Con 18 especies incluidas en cuatro familias, el delfín y otros odontocetos o cetáceos con dientes, son los mamíferos marinos mejor representados en aguas de Sinaloa. Sobresalen por su riqueza y abundancia los miembros de la familia Delphinidae, con 13 especies, de las cuales al menos tres parecen contar con poblaciones residentes en la región.
El más común a lo largo del litoral sinaloense es el tursión o tonina, mejor conocido como delfín nariz de botella (Tursiops truncatus). Se trata de la especie de delfines más popular entre los humanos debido a que es también la más usual en acuarios y delfinarios del mundo.
Es un delfín de tamaño mediano que puede llegar a medir hasta 4 metros. También es robusto y tiene un hocico corto y bien definido. Es de color gris oscuro en el dorso y gris claro en el vientre, aunque puede variar ampliamente según sus poblaciones.
En el Golfo de California se reconocen dos ecotipos: uno costero y uno oceánico. Las poblaciones del ecotipo costero suelen ser residentes todo el año dentro de lagunas costeras o esteros. Mientras, las poblaciones oceánicas tienden a ser más nómadas.
Las toninas que habitan la costa mazatleca pertenecen a una o más poblaciones abiertas que posiblemente tengan una amplia distribución a lo largo de la costa y que utilizan el área como zona de tránsito y alimentación.
De norte a sur, esta especie se encuentra presente en aguas abiertas a lo largo del litoral, así como en varios sistemas lagunares costeros del estado. Por ello, representa un potencial importante para su aprovechamiento no extractivo a través del turismo.
UN DELFÍN LLAMADO EL ‘PECHOCHO’
Un caso particular en Sinaloa es el del “Pechocho”, un delfín solitario que habita en el estero del “Bichi” en el sistema lagunar de Topolobampo-Ohuira.
Los que saben, dicen que llegó ahí cuando apenas era una cría después de que el huracán “Andrés” azotara la costa norte del estado, en 1995. Aislado de su manada y huérfano de madre desde entonces, el “Pechocho” encontró en los humanos un refugio a su naturaleza social y comenzó a interactuar de manera regular con pescadores y locales, convirtiéndose en una suerte de atracción turística.
Hasta la fecha, los turisteros de la zona ofrecen paseos por la bahía con una visita obligada para conocer al “Pechocho”.
Esta es la única especie de delfín presente en Sinaloa para la cual existen estudios específicos sobre su distribución y abundancia en las bahías de Topolobampo y Agiabampo, así como en el sistema lagunar de Santa María-La Reforma.
El delfín moteado o manchado pantropical (Stenella attenuata) es la especie de cetáceo más abundante del mundo. Se distribuye ampliamente en aguas tropicales y templadas hasta los 40° en ambos hemisferios.
En el Pacífico Oriental Tropical se reconocen dos subespecies: Stenella attenuata attenuata, de hábitos oceánicos, y Stenella attenuata graffmani, de hábitos costeros. Su tamaño y patrón de coloración varía de acuerdo con sus poblaciones, aunque en general son gris oscuro en el dorso y gris claro en el vientre.
EL SIGNIFICADO DE LAS MANCHAS
Su nombre hace referencia al patrón de manchas en su cuerpo (blanquecinas sobre el dorso y oscuras sobre el vientre), las cuales se tornan más densas y mejor distribuidas a medida que alcanzan su madurez sexual. La densidad de manchas en el rostro de animales adultos es tal que su cabeza se torna casi blanca, al igual que sus labios.
Este patrón de manchas varía desde muy intenso para S. a. graffmani, hasta casi inexistente para S. a. attenuata. Es probable que ambas formas ocurran en Sinaloa. Sin embargo, en aguas de la plataforma continental de Mazatlán solo se ha documentado la presencia de S. a. graffmani. Esta especie es mucho más gregaria que las toninas y se les ha observado en manadas de hasta cientos de individuos.
El delfín tornillo (Stenella longirostris) es otra interesante especie que se encuentra presente todo el año en aguas sinaloenses. Al igual que S. attenuata presenta una amplia distribución pantropical, aunque con hábitos completamente pelágicos.
Es una de las especies de cetáceos más gregarias del mundo y forma manadas de hasta miles de individuos que viajan juntos en grupos compactos y son muy ruidosos. En ocasiones pueden llegar a formar “supermanadas” de más de 3,000 animales.
