Pedro Pablo Kuczynski asumirá el 28 de julio la presidencia del Perú por cinco años. Ex banquero de Wall Street y flautista del Royal College of Music, deberá entonar una melodía que logre consensos en un país que ha quedado dividido entre fujimoristas y antifujimoristas.
Si bien serán muchas las tareas que le corresponderá asumir, estas son las siete que parecen prioritarias.
Congreso y gobernabilidad
Exministro de Economía, sabe que deberá tender puentes con el fujimorismo, que controla 73 de los 130 escaños del Congreso, en el cual su partido tiene sólo 18 representantes.
Pero no será fácil. El pleito con el fujimorismo ha sido duro. La legisladora fujimorista, Luz Salgado, aseguró que primero tendrán que presentarles disculpas, por haberlos vinculado con el narcotráfico.
“Nos vamos a disculpar todos y vamos a voltear la página para concertar”, dijo Kuczynski a la televisión.
Kuczynski también deberá tender lazos con el izquierdista Frente Amplio, que lo apoyó en la segunda vuelta.
Reunificar el país
Para ganar, el conocido como PPK, por sus iniciales, fue catapultado por el voto antifujimorista, que aún mantiene vivo el recuerdo del gobierno del padre de Keiko, Alberto Fujimori, con casos de corrupción y violación a los derechos humanos.
Como presidente, deberá ser capaz de conciliar a la ciudadanía en un objetivo común de desarrollo. Eso implica también moderar su imagen de “gringo” y sintonizar mejor con las clases populares.
Seguridad ciudadana
Un 70% de los peruanos considera que es el mayor problema. Crimen organizado, bandas de narcotraficantes, asaltos con violencia y muerte y acciones de sicarios son habituales.
PPK sugiere fortalecer a la Policía, reforzar la seguridad en las cárceles -desde donde operan bandas que dan órdenes por teléfono- además de generar empleo para los presidiarios. También plantea que las penas sean acumulativas. Actualmente en Perú el sentenciado sólo cumple la sanción mayor.
Impulso económico
Tras superar dos décadas de guerra interna, Perú se convirtió en la estrella de la región y pese a la crisis económica mundial, crece más que la mayoría de sus pares, aunque está alejado de su potencial de expansión de 5%.
PPK planea reducir progresivamente el impuesto a las ventas de 18% a 15%, para estimular el consumo. Las grandes empresas podrán descontar el íntegro de su inversión de sus impuestos. En su plan está la generación de 3 millones de empleos y dotar de agua potable a 10 millones de peruanos.
Narcotráfico
Perú es uno de los mayores productores mundiales de hoja de coca y cocaína, y en su economía se mueven 8.500 millones de dólares al año producto del narcotráfico.
Una comisión del Congreso ya advirtió de la infiltración de esta actividad en la política peruana y Kuczynski ha hablado del riesgo de que Perú se convierta en un “narcoestado”.
Un tema pendiente es dotar de facultades a la Unidad de Inteligencia Financiera -adscrita a la superintendencia de bancos- para levantar secretos bancarios y tributarios de sus investigados. Depende del Congreso.
Minería y medioambiente
En Perú, importante productor mundial de oro, plata y cobre, hay una decena de proyectos clave parados o bloqueados, en muchos casos por conflictos socioambientales. Pobladores temen la contaminación de su entorno y se quejan porque la inversión no los favorece.
Según la Defensoría del Pueblo, a abril de 2016, de 145 conflictos 91 están relacionados al sector minero. Y suman 69 los muertos en protestas desde 2011.
Kuczynski plantea el “adelanto social”, llegar con inversión que satisfaga necesidades básicas y postergadas de la comunidad en donde se planee la ejecución de un proyecto minero. También reformar la ley de canon para que beneficie directamente a los involucrados.
Tema aparte es la minería artesanal, que ha depredado la Amazonía y contaminado con mercurio a poblaciones y ríos. El presidente electo apuesta por formalizar su actividad evitando daños al medio ambiente.
Trabajo formal
En Perú, un 70% del empleo es informal, sin que el trabajador tenga acceso a la totalidad de sus derechos laborales.
Kuczynski promueve una revolución del crédito bancario. Pasar del 35% del PIB actual al 60%, para que las pequeñas empresas tengan acceso a financiamiento y puedan formalizar su actividad.