Luis Armando Bravo siempre ha sentido la enorme necesidad de ayudar a los demás. Al entrar en la universidad, en el Instituto Politécnico Nacional, estudió los primeros años de la carrera de medicina mientras colaboraba en el área de urgencias de un hospital de la ciudad de México.
“El primer caso que me tocó cubrir fue el de un chavo de 21 años que había sido electrocutado. No pudimos hacer nada y terminamos amputándole dos brazos y una pierna. Este suceso estigmatizó mi vida por completo, empecé a interesarme en las prótesis y cómo mejorar la vida de quienes necesitaban usarlas”, comparte Luis Armando en entrevista con Newsweek en Español.
Ese evento cambió el rumbo de su vida, por ello se mudó a la carrera de Ingeniería en Biónica. “Era la fusión de medicina e ingeniería y ahí vislumbré una posibilidad real para ayudar a estas personas a tener una mejor vida.”
Desde ese instante ha dedicado cada momento de su vida a mejorar las prótesis y la calidad de vida de los pacientes.
Su primera prótesis fue una mano que diseñó para su proyecto de tesis de la universidad. A partir de ese entonces empezó a desarrollar otros prototipos y sistemas, “y así fui conquistando éxitos, cambié la forma de activación. Ahora leemos la señal electroquímica del músculo por encima de la piel; cuando el paciente hace una contracción muscular nosotros leemos esa corriente eléctrica, programamos unos códigos de contracción, y así cada patrón tiene un movimiento. Cada paciente tiene diferentes códigos de contracción”.
En 2006 Luis Armando creó su empresa, Probionics, y así ha mejorado las prótesis. Estas ya no son invasivas, pues se pueden quitar y poner cuando el paciente lo requiera.
“Hemos atendido a 150 pacientes y todos a nivel de prototipo. Es una tecnología muy exclusiva porque no hay una empresa en toda América Latina que haga lo que nosotros estamos haciendo”, cuenta Luis Armando.
Probionics ya está en proceso de certificación para sacar las prótesis al mercado y poder comercializarlas.
Para 2015 Luis Armando tiene mucho trabajo por hacer: “Estamos desarrollando la segunda versión de la mano que es más biológica en funcionalidad y apariencia, y una pierna; también dedos artificiales y partes parciales de mano. Vamos a desarrollar prótesis internas en el campo dental, y traumatología y ortopedia; vamos a hacer un exoesqueleto y un protocolo junto con un hospital mexicano para hacer unas pruebas de ostointegración”.
Luis Armando Bravo es un hombre con muchos sueños y todos se alimentan de su creatividad, pues como él dice, “es el mejor trabajo del mundo para mí. Tengo la posibilidad de darle libertad a mi creatividad y darle a mi pasión de ayudar a las personas una posibilidad de explayarse.
“Hay que aprovechar la juventud porque tenemos energía, creatividad y voluntad para hacer las cosas y hay muchas necesidades, lo que falta es alguien que las quiera resolver”, dice Luis Armando, quien invita a todos los jóvenes mexicanos a perseguir sus sueños y a trabajar por el país.