Debido a que son muy activos en superficie, suelen ser muy conspicuos y se les puede detectar a gran distancia. Cuando saltan pueden girar siete o más veces sobre su propio eje y alcanzar una altura de hasta 5 metros, lo que genera un gran splash en superficie.
MORFOLÓGICAMENTE DISTINTOS
Algunos autores proponen que los delfines tornillo que se distribuyen a lo largo del borde de la plataforma continental, desde el sur de Sinaloa y hasta Cabo Corrientes, son morfológicamente distintas a las otras tres formas que se distribuyen en el Pacífico oriental tropical. Y, por lo tanto, deberían ser consideradas como un “stock” distinto, al cual se le ha denominado “delfín tornillo de Tres Marías”, haciendo referencia al archipiélago de las islas Marías ubicado al límite sur de su distribución.
En Mazatlán se les puede encontrar prácticamente todo el año en aguas cercanas al borde de la plataforma continental entre 30 y hasta 60 kilómetros de la costa. Los encuentros con esta especie son muy valorados por las flotas de pesca deportiva, ya que usualmente sus manadas —al igual que las de los delfines manchados en mar abierto— están asociadas con cardúmenes de atún aleta amarilla (T. albacares).
Todas las especies del género Stenella presentes en el Pacífico Oriental Tropical han estado sujetas a una fuerte presión por la mortalidad incidental en redes de cerco para la pesquería de esta y otras especies de túnidos desde la década de los años 70, al grado de que sus poblaciones han sido reducidas hasta en un 60 por ciento de su tamaño original.
Volviendo un poco a los delfines de distribución más costera, el delfín de dientes rugosos (Steno bredanensis), es una especie misteriosa y evasiva que es común en aguas sinaloenses, pero poco abundante.
DE CABEZA PUNTIAGUDA
Se trata de un delfín robusto, con aletas pectorales y dorsal de gran tamaño. Su cabeza es bastante puntiaguda comparada con otros delfines debido a que el melón no es muy pronunciado, lo que le da una apariencia un tanto primitiva.
Esta especie se distribuye principalmente en aguas profundas tropicales y templadas de todos los océanos del mundo. En el Pacífico Oriental Tropical sus registros se asocian con aguas tropicales cálidas y poco productivas.
En aguas de la plataforma continental de Mazatlán se les ha observado en grupos pequeños de entre cuatro y siete individuos persiguiendo y cazando dorados (Coryphaena hippurus) y otras presas pelágicas grandes.
Los delfines comunes (Delphinus sp.) se encuentran representados por dos especies en aguas del litoral sinaloense. El delfín común de rostro corto (Delphinus delphis), con una amplia distribución en aguas templadas, tropicales y subtropicales del océano Atlántico, Índico y Pacífico. Y el delfín común de rostro largo (Delphinus capensis), con una distribución restringida al océano Pacífico nororiental, desde California central hasta Baja California, incluyendo el Golfo de California.
En apariencia son muy similares, con la diferencia de que D. capensis presenta un menor contraste en sus patrones de pigmentación, el cuerpo es menos robusto y el hocico más largo que en D. delphis. Ambas especies comparten hábitat en el Pacífico nororiental mexicano, pero en el Golfo de California, D. delphis es más abundante y se distribuye más ampliamente. Mientras, D. capensis tiene hábitos más costeros y forma manadas más pequeñas.
En aguas de la plataforma continental de Mazatlán se tienen registros solo de D. capensis, usualmente entre febrero y abril.
NO ES UNA ORCA
La orca falsa (Pseudorca crassidens) no es en realidad una orca, ni siquiera se le parece. La primera identificación de esta especie fue basada en restos óseos que eran bastante similares a los de una orca, de ahí su nombre.
Presenta un cuerpo poco robusto y alargado y su cabeza tiene una apariencia ovalada. Una característica diagnóstica de la especie es el borde interno de las aletas pectorales que tiene forma de “S”.
Su patrón de coloración es gris-marrón y usualmente presenta una mancha grisácea en el pecho. En el Pacífico mexicano y el Golfo de California los avistamientos de esta especie son relativamente comunes.
