MUCHOS RECORDARÁN aquella etiqueta llamada “rock en tu idioma”, que se encargó de dar a conocer algunas bandas de rock en español iberoamericano de la década de 1980; pues bien, ahora, y por iniciativa de Sabo Romo, el exbajista de Caifanes, llega Rock en tu idioma sinfónico, con la participación, entre otros, de músicos pertenecientes a La Unión, Los Enanitos Verdes, Miguel Mateos, Los Amantes de Lola, Fobia, Rostros Ocultos, Ritmo Peligroso y el elemento sinfónico: la Camerata Metropolitana, el coro Euterpe y Felipe Pérez Santiago, director de orquesta.
Este 27 de noviembre aparece el disco y el 8 de diciembre inicia la gira en el Plaza Condesa de la Ciudad de México.
Es precisamente Romo quien accede a echarse este palomazo con Newsweek en Español. Y sí, suena peligroso.
—¿Rock en español sinfónico es un experimento?
—No, es una realidad. Ya como experimento pasó hace treinta y tantos años, que entonces sí era un experimento y que, como muchos recordamos, fue generado por la llegada de música, principalmente de Argentina y de España, a mediados de la década de 1980, y que de alguna manera generó que las trasnacionales que estaban establecidas acá voltearan a ver a las bandas nacionales.
Esa era la parte del experimento. Era muy raro que hasta ese momento hubiera un concierto grande de rock nacional. Creo que el último había sido quince o diecisiete años antes, Avándaro.
—¿Y entonces qué es?
—Veámoslo así: primero se moldeó en barro (rock en tu idioma), y ahora me parece que ahora lo hicimos de cristal (rock en tu idioma sinfónico). Yo, honestamente, prefiero el barro: es más resistente, más colorido; pero el vidrio filtra la luz de una manera increíble. Por supuesto que es algo pretencioso, si no, ¡qué jodidez! Fueron también nuestras ganas de escuchar estas canciones, no en un siguiente nivel, pero sí de otra forma, en otro contexto. Rock en tu idioma sinfónico, a diferencia de otros sinfónicos que han circulado en estos últimos años, tiene como protagonista, no a ninguna banda en particular, sino al rock en español. Rock en tu idioma somos todos: todos los que hacemos rock en español. Y se acabó.
—¿Dirías que hay un guiño a la nostalgia?
—Sí, ¿y…?
—¿Pretenden presentarse en Bellas Artes?
—No le daríamos ese gusto a Bellas Artes. Eso de alta y baja cultura es una mamada. La música es para quien quiera escucharla. Y si tu éxito en la vida es Wisin & Yandel, chingón.
—Pero aquí el punto es: la orquesta sinfónica.
—Sí. Pero yo lo plantearía desde otra perspectiva: quítale el sinfónico y vamos a hablar de orquesta. Ya el solo término orquesta lo convierte en algo elitista. Y yo he estado en algunos entierros en el interior del país, y hay orquesta en el entierro. Y es un rollo emotivo, alucinante.
—¿Están pensando en el público joven?
—Estoy pensando en quien quiera escucharlo, que puede ser mi abuelita o la banda de dieciséis años que va a los shows de Caifanes y que se sabe mejor las canciones que Saúl. A mí tampoco me tocó Chopin ni Schubert ni Marley. Y los disfruto un chingo.
—En sus orígenes el rock estuvo asociado a la inconformidad y a la rebeldía, ¿cuál es el espíritu del rock hoy en los tiempos de hipercapitalismo, en que las reuniones obedecen sobre todo a ganancias económicas?
—Sí y no. Yo como artista vivo de lo que hago y tengo 35 años de vivir de lo que hago. Por ende, tengo que comerciar con lo que hago. Y es un círculo virtuoso: si no comercio, no trago; tengo que hacerlo. Yo no necesariamente asocio el rock con rebeldía, sino con emoción. Rock en tu idioma sinfónico tiene que ver con que somos tan estúpidamente afortunados que seguimos haciendo, diciendo y pensando estricta y obligadamente lo que nos da la gana. Y no vamos a dejar de hacerlo.
—En última instancia, ¿qué es el rock como para que merezca la pena trasladarlo a un formato que no es el suyo?
—¿Por qué no es el suyo? Te puedo hablar de Premiata Forneria Marconi, Focus, Emerson, Lake & Palmer, Tangerine Dream, Aqua, bandas progresivas de la década de 1970 que lograron, junto con mi papá, que yo me interesara en la música clásica por una situación simplísima: el rock es de tan amplio espectro que permite lo que se te dé tu gana desde tiempos inmemoriales.