Al ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo se dirige hacia un aumento de su temperatura media de entre 2.5 °C y 2.9 °C este siglo, cerca del doble del objetivo ideal, advirtió la ONU este lunes 20 de noviembre.
Según el informe anual de emisiones de gases de efecto invernadero, las naciones del G20 deben acelerar imperativamente su transición energética y aumentar sus recortes de emisiones.
Publicado poco antes de una nueva conferencia del cambio climático (COP28, del 30 de noviembre al 12 de diciembre), el texto es un nuevo grito de advertencia. Este año está previsto que sea el más cálido de la historia, y el informe señala que “el mundo está siendo testigo de una aceleración perturbadora en el número, velocidad y escala de récords climáticos superados”.
El informe anual señala que para reducir las emisiones lo suficientemente rápido como para evitar impactos catastróficos, “se requieren esfuerzos ambiciosos y urgentes de todos los países para reducir el uso de combustibles fósiles y la deforestación”.
La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, instó a las naciones del G20, responsables de aproximadamente el 80 por ciento de las emisiones, a que lideren las reducciones globales de emisiones. Algunas, advirtió, están en “modo pausa”.
“Es absolutamente crítico que el G20 intensifique sus esfuerzos”, dijo.
El informe del PNUMA examina la diferencia entre las emisiones que aún serán enviadas a la atmósfera según los planes de descarbonización de los países y lo que la ciencia dice que se necesita para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
EL AUMENTO DE TEMPERATURA EN LA TIERRA PODRÍA SUPERAR LOS 3 °C EN POCO TIEMPO
Este acuerdo de 2015 estableció que los países acordaron limitar el calentamiento global “muy por debajo” de más 2 °C, y si posible, a +1.5 °C. Para 2030, las emisiones globales deberán ser un 28 por ciento inferiores a lo que sugieren las políticas actuales para mantenerse por debajo de los 2 °C, y un 42 por ciento inferiores para el límite más ambicioso de más 1.5 °C.
“Tenemos mucho trabajo por hacer porque en este momento no estamos donde deberíamos estar”, dijo Andersen.
Según el Acuerdo de París, los países deben presentar planes de reducción de emisiones cada vez más amplios, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o NDC.
El PNUMA calcula que la implementación completa de las NDC para 2030, sin tener en cuenta el apoyo externo, daría un 66 por ciento de probabilidad de que la temperatura media de la Tierra aumente en 2.9 °C para 2100. Si no se toman en cuenta las promesas de reducción de emisiones, el mundo se encamina irremediablemente hacia más de 3 °C.
Los científicos advierten que un calentamiento a estos niveles podría convertir a vastas regiones del planeta en prácticamente inhabitables para los humanos y provocar puntos de inflexión irreversibles en la tierra y los océanos.
Las NDC “condicionales”, que dependen de financiamiento internacional, probablemente reducirían el aumento a 2.5 °C durante este siglo, según el informe.
El PNUMA dijo que, si se cumplieran en su totalidad todas las NDC condicionales y las promesas a largo plazo de emisiones netas cero, aún sería posible limitar el aumento de temperatura a 2 °C.
“NO SE PUEDE PRESIONAR EL BOTÓN DE PAUSA”
Sin embargo, advirtió que actualmente estas promesas de emisiones netas cero no se consideran creíbles, ya que ninguno de los países más contaminantes del G20 ha reducido las emisiones de acuerdo con sus propios objetivos.
Incluso en el escenario más optimista, la posibilidad de limitar el aumento de temperatura a 1.5 °C es ahora solo del 14 por ciento. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaba de señalar que los niveles de los tres principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, rompieron récords el año pasado.
El PNUMA preconiza NDC más ambiciosos, y para ello deben ser actualizados de aquí a 2025. Andersen se considera optimista ante la COP28, a pesar de las divisiones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás.
“Los países y las delegaciones comprenden que, independientemente de estas profundas divisiones que existen y que son innegables, el medio ambiente no espera y el clima ciertamente no lo hará. No se puede presionar el botón de pausa “, dijo. N