En aguas de la plataforma continental de Mazatlán se cuenta con algunos avistamientos registrados, casi siempre en grupos de 50 o más individuos y en tránsito. Destaca un registro en el que se documentó a una hembra con cría cargando una presa en el hocico que se trataba de un pargo rojo (Lutjanus campechanus).
La orca (Orcinus orca) es probablemente el mamífero marino con la distribución más amplia del mundo. Se encuentra presente en todos los océanos, desde los polos hasta el ecuador, tanto en ambientes costeros, como oceánicos e insulares. Es el delfín más grande del mundo y el depredador marino por excelencia.
Las orcas en el Pacífico mexicano se mueven grandes distancias. Permanecen poco tiempo en sitios particulares y sus movimientos están posiblemente ligados a la abundancia de presas preferentes como ballenas, lobos marinos, mantarrayas y tortugas marinas.
AVISTAMIENTOS EN MAZATLÁN
Los avistamientos de orcas son comunes a lo largo y ancho del Golfo de California durante todo el año. Existe evidencia sobre movimientos entre individuos del Golfo y la costa de California y entre el Golfo y la costa de Perú, con una distancia máxima de 5,535 kilómetros.
En la costa mazatleca se cuenta con un total de nueve avistamientos que suman un total de 37 individuos. Destaca el registro del 30 de septiembre de 2017 en el que se documentó a dos machos, posiblemente subadultos, cazando mantas del género Mobula sp.
El odontoceto más grande de todos, el cachalote (Physeter macrocephalus), puede llegar a medir hasta 18 metros y pesar unas 50 toneladas. Su cabeza es desproporcionadamente grande en relación con su cuerpo, y su coloración es predominantemente café oscuro y su piel es de apariencia rugosa.
Una característica diagnóstica de la especie es que su orificio respiratorio tiene forma de “S”. Y está orientado de tal manera que su soplo se inclina hacia el frente y a la izquierda.
Se distribuye ampliamente en todos los océanos del mundo, desde el Ecuador hasta los casquetes polares. En el Golfo de California los avistamientos de esta especie son relativamente frecuentes y se han detectado agregaciones importantes alrededor de la Isla San Pedro Mártir, Isla Tortuga y la depresión del Farallón, frente a las costas del norte de Sinaloa.
Las zonas profundas son su hábitat idóneo particularmente debido a su dieta compuesta casi exclusivamente por calamares y peces demersales. En el Golfo de California se alimenta particularmente del calamar gigante (Dosidicus gigas).
UN CACHALOTE EN ALTATA
El 16 de marzo de 2016 un cachalote, posiblemente un macho joven, fue avistado dentro del sistema lagunar de Altata-Pabellones, en el municipio de Navolato, en el oriente de Culiacán.
El animal fue reportado a las autoridades por pescadores y prestadores de servicios turísticos de la zona, quienes se mostraron sorprendidos por su presencia. La profundidad promedio de este sistema lagunar es de 5 metros, con una profundidad máxima de 17.5 metros.
Considerando la preferencia de esta especie por aguas profundas, su registro dentro este tipo de hábitat es bastante inusual. Un par de meses después, el 27 de mayo del 2016, el equipo de Onca Exploraciones reportó el avistamiento de un cachalote a unos 10 kilómetros frente a la costa de Mazatlán.
Los registros fotográficos confirmaron que, aunque también era un macho joven, no se trataba del mismo individuo. Un mes más tarde, el 16 de junio, durante un periodo de mareas vivas, un cachalote se varó en un bajo de arena cercano a la boca de la laguna.
Se trataba del mismo animal observado en marzo, por lo que es posible que este se haya mantenido dentro del sistema lagunar durante por lo menos cuatro meses. Las autoridades locales atendieron el varamiento, y tras esperar que subiera la marea lograron reflotarlo.
Reportaron que el animal se encontraba aparentemente en buenas condiciones y que había logrado nadar libremente hacia una zona más profunda de la laguna. Tras este incidente, ya no se volvió a avistar al animal, por lo que suponemos que eventualmente abandonó la laguna de Altata.
Es posible que este sea el único registro de Physeter macrocephalus dentro de un sistema lagunar costero en todo el mundo. Y uno de los pocos avistamientos de esta especie en aguas de la plataforma continental de Sinaloa.
PINNÍPEDOS CONOCIDOS COMO LOBOS
Los pinnípedos en Sinaloa están representados por dos especies: el lobo marino de California (Zalophus californianus) y el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), ambos pertenecientes a la familia Ottaridae.
El marino de California es el pinnípedo más abundante en México. Se estima que las poblaciones de la Península de Baja California y el Golfo de California suman más de 80,000 individuos. En el Golfo de California podría haber hasta 30,000 lobos marinos dispersos en 40 colonias, 13 de ellas reproductivas y el resto de descanso ubicadas en islas e islotes.
En la bahía de Mazatlán, el lobo marino de California está presente entre noviembre y mayo con un pico de abundancia hacia la primavera. Se agregan en un islote al sur de la bahía conocido como Roca Tortuga.
Esta colonia de descanso y alimentación es utilizada particularmente por machos adultos y subadultos durante el invierno. La temporada reproductiva de esta especie es hacia el verano, cuando se agregan en grandes números en islas e islotes a lo largo y ancho del Golfo de California, donde los machos compiten por las mejores playas y mantienen harenes de hasta decenas de hembras.
Registros históricos relatan que en el siglo pasado había una mayor abundancia de lobos marinos en la bahía de Mazatlán con una colonia adicional ubicada en la punta sur de Isla Lobos, parte del complejo insular de las tres islas de Mazatlán, de ahí su nombre.
Se cree que esta colonia fue erradicada debido al uso de los lobos marinos como alimento y cebo para pesca.
LOBERA EN SINALOA
En Sinaloa existe solamente una lobera reproductiva en el Farallón de San Ignacio, un islote ubicado a unos 28 kilómetros al oeste del puerto de Topolobampo y que alberga una población promedio de unos 500 lobos marinos.
En este mismo islote, desde 2014 se registra una población flotante del lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi). La presencia de esta especie en las costas de Sinaloa pudo haber sido resultado de la expansión de su hábitat de forrajeo, ya que regularmente se distribuye en las islas de la costa occidental de Baja California.
En enero de 2020, se contabilizaron 492 lobos finos en el Farallón y 771 en noviembre del mismo año, la mayoría juveniles. Con esta agregación aumenta a cuatro el número de colonias de descanso y alimentación para esta especie en el Pacífico mexicano.
Debido a que solo existe una colonia reproductiva de esta especie en la Isla Guadalupe, Baja California, los lobos finos de Guadalupe permanecen vulnerables y requieren de mejores medidas de conservación y manejo.
Las aguas de la plataforma continental de la costa Sinaloense albergan una gran diversidad marina y una gran riqueza ecológica. Con más del 60 por ciento de las especies de mamíferos marinos del país, estas aguas son un hábitat crucial para la reproducción, alimentación y migración de una gran variedad de especies de megafauna marina, las cuales, además de gozar de una protección especial (NOM-059), tienen un alto valor de existencia para nuestros ecosistemas marinos.
IMPULSO A PROGRAMAS DE PROTECCIÓN
Por lo tanto, la zona marina de Sinaloa deberá ser considerada en los programas de protección regional de mamíferos marinos que sean propuestos para el Golfo de California y el Pacífico mexicano.
La plataforma de ecoturismo y ciencia ciudadana operada por Onca Exploraciones, así como sus aliados Legado Azul México y Programa Centinela han permitido ampliar considerablemente el conocimiento sobre la ecología y biología de los mamíferos marinos que habitan las aguas de Sinaloa a través de su programa voluntario de monitoreo marino.
La información recolectada continúa contribuyendo al conocimiento de las especies de cetáceos que habitan o visitan Mazatlán. Además, ofrecen espacios de aprendizaje únicos para educar al público en general sobre la importancia que tienen los mamíferos marinos en el ecosistema marino y una plataforma alternativa para la investigación científica.
La meta a largo plazo es, con base en argumentos científicos sólidos, conseguir la protección legal y práctica de la megafauna marina que habita las aguas costeras del estado de Sinaloa, así como para los ecosistemas de los que estas dependen. N
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Los doctores Oscar Guzón Zatarain y Marlenne Manzano Sarabia (Proyecto Profapi PRO-A1-002) son profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias del Mar, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, y pertenecen a la organización Legado Azul México.