Karina Aguilar Cutz es productora de la comunidad de San Crisanto, Yucatán. En los últimos años se ha percatado de algunos cambios significativos en el mar. Como pescadora le preocupa que en esta época el agua del mar se sienta más caliente de lo común y que los pescados se “echen a perder” pronto, a pesar de colocarlos en la nevera.
Además, ha notado que la temporada de algunas especies marinas ya no coincide y, en consecuencia, los pescadores tienen que ir mar adentro en su búsqueda, arriesgando la vida en muchas ocasiones.
Ante esto, Aguilar Cutz expone lo urgente que es que las decisiones del sector pesquero se tomen de manera equitativa y que beneficien a todos. Urge, también, que el gobierno ponga atención en lo que está sucediendo, que capacite y dé educación ecológica a la generación de pescadores que viene.
“Aun nosotros necesitamos una capacitación para poder manejar a nuestros equipos de la mejor manera”, dice en entrevista conNewsweek México.
Con una Carta Nacional Pesquera sin actualizar y sin un proyecto de cambio climático dedicado a la resiliencia en la pesca responsable en México, la organización Environmental Defense Fund (EDF) en México presentó el estudio “Cambio climático: recomendaciones de política pública para la adaptación y resiliencia del sector pesquero y acuícola 2021”.
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En el informe, EDF México junto con especialistas y organizaciones como Comunidad y Biodiversidad, A. C. (COBI), la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (Conmecoop), el Programa Marino del Golfo de California (PMGC), The Nature Conservancy (TNC), entre otras, señalan que los principales rezagos que los mares presentan ante la crisis climática tendrán que atenderse desde un enfoque dedicado a la pesca responsable y que proteja a las comunidades pesqueras en el país.
Relata Karina Aguilar que San Crisanto, una comunidad que se encuentra en el municipio de Sinanché Tamanche, Yucatán, cuenta con una pequeña cooperativa con 20 pescadores de diversas edades, quienes en la última década han notado cambios importantes en el mar derivados de la crisis climática.
“En nuestro puerto, donde la mayoría se dedica a la pesca, hemos visto que el mar [ahora] se aleja hasta 50 metros, algo que no habíamos visto de esa forma, y cuando esto se revierte la creciente provoca que el agua salga de los bordes de nuestro puerto de abrigo. Son cosas que no veíamos. Los [vientos] nortes últimamente pegan repