“Cuando estoy preparando sus huevitos siento que está aquí, que va a entrar y se va a sentar a comer con nosotros”. Yadira Martínez compartió la receta favorita de Jaime con otras madres que, al igual que ella, buscan incansablemente a sus hijos desaparecidos en México.
Parte del dinero que deja la venta del Recetario para la memoria, un libro que recopila esos platillos, financia las excavaciones de Yadira y otras madres, esta vez en el poblado de Pénjamo, en Guanajuato. En este estado del centro-norte del país han desaparecido unas 3,700 personas en medio de la violencia criminal.
México registra 112,459 desaparecidos, la mayoría desde 2006, cuando el Estado declaró la guerra al narco y la violencia se disparó, según cifras oficiales. Yadira y sus compañeras del colectivo “Hasta encontrarte”, algunas de las cuales también aportaron recetas entrañables, llegan a Pénjamo tras recibir información anónima sobre una supuesta fosa común.
Una decena de “madres buscadoras” peinan el área y cavan en busca de pistas o restos humanos. Desde 2021, cuando formaron el colectivo, afirman haber hallado 180 cadáveres en Guanajuato, por lo general en zonas peligrosas.
“Utilizamos las varillas porque nos permiten ver si la tierra ha sido removida, después las olemos, y si huele a putrefacción, es que hay quizás una fosa clandestina”, explica Carla Vásquez, de 20 años, quien busca a su hermano desaparecido desde hace cinco.
Dos patrullas policiales fuertemente armadas garantizan la seguridad del colectivo, cuyos miembros también suelen estar en la mira de la delincuencia organizada. En mayo de 2023, una madre investigadora, Teresa Magueyal, fue asesinada cerca de Celaya, Guanajuato.
“TODOS HEMOS COCINADO CON AMOR PARA ALGUIEN”
Una cebolla, tomates, chile. En su casa de Irapuato, Yadira prepara “huevos a la mexicana con frijoles fritos”, el plato que deleitó a Jaime hasta su desaparición en 2018 a los 22 años.
La mujer de 44 años compartió la receta con otros familiares de desaparecidos para este proyecto que busca mantener viva su memoria, mediante la presentación del recetario en eventos culturales como uno del pasado fin de semana en Monterrey.
“Pozole para Gregorio”, “Pimiento relleno para Antonio”, “Lasaña para Raymundo”. En total, el recetario enumera 71 platos. Además de las preparaciones, la colección incluye una nota sobre cada desaparecido y la lucha de las familias por encontrarlos.
Karla Jiménez, compañera de Yadira en el colectivo, aportó la receta de enchiladas verdes, el plato favorito de su hermano Juan Valentín, quien desapareció el 18 de febrero de 2020. “Era plomero y tenía 37 años”, consigna el libro.
“Todos tenemos un platillo favorito. Todos hemos cocinado con amor para alguien o nos han cocinado con amor”, comenta Zahara Gómez Lucini, fotógrafa detrás del proyecto.
Desde la publicación del trabajo en octubre de 2022 se han impreso 2,000 ejemplares. La mitad de los beneficios de las ventas se donan al colectivo. Una edición anterior se lanzó en 2020 en el estado de Sinaloa, duramente golpeado por el narcotráfico.
LOS DESAPARECIDOS EN MÉXICO, UNA DE LAS FACETAS MÁS CRUELES DE LA VIOLENCIA
Guanajuato es uno de los estados más violentos de México, con una tasa de homicidios de 28 por 100,000 habitantes hasta septiembre pasado, según estadísticas oficiales.
Al menos cinco grupos criminales se disputan el control de este territorio clave para el transporte de drogas a Estados Unidos. Los dos principales, Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación, están enfrascados en una sangrienta guerra.
Las autoridades locales parecen negar esta violencia extrema en un estado de fuertes contrastes. Con su lema “La grandeza de México”, el gobierno local del Partido Acción Nacional (derecha conservadora) prefiere mostrar la imagen de un territorio dinámico y turístico, con las fábricas de Mazda, el festival de teatro Cervantino y la ciudad colonial de San Miguel de Allende, que atrae a miles de turistas extranjeros.
“Guanajuato es todo al mismo tiempo. Es un estado que atrae inversiones alemanas o norteamericanas, pero también es un estado que atrae a grupos del narcotráfico”, señala el consultor de seguridad pública David Saucedo. Esta realidad se replica en varios estados de México.
La desaparición de personas es una de las facetas más crueles de la violencia en México y, según autoridades y especialistas, se trata de una práctica para borrar evidencias por crímenes relacionados incluso con extorsiones, reclutamiento forzado o explotación sexual.
El comité de Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas señala una “estrecha relación” entre esta tragedia —que golpea especialmente a hombres jóvenes— y la ofensiva antidrogas.
Desde 2006, México también contabiliza más de 420,000 homicidios dolosos, en tanto unos 52,000 cadáveres no identificados yacen en fosas comunes o morgues. N