Australia se encuentra ahora en un “punto de inflexión” y se enfrenta a una realidad en la que el número de muertes supera al de nacimientos, lo que podría conducir a una “catástrofe humana”, según muestra un análisis.
Un nuevo estudio de datos de la firma financiera KPMG muestra que, si bien el número de nacimientos en 2024 aumentó con respecto a 2023, sigue siendo peligrosamente bajo, incluso por debajo de los niveles previos a la pandemia.
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“Australia, como gran parte del mundo, se enfrenta a una catástrofe humana“, dijo Liz Allen, demógrafa del Centro de Investigación de Políticas Sociales de la Universidad Nacional Australiana (ANU), al Servicio Especial de Radiodifusión de Australia.
POCOS NACIMIENTOS EN AUSTRALIA: POR QUÉ ES IMPORTANTE
La experiencia de Australia refleja un patrón global de caída en picada de las tasas de fertilidad. Muchos países desarrollados, incluido Estados Unidos, registran sus tasas de natalidad más bajas en generaciones, un cambio que indica escasez de mano de obra a largo plazo, presiones sobre los servicios públicos y el predominio de poblaciones envejecidas.
Un descenso continuado podría suponer que menos personas en edad laboral sustenten a un número cada vez mayor de ciudadanos de edad avanzada, lo que socavaría la base impositiva del país y pondría presión sobre los sistemas de bienestar social.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calificó recientemente la caída de la tasa de natalidad mundial como una “crisis” y la describió como una amenaza a la estabilidad económica y la cohesión social en todo el mundo.
QUÉ SABER
La tasa de fertilidad de Australia alcanzó un mínimo histórico de 1.51 bebés por mujer en 2024, según la Oficina Australiana de Estadísticas. Eso coloca a Australia muy por debajo de la tasa de reemplazo de 2.1 necesaria para sostener su población sin migración.
El año pasado se produjeron unos 292,500 nacimientos en Australia, lo que supone más que los 285,000 del año anterior, pero ambos están muy por debajo de los más de 300,000 registrados cada año entre 2013 y 2019.
Las principales razones de este descenso incluyen los altos costos de vida, la vivienda inasequible y una mayor incertidumbre sobre el futuro, según el economista urbano de KPMG, Terry Rawnsley.
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De manera similar, Allen afirmó que las preocupaciones económicas y ambientales estaban disuadiendo a los australianos de tener hijos. Y si bien las tasas de natalidad están disminuyendo a nivel nacional, el análisis de KPMG muestra que las áreas urbanas están experimentando una caída más dramática que las áreas regionales.
“El aumento de los alquileres, las hipotecas y el cuidado infantil en las áreas metropolitanas está frenando los planes de formar o ampliar una familia”, afirmó Rawnsley. “En cambio, las comunidades regionales siguen emergiendo como lugares populares para vivir, trabajar y criar una familia, donde la asequibilidad es ahora una prioridad para muchos australianos”.
EL CONTEXTO GLOBAL: DISMINUCIÓN DE LA FERTILIDAD EN TODO EL MUNDO
La situación de Australia refleja una tendencia internacional. Las tasas de fertilidad mundial han disminuido drásticamente desde 1950 y se prevé que sigan disminuyendo, según un estudio de la revista médica The Lancet y datos recientes recopilados por Birth Gauge.
La tasa de fertilidad en Estados Unidos ha disminuido hasta 1.58 en 2025, frente a 1.59 el año pasado, 1.60 en 2023, 1.64 en 2020 y 1.84 en 2015. Los países de Europa del Este y partes de Asia se enfrentan a caídas aún más pronunciadas, y algunas naciones dependen cada vez más de la inmigración para amortiguar las pérdidas de población.
LO QUE LOS ESPERTOS OPINAN
La demógrafa de la ANU, Liz Allen, afirmó: “Básicamente, hemos tocado fondo, y recuperarnos será increíblemente difícil. Será una tarea que requerirá una enorme intervención política y de políticas públicas”.
La directora ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, dijo anteriormente: “Debemos crear las condiciones que permitan a las personas ejercer sus derechos reproductivos, incluida la igualdad de género y la estabilidad económica”.
El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, declaró en enero: “Nuestra sociedad no ha reconocido la obligación que una generación tiene con otra como parte fundamental de la vida en sociedad. Así que, permítanme decirlo sencillamente: quiero más bebés en los Estados Unidos de América”.
¿QUÉ PASA DESPUÉS?
Se espera que las autoridades de Australia e internacionales vigilen de cerca las tendencias de la tasa de nacimientos y continúen los debates políticos sobre cómo abordar la crisis.
Es probable que las soluciones a largo plazo requieran amplias reformas económicas dirigidas a la asequibilidad de la vivienda, la seguridad laboral y el apoyo al cuidado infantil.
Los expertos advierten que, si no se toman medidas significativas, la reducción de la fuerza laboral y el envejecimiento de la población plantearán grandes desafíos para la prosperidad futura. N
Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)