciada, Rousseffquedará inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años.
“Lamento que el Senado esté escribiendo una de las páginas más tristes de su historia, hiriendo de muerte a la democracia”, dijo lacónicamente el senador Jorge Viana, del PT, al cerrar su presentación.