México es parte de las 12 naciones que cuentan con alrededor del 70 por ciento de la biodiversidad conocida en el planeta, razón por la que se le considera un país megadiverso junto con naciones como Brasil, Colombia, Ecuador, Australia, Indonesia y China.
Para proteger la biodiversidad que habita en los ecosistemas, México cuenta con un sistema denominado Áreas Naturales Protegidas (ANP), que son grandes extensiones de tierra, mar o ambos que fueron seleccionadas y definidas legalmente para ser conservadas, así como las especies vegetales y animales que en ellas viven.
En el país hay 182 ANP y de ellas 68 son zonas marinas o costeras. La organización internacional Oceana, que en 2018 llegó a México para trabajar en la protección de los mares y océanos, presentó recientemente algunos resultados respecto a la eficacia de los mecanismos de protección ecológica que en ellas se ejerce.
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La organización encontró que el trabajo de protección en las ANP Marinas falla en su misión por conversar manglares y arrecifes, entornos naturales vitales ante el cambio climático.
Según información recabada en el estudio “ANP Marinas, insuficientes para proteger manglares y arrecifes”, México protege 73.6 millones de hectáreas, de las que 68.4 millones son mar y 4.1 millones corresponde a algún tipo de ecosistema costero, como lagunas o esteros.
Este informe también muestra que las islas del país son las más protegidas, pues hasta el 92 por ciento de ellas cuenta con algún esquema de protección.
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Sin embargo, el que una Área Natural Protegida, ya sea en tierra o mar, como sucede en este escenario, cuente con una declaratoria legal de protección no implica que se mantenga a salvo o lejos de amenazas que las agredan si no existe un compromiso total tanto de las autoridades, el Estado y las comunidades que en ellas habitan.
“Las ANP Marinas son un instrumento legal muy poderoso para la protección ecológica, pero su sola existencia no garantiza que se proteja de la mejor manera. Una cosa es lo que dice el papel y otra lo que sucede en la realidad”, señala Oceana en el informe presentado.
¿CÓMO SABER SI UN ANP MARINA ESTÁ A SALVO?
Para tener océanos sanos y saludables, Oceana se ha dedicado a monitorear e investigar qué políticas públicas sí se ejercen en el país con estudios como “El impacto de la flota pesquera extranjera en Áreas Marinas Protegidas en México” (noviembre, 2020) y “ANP Marinas, insuficientes para proteger manglares y arrecifes” (diciembre, 2021).
En este último informe se explica cómo saber si una ANP Marina está funcionando, y para ello es importante tener presente información seria, actualizada y ordenada. Ello, en realidad, no sucede en México porque, aun teniendo datos, la información que existe es escasa y de mala calidad, como determina la organización.
Sandra Moguel, abogada en la Asociación Interamericana de Protección al Ambiente (AIDA), explicó en conferencia de prensa que el problema principal para que una ANP Marina tenga un desempeño de protección adecuado es contar con un financiamiento que cubra cada una de las necesidades de conservación de estas áreas.
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En México, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) cuentan con poco personal, equipo de trabajo y tecnología insuficiente para realizar patrullajes dentro de las ANP Marinas, situaciones que propician que los guardaparques tengan instrumentos limitados o nulos para proteger estos ecosistemas ante un financiamiento federal inadecuado.
Entre las 39 ANP marinas y costeras que la organización estudió desde Baja California hasta Yucatán se encuentran Cabo Pulmo, el Arrecife Alacranes, el Delta del Río Colorado, los Arrecifes de Sian Ka’an, las Bahías de Huatulco, Los Petenes, las Islas Marías y el Sistema Arrecifal Veracruzano.
Los resultados muestran que todas las Áreas Naturales Protegidas Marinas en México están reprobadas, pues ni las ANP Marinas mejor evaluadas superaron resultados críticos en indicadores de desempeño, mejora pesquera, suficiencia presupuestal o gobernanza.
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Sin embargo, la situación no es nueva en las ANP Marinas, que ya presentaban problemas y rezagos que ahora se multiplican con las consecuencias del cambio climático, la acidificación de los océanos, la contaminación por plásticos, el declive de las pesquerías, el blanqueamiento de los corales y el aumento de zonas costeras muertas por contaminación de agroquímicos.
En cuanto al deterioro de manglares y arrecifes coralinos en las ANP Marinas, Oceana explicó que este se debe a situaciones como el cambio ilegal de uso de suelo, sobrepesca, turismo masivo y pesca ilegal, entre otros; además, las leyes actuales no son suficientes para garantizar la protección de los hábitats, recuperar la abundancia de los océanos y proteger la riqueza natural de México.
Renata Terrazas, directora de Oceana México, señaló que proteger los mares en México es mantener su abundancia, una vida saludable y, al mismo tiempo, garantizar el ingreso de más de 300,000 familias que dependen de océanos saludables al dedicarse a la pesca sostenible en el país. N