Las poblaciones de abejas han estado menguando en muchas áreas. Y esto es un problema para la agricultura, porque las abejas son fundamentales para el medio ambiente y son las principales encargadas de polinizar muchas plantas: hasta 15 mil millones de dólares en cultivos solo en Estados Unidos, incluidos bayas, manzanos y almendros.
Algunos investigadores han tenido la idea de crear drones robóticos semejantes a las abejas para darles la responsabilidad de polinizar.
Pero hay un problema: todos estos drones son exageradamente costosos, ineficaces y peligrosos para las abejas de verdad. Por otra parte, es un absurdo suponer que la tecnología puede resolver problemas que han sido creados por la extinción y la pérdida de biodiversidad.
Por esa razón, fue muy preocupante ver que los medios cubrieron con tanta admiración el más reciente estudio sobre un “dron abeja”. Resulta que investigadores del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón han creado un dron de 4 centímetros por 4 centímetros con un rotor de cuatro aspas que, según afirman, es el primero que ha polinizado una flor. Y ahora, muchos medios sugieren que los drones podrían ayudar a las abejas, o quitarles la presión de cumplir con sus deberes polinizadores.
No obstante ,es difícil ver la utilidad de esos drones, tomando en cuenta que si se implementan en el mismo lugar donde se encuentran las abejas, las aspas de la máquina y el intenso ruido seguramente matarían y ahuyentarían a las abejas de verdad.
Por otra parte, esos drones cuestan alrededor de 100 dólares cada uno, y hasta el momento, deben controlarse manualmente. Como se explica en The Conversation, una de las pocas perspectivas escépticas sobre la investigación:
Como describe en un artículo de la revista Chem, el equipo demostró su dron con una flor de lirio bambú (Lilium japonicum). Con un poco de práctica, el dispositivo logró recoger 41 por ciento del polen disponible con tres aterrizajes, y polinizó la flor, exitosamente, en 53 de cada 100 intentos. El aparato usaba un parche de vellosidades aumentadas con un gel líquido iónico y no tóxico, el cual requería de electricidad estática y adherencia para “levantar y pegar” el polen. Aunque el dron de este estudio fue operado manualmente, el equipo afirmó que, con la adición de inteligencia artificial y GPS, el dron podría aprender a buscar y polinizar plantas por su cuenta.
No es una tasa de éxito estupenda, y los lirios se cuentan entre las plantas más fáciles de polinizar, pues sus órganos sexuales son grandes y están muy expuestos. Los investigadores sugieren que los drones podrían optimizarse con inteligencia artificial y operación autónoma, pero si sumas todos los costos de esos materiales, y te pones a pensar en cómo vas a energizarlos y controlarlos, bien pronto se vuelve evidente que la idea es muy poco práctica.
Porque,después de todo, hay un MONTÓN de abejas. Como señalaMIT Technology Review, solo en California, la industria de las almendras “requiere de 1.8 millones de colmenas -con alrededor de 35 mil millones de abejas- para polinizar 365,000 hectáreas de almendros que germinan tres billones de flores”.
“No puedo visualizar una tecnología capaz de reemplazar a las abejas”, declaró para la publicación Joe Traynor, especialista apícola de California.
Además, hasta ahora, los drones han sido casi cómicamente ineficaces. Como puedes ver en el video, el dron choca contra la flor y puedes escuchar al aparato cayendo al suelo poco después.
Hay otros grupos que han trabajado con abejas robot, incluido uno de Harvard. En 2015, Nathan Myhrvold, gurú de la tecnología, también presentó una solicitud de patente para polinizadores voladores, y unos investigadores polacos están desarrollando aparatos similares.
Todo este trabajo ha recibido un gran volumen de cobertura mediática del tipo “la ciencia-es-impresionante”, el cual es completamente inadecuado, cínico y hasta peligroso. Pues no solo presupone un futuro aberrante en el cual no existen las abejas –un mundo que, casi con toda seguridad, no sustentaría a la humanidad, y en el cual ninguna persona cuerda querría vivir-, sino que refleja una tendencia perturbadora en el periodismo: promover soluciones tecnológicas para los problemas ecológicos que han causado los seres humanos. La solución no es inventar una tecnología para prevenir los problemas, sino empezar por evitar los problemas. Y en este caso, la decadencia de las abejas y la pérdida de especies.
Esto requiere de un curso de acción diferente, y tal vez más difícil. Requiere de la participación del público, de los políticos y de la formulación de políticas. Por ejemplo, en enero, el abejorro de la especieBombusaffinis, que ha perdido 90 por ciento de su territorio en los últimos 20 años, fue el primer miembro del grupo de las abejas que quedó protegido bajo la Ley de Especies en Peligro. Sin embargo, el gobierno de Trump revirtió la decisión un día antes que entrara en vigor, dejando en duda el futuro del abejorro. La solución, por supuesto, no es construir abejorrosBombus affinisartificiales. Actuar como si una creación artificial pudiera reemplazar siquiera algo como un abejorro es actuar de manera demencial.
¿Te cuento qué hace un estupendo trabajo polinizando las flores? Las abejas. Así que vamos a conservarlas. Como escribe en su blog el biólogo David Goulson, de la Universidad de Sussex:
Yo diría que es extremadamente improbable que alguna vez podamos producir algo tan barato o tan eficaz como las propias abejas. Las abejas han existido y polinizado las flores desde hace más de 120 millones de años; han evolucionado para volverse muy buenas en ello. Es una soberbia desmedida pensar que podemos mejorar eso. Solo contempla las cifras; hay unos 80 millones de colmenas de abejas melíferas en el mundo, y cada una contiene, tal vez, 40,000 abejas durante la primavera y el verano. Eso suma unos 3.2 billones de abejas. Se alimentan gratis, se reproducen gratis, y hasta nos dan miel como una gratificación. ¿Cuál sería el costo de reemplazarlas con robots?
… [Además], las abejas no hacen toda la polinización. Muchos otros insectos polinizan cultivos y flores silvestres, incluidos mariposas, escarabajos, polillas, moscas, avispas y muchos más. Todos tienen distintas formas y tamaños adaptados a las diferentes flores. En el mejor de los casos, las abejas contribuyen con un tercio de la polinización, promediada para todos los cultivos. Así que no solo habría que reemplazar los 3.2 billones de abejas. También tendríamos que reemplazar otros innumerables trillones de insectos.
Muy cierto. Y también cabe que señalar, como han hecho otros, que en un episodio del programa de televisión “Black Mirror”, unos investigadores crean abejas robot. Alerta de spoiler: las abejas matan a todos.
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