Los periodistas en la Franja de Gaza están pagando un precio muy alto por cubrir la devastadora guerra de Hamás-Israel en la que decenas de reporteros murieron o resultaron heridos.
“Nuestro trabajo consiste en informar sobre esta guerra y hacer que el mundo sepa lo que está sucediendo”, explicó la periodista Hind Khoudary.
Pese a esta tarea noble, los periodistas en Gaza no solo ponen en peligro su vida, sino que también trabajan en condiciones muy precarias por el mal estado de las telecomunicaciones, sin olvidar la preocupación permanente por sus familiares. El videoreportero de Al Jazeera, Samer Abu Daqa, se convirtió el viernes en el último nombre de una larga lista de periodistas muertos en Gaza.
Hasta 64 profesionales de medios (periodistas, fotógrafos, camarógrafos, técnicos, entre otros) perdieron la vida en el enclave palestino desde el inicio de la guerra el 7 de octubre. Cada día “es una cuestión de vida o muerte”, reconoció el fotoperiodista palestino Mota Azaiza.
Algunos de ellos murieron junto con sus familias cuando bombardearon sus domicilios. Otros perdieron la vida mientras estaban informando sobre el terreno. La mayoría de los periodistas muertos son palestinos, pero también hay cuatro israelíes, a quienes arrebataron la vida durante los atentados de Hamás, y cuatro libaneses, que murieron en los combates en la frontera entre Israel y Líbano entre el ejército israelí y la organización Hezbolá.
La guerra estalló tras el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre, cuando sus combatientes mataron a unas 1,140 personas en Israel, en su mayoría civiles, según las últimas cifras de las autoridades. La respuesta militar de Israel provocó la muerte de más de 19,453 personas en el enclave palestino, según datos del ministerio de Salud de Hamás.
“LA ASFIXIA DEL PERIODISMO”
Como cerca de 2 millones de gazatíes, Khoudary tuvo que abandonar su oficina y su casa y huir hacia el sur de Gaza, pero nunca dejó de documentar los “horrores” de la guerra. Primero, estuvo en el hospital Al Shifa, donde se refugiaron miles de palestinos, y luego en la localidad de Rafah, cercana a la frontera con Egipto.
El responsable de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Oriente Medio, Jonathan Dagher, estimó que lo que está sucediendo en Gaza representa la “asfixia del periodismo”. Además de la amenaza de los combates, los reporteros se enfrentan a la propaganda por parte de ambos bandos, así como a los intentos de censura.
Desde que Hamás tomó el control de Gaza en 2007, “el trabajo como periodista cambió de manera significativa en comparación con la Autoridad Palestina”, que era menos restrictiva, explicó Adel Zaanoun, un periodista que trabaja para la AFP desde hace cerca de 30 años.
“Hamás no pone ningún reparo en la cobertura de las operaciones militares israelíes, pero las prohíbe completamente en el caso de sus actividades militares”, dijo Zaanoun.
EL TEMOR DE LOS PERIODISTAS ANTE LA GUERRA HAMÁS-ISRAEL
RSF criticó “la incapacidad de Israel para proteger a los reporteros sobre el terreno, que no cuentan con ningún refugio”. Todos los periodistas de la guerra Hamás-Israel entrevistados por la AFP, incluidos dos que trabajan para la agencia francesa, reconocieron haber sufrido la pérdida de algún familiar o amigo durante el conflicto.
Incluso algunos de ellos recibieron las noticias de estas pérdidas mientras estaban trabajando. Así sucedió con Wael al Dahdouh, el jefe de la oficina en Gaza de la cadena Al Jazeera, quien se enteró de la muerte de su mujer y de dos hijos en pleno directo.
“Mi gran temor no era hacer mi trabajo, sino perder a mis seres queridos”, explicó Al Dahdouh en declaraciones. Él mismo resultó herido el viernes en el bombardeo en el que murió su compañero Abu Daqqa.
Además de la amenaza de las bombas, los periodistas gazatíes sufren la escasez de combustible, comida, agua y electricidad. “Al cortar el acceso a internet, las autoridades israelíes están impidiendo a los periodistas que hagan su trabajo. Representa una vulneración del derecho a la información”, criticó Dagher, de RSF. N
(Con información de AFP)