Un equipo de paleontólogos concluyó que, hace 66 millones de años, justo el día en que un asteroide cayó en el planeta Tierra, los dinosaurios debieron experimentar un “infierno en la tierra”.
En Dinosaur Apocalypse —nuevo documental de NOVA que narra David Attenborough—, el paleontólogo Robert DePalma y su equipo descubren un tesoro de fósiles que permite vislumbrar lo que habrían vivido aquellos animales momentos antes de la extinción.
Los restos emergieron en Hell Creek, formación rocosa del periodo Cretáceo, localizada en el parque nacional Badlands de Dakota del Norte.
En la segunda entrega del documental, titulada Dinosaur Apocalypse: The Last Day (Apocalipsis de los dinosaurios: el último día), los paleontólogos desentierran unas “esferas de eyección”: pequeñas gotas de roca vaporizada durante el impacto del asteroide.
No lejos de las esferas, los excavadores encuentran la extremidad tridimensional de un dinosaurio herbívoro conocido como Thescelosaurus. Este (aunque no lo han confirmado) pudo haber muerto por el impacto directo del asteroide, algo con que el equipo jamás se había topado.
En este corto de la segunda entrega del documental se muestra a DePalma y su equipo desenterrando los restos de un dinosaurio que pudo haber muerto durante el impacto del asteroide:
UNA INSTANTÁNEA DEL GOLPE MORTAL
En un comentario para Newsweek, DePalma dijo que esos fósiles ofrecen una instantánea de lo que debieron experimentar los dinosaurios inmediatamente después de que un “trozo de roca enorme, tan grande como el monte Everest”, golpeara nuestro planeta.
“La fuerza del impacto fue de, aproximadamente, 20 kilómetros por segundo; y formó un cráter inmenso frente a la costa de Yucatán”, México, agregó DePalma.
“Minutos después, los dinosaurios habrían percibido las ondas sísmicas en el suelo y, al mismo tiempo, debieron ver los nódulos vidriosos despedidos del cráter, surcando el aire como relámpagos incandescentes. Una lluvia infernal”.
El paleontólogo agregó que aquel momento tuvo que ser “muy inquietante” para todos los dinosaurios, muchos de los cuales vivían a lo largo de un terraplén fluvial.
Sucede que, en aquellos tiempos, Estados Unidos estaba escindido por un “canal marítimo” que cruzaba por el centro del territorio actual, y en cuyas márgenes emergió la formación Hell Creek, el sitio que el equipo excava en el documental.
EN UN MOMENTO CAMBIÓ EL PAISAJE
Casi inmediatamente después del impacto, todos los dinosaurios que vivían en los terraplenes del canal habrían visto que el paisaje cambiaba rápidamente.
“Cualquier animal ubicado en el valle fluvial habría presenciado la transformación de un paisaje paradisiaco en un infierno en la tierra”, prosiguió DePalma.
“Habrían visto una matanza masiva. La enorme muralla de agua que se desplazaba por el río, arrastrando escombros, árboles y fango, corriendo rápidamente por los terraplenes. La muralla de agua, de diez y medio metros de altura, habría llegado hasta este sitio, encapsulando cualquier cosa que se cruzara en su camino”.
Entonces dio inicio el “segundo pulso” del apocalipsis de los dinosaurios. DePalma explicó que, en ese momento, se desató un periodo de contaminación atmosférica debido al calentamiento posterior al impacto, lo que a su vez provocó incendios forestales, a los que siguieron temperaturas bajo cero.
El paleontólogo añadió que el sitio de excavación es un “escenario de tormenta perfecta”, pues no solo tiene importancia geográfica, sino que alberga evidencias del momento crítico que marcó el final del periodo Cretáceo.
HECHOS DE AYER PARA EL MUNDO DE HOY
“¿Puede haber otros sitios como este? Por supuesto. Pero no traten de encontrarlos, porque son como una aguja en un pajar”, advirtió DePalma.
El científico considera que, incluso para quienes no tienen el menor interés en la historia de los dinosaurios, los hallazgos presentados en el documental son de gran relevancia para la crisis ecológica actual.
“Ahora podemos entender lo ocurrido de una manera mucho más personal, porque los efectos del impacto revelan la experiencia individual de los animales”, agregó.
“En términos de tiempo y celeridad, la extinción ocurrida al final del Cretáceo es asombrosamente similar a la que estamos observando hoy día. De todas las extinciones masivas registradas en la Tierra, esta es la más parecida en cuanto se refiere al marco temporal.
“En última instancia, confío en que el impacto [de este documental] sea de una escala más amplia. Espero que nuestra investigación conduzca a una mejor comprensión de cómo era el mundo y cómo es ahora. E inspire un sentimiento de orgullo a quienes se esfuerzan por cuidar de nuestro planeta”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)