Las encuestas han demostrado
consistentemente que los adultos mayores son un grupo etario donde la ex
secretaria de Estado tiene una clara ventaja sobre su rival principal, el
senador por Vermont Bernie Sanders. El estudio de CNN/ORC International,
realizado en enero 15-20, reveló que Clinton tenía la preferencia (63 vs. 34 por ciento) entre los demócratas
de 55 años y más que posiblemente asistirán a la conferencia. De hecho, la
brecha era aún más amplia en la encuesta CBS News/YouGov realizada por las
mismas fechas, donde Clinton aventajaba a Sanders 61 a 28 por ciento entre los
demócratas registrados de 65 años y más.
Lo opuesto aplica entre los
votantes jóvenes del grupo de 18 a 34 años, quienes muestran una marcada
preferencia por Sanders. A simple vista, esta yuxtaposición es muy extraña,
pues de ser electo, Sanders, de 74 años, sería el presidente más anciano en la
historia. Con todo, Sanders es percibido como un candidato “auténtico” y sus
promesas de cambio radical hacen que muchos veinteañeros “sientan al Bern”,
algo que la prensa ha comentado a menudo. Por su parte, los mayores son votantes
más consistentes, lo que indica que la ventaja de Clinton entre los nativos de
Iowa podría ser más significativa.
“Quienes asisten a las
asambleas partidistas son, históricamente, mayores, así que eso significa que
es un universo de personas más estables”, dice el consultor político demócrata
Paul Tewes, quien administró la campaña de Iowa del presidente Barack Obama en
2008. La desventaja: “Por esa misma causa, es más difícil crecer”.
Entre tanto, “los más jóvenes
probablemente no tengan la misma tradición de asistir a las asambleas, pero el
entusiasmo puede estimularlos, y pueden duplicar o triplicar las cifras
normales”, agrega Tewes. Ese entusiasmo juvenil es lo que él y la campaña Obama
explotaron con gran éxito en 2008. La encuesta de salida del New York Times en Iowa reveló que, aquel
año, el grupo de 17-29 años representó la misma proporción de asistentes a la
asamblea demócrata que los votantes de más de 65 años. En cambio, en 2004, los
votantes de 65 y mayores representaron 27 por ciento de los votos en la
asamblea demócrata, contra solo 17 por ciento del segmento de 17-29 años.
Las esperanzas de Sanders en
Iowa se acabarán si las asambleas del próximo lunes siguen el modelo de 2004,
en vez del de 2008. Y como señaló The Des
Moines Register a principios de mes, podría estar en desventaja porque los
votantes universitarios tienden a estar concentrados en ciertas ciudades,
mientras que el partido estatal distribuye delegados con base en la geografía,
no en las cifras. En 2008, las asambleas partidistas se celebraron a principios
de enero, cuando los estudiantes seguían en casa por las vacaciones navideñas,
en vez de encerrados en un puñado de ciudades universitarias, situación que
ayudó a Obama. “Pudimos distribuir nuestra fuerza entre los jóvenes de manera
más equitativa en todo el estado”, explica Tewes.
No obstante, agrega, “he
visto asambleas, sobre todo en áreas rurales, donde llegan cinco o seis de
estos chicos de bachillerato y representan la mitad del auditorio”.
Por supuesto, Sanders no
cederá el voto de los mayores a Clinton. Su campaña está distribuyendo en Iowa
un correo directo sobre Seguridad Social, donde cita a AARP, lo cual ha
provocado una respuesta de la rama de la organización no partidista de Iowa, la
cual representa a millones de jubilados en todo el país. “AARP no autorizó a la
campaña de Sanders a mencionar a AARP ni a usar su logo, y no participamos en
su producción”, dice la respuesta.
Sin duda, el legislador
septuagenario independiente tiene la experiencia para atraer a los votantes
mayores de dicho estado. Construyó su carrera en el Congreso hablando sobre la
defensa del Seguro Social y de combatir los exagerados precios de los
medicamentos de prescripción, dos prioridades para los adultos mayores. Uno de
sus momentos cumbre fue organizar el primer viaje en autobús para llevar a sus
constituyentes a Canadá para comprar medicamentos de prescripción de bajo
costo.
Sin embargo, el Seguro Social
no es algo que se haya tocado mucho en el debate nacional. Fue mencionado una
vez (por Sanders) en el debate democrático más reciente en Charleston, Carolina
del Sur. Pero Kent Sovern, director de AARP en el estado de Iowa, dice que el
tema surge constantemente en el recorrido de la campaña por el estado. “A
menudo, es la primera pregunta que escuchan los candidatos en los foros
locales”, dice Sovern. En parte, se debe a un esfuerzo concertado por parte de
la organización de Sovern para promover el tema tanto entre sus miembros como
con los candidatos. “Tenemos camisas rojas [de AARP] en el público… por todos
los estados”, informa.
Con todo, el futuro del
Seguro Social quizás no sea lo que conduzca a los votantes mayores al bando de
Clinton. Las mujeres mayores demócratas están decididas a poner una presidenta
en la Casa Blanca, señala Steffen Schmidt, profesor de ciencias políticas de la
Universidad Estatal de Iowa. Es algo que tal vez no tengan oportunidad de hacer
nuevamente en sus vidas.
Tewes dice que confía en que
ninguna campaña lo apueste todo a un sector de simpatizantes de Iowa. Enfatiza
que, para ganar asambleas partidistas, es necesario llegar a toda la gente
posible, no obstante la edad y demás consideraciones demográficas. “No debes
limitarte, desde el primer día, al tipo de gente con quien hablas y la cantidad
de veces que hablas”, dice Tewes. “No existe tal cosa como un participante de
asamblea regular”.