Miles de cuerpos han sido hallados a lo largo del territorio mexicano en más de mil entierros clandestinos que han sido cavados durante la última década en la que el gobierno ha librado una lucha contra los principales grupos criminales que trafican droga hacia los Estados Unidos, concluye un nuevo estudio.
Desde el 2007, en México se han encontrado 1,075 fosas clandestinas con 2,014 cuerpos en 19 estados mexicanos, de acuerdo con el reporte “Violencia y Terror, hallazgos sobre fosas clandestinas en México” elaborado la Universidad Iberoamericana (UIA) y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos (CMDPDH).
Esta cifra supera a la difundida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en abril de este año, quien, a través de solicitudes a las fiscalías estatales encontró un total de 855 narcofosas con 1,548 cadáveres exhumados.
El nuevo informe sobre el tema estima que Guerrero, Jalisco, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas concentran el mayor número de fosas encontradas, mientras que Aguascalientes, Campeche Chiapas, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tlaxcala y Yucatán no tuvieron reporte de alguna.
Sin embargo, explicó el rector de la UIA Ciudad de México, David Fernández Dávalos, el que no se encuentren fosas clandestinas no significa que éstas no existan. “Las fosas no son para guardar un secreto, son para proclamar: en este país se puede asesinar a personas sin que pase nada, la impunidad se ha enseñoreado sobre nuestro territorio”, contempló.
El conteo derivado de la investigación encontró que las 390 fosas en el país entre 2009 a 2014 se concentraron en 105 municipio. En este sentido, seis municipios del país concentraron 53% del total de cuerpos de personas exhumadas en el país de 2009 a 2014, entre los que destacan Durango, Durango con 299; San Fernando, en Tamaulipas con 173; Acapulco, Guerrero con 83; La Barca, Jalisco con 71; Juárez, Nuevo León con 65; y Taxco, Guerrero con 58.
Este reporte acusa “poca capacidad institucional y voluntad política” de los distintos niveles de gobierno para encontrar, registrar e identificar los cuerpos de las personas cuyos derechos fueron absolutamente negados.
De los cuerpos no hallados, la información difundida señala que el 65 por ciento no fueron identificados, el 29 por ciento eran hombres y el 6 por ciento mujeres.
“Hablar de fosas es hablar de violaciones graves a los derechos humanos, es hablar de crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos, torturas, inhumaciones ilegales”, comentó Fernández Dávalos.