Agentes policiacos integrados a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que padecen obesidad y enfermedades de las vías respiratorias están dejando las filas de la corporación de manera acelerada, pues tan sólo durante 2014, la secretaría sumó 148 dimisiones.
Los gentes evitan dar alguna declaración, supuestamente, porque son obligados a una “renuncia voluntaria”, sobre todo aquellos que ya tienen una antigüedad superior a los 20 años.
La Unidad de Información Pública Gubernamental del Poder Ejecutivo informa, en la respuesta a una solicitud pública, que 61 por ciento de los policías tienen algún problema de obesidad y sobrepeso, según la respuesta a una solicitud pública.
Al hacer un balance de su estado de fuerza, la autoridad no revela el número de agentes que tiene asignados en cada uno de sus cuerpos bajo el supuesto de estar bajo reserva; sin embargo, sí da a conocer que en promedio tienen 37 años de edad.
Además, 23 por ciento de ellos tienen problemas derivados de la obesidad y otro 38 por ciento cuenta con sobrepeso. Y, por obligación legal, todos ellos ya cuentan con el nivel escolar de bachillerato.
Mientras que al enumerar los tres principales males que atacan a este sector, da a conocer que 60 por ciento padece enfermedades respiratorias agudas superiores, otro 25 por ciento tiene males osteomusculares, y 15 por ciento padece males gastrointestinales.
Respecto al número de bajas, las autoridades reportan una mayor intensidad en 2014 al mencionar 148, cifra superior a los 126 de 2013. Todas ellas señaladas como “renuncia voluntaria”.
En sentido contrario se observa que apenas 29 policías han alcanzado una jubilación en los últimos cinco años.
A partir octubre del año pasado comenzó el éxodo de los agentes de Seguridad Pública que, de acuerdo con algunos de ellos y que optaron por el anonimato, “ya no aguantaron la presión de los jefes”.
Uno de los expolicías reveló: “di más de 27 años de mi vida a la policía y me sentía contento y feliz, me gustaba lo que hacía. Padecimos muchos malos jefes y aceptamos otros mejores, pero de momento me dijeron que ya estaba viejo y tuve que salir”.
“Pensé que me iba a jubilar, pero ya no se pudo, ya sabemos, así son los jefes y pues ni modo”, finalizó el otrora agente de seguridad.