Hace unos días, el 25 de julio, el papa Francisco pidió perdón a los pueblos indígenas de Canadá y, en realidad, a todos los canadienses. Durante una alocución en Maskwacis, Alberta, dijo: “Con vergüenza y sin ambigüedad, pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas.
“Perdón por la forma en que, lamentablemente, muchos cristianos apoyaron la mentalidad colonizadora de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas; lo lamento”, dijo. “Ante este deplorable mal, la Iglesia se arrodilla ante Dios e implora su perdón por los pecados de sus hijos”.
El papa Francisco ofreció esta disculpa cerca del sitio de la antigua Escuela Residencial Indígena Ermineskin, donde se ha utilizado un radar de penetración terrestre para tratar de localizar las tumbas sin marcar de los estudiantes que murieron mientras asistían a la escuela.
A pesar de lo que dijo, algunos líderes indígenas se cuestionaron si esta disculpa provenía de la Iglesia como institución o si era simplemente el papa hablando por sí mismo. En su opinión, al no aceptar la responsabilidad por las atrocidades cometidas, la Iglesia se evita largas y muy costosas demandas en nombre de las víctimas y sus supervivientes.
Además, consideran que una disculpa completa tendría que ir acompañada de la anulación de las bulas (leyes) papales que rigen la conquista y el sometimiento de tierras extranjeras y que siguen sirviendo para justificar el comportamiento pasado de la Iglesia hasta el día de hoy.
DECRETOS PAPALES DEL SIGLO XV
La “Doctrina del descubrimiento” es una serie de decretos papales del siglo XV con los cuales la Iglesia católica fomentó la ocupación de las Américas por parte de los europeos para seguir difundiendo el cristianismo. Afirmaba el derecho de los españoles y portugueses a conquistar y esclavizar a los pueblos indígenas, convertirlos y apoderarse de sus tierras en nombre de la corona.
El Tratado de Tordesillas que dividió América Latina entre España y Portugal se firmó en 1494 y se basó en esa doctrina. En ningún sitio se consideró a los pueblos indígenas como seres humanos con derechos a sus tierras y creencias.
Los franceses, los españoles, los británicos y los portugueses utilizaron la bula papal para justificar su conquista de las Américas. Mientras, los británicos y los holandeses en Norteamérica también trataron de comprar tierras a los indígenas (como la compra de Manhattan) y firmar tratados con tribus individuales para justificar las transferencias de tierras y contener a las poblaciones indígenas en reservas que pudieran controlarse con facilidad.
Ambos precedentes acabaron causando la tragedia de los internados canadienses, que obligaron a decenas de miles de niños a abandonar sus familias, comunidades, lenguas y culturas para asimilarse a la cultura de los colonos. Esto provocó la muerte de varios miles de niños a lo largo de los años y condujo a esta visita del papa Francisco a Canadá.
La Iglesia católica desempeñó un papel central en la fundación y el funcionamiento de estas escuelas, y esta es la razón por la que las organizaciones indígenas insisten en que la Iglesia asuma la responsabilidad por su extensa y notoria actuación en esta tragedia, lo cual la Iglesia se ha negado a hacer hasta el día de hoy.
EL PAPA FRANCISCO ES INFALIBLE
La Iglesia siempre ha dicho que el papa es infalible en cuestiones de fe y que su palabra es ley. La doctrina de la infalibilidad papal se remonta al primer Concilio Vaticano que se llevó a cabo en 1870, casi dos milenios después de la muerte de Cristo.
La Iglesia ha tomado la decisión de negarse a asumir la responsabilidad de su papel en esta tragedia dado que la “Doctrina del descubrimiento” fue una bula papal.
En ningún sermón Cristo dijo que su Iglesia estuviera por encima de las leyes de la humanidad o que tuviera derecho a cometer las atrocidades que (junto con varias potencias colonizadoras a las que apoyó) perpetró a lo largo de los siglos contra indígenas y no indígenas (recordemos la Inquisición y sus víctimas), o que debiera proteger de la ley a los sacerdotes que cometen abusos sexuales y pederastia.
Estos abusos han sido generalizados y constantes, justificados por un sistema de leyes canónicas que fue creado e impuesto por hombres para construir y mantener el poder de la estructura conservadora de la Iglesia a partir del miedo y la coacción.
El papa Francisco es un jesuita liberal y su objetivo siempre ha sido seguir los dos mensajes de Jesús: ama a Dios y ama a los demás como a ti mismo. Ha intentado hacer frente a los errores del pasado y liberar a la jerarquía de la Iglesia de su intención de controlar las vidas de los católicos por medio de mensajes que hace tiempo sustituyeron al mensaje espiritual de Cristo.
¿Y EL FACTOR DINERO?
No obstante, el dinero es un factor esencial tanto para la Iglesia en tanto que institución, como para algunos de los grupos indígenas que podrían beneficiarse de demandas masivas en caso de que la Iglesia se halle expuesta.
Los integrantes más combativos del movimiento indígena no parecen entender que el papa Francisco está llevando esto al límite y que no es probable que se produzcan más admisiones de culpa.
Al final, debemos recordar que, dejando de lado la política, un octogenario frágil y enfermo voló desde el otro lado del mundo para ofrecer disculpas a los pueblos indígenas de Canadá a petición de ellos mismos.
Si bien es cierto que no utilizó las palabras exactas que algunos hubieran querido para evitar que la Iglesia se viera expuesta a demandas judiciales, sí siguió las enseñanzas de Cristo y demostró empatía, amor y remordimiento por las víctimas de lo que hicieron los que le precedieron.
De regreso a Roma, el papa dijo a los periodistas que los católicos que participaron en la gestión de los internados habían participado en un genocidio.
Una vez más, tuvo cuidado de decir “católicos” y no la “Iglesia católica”. Quizás eso sea lo más que pueda decir. N
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Eduardo del Buey es diplomático, internacionalista, catedrático y experto en comunicaciones internacionales. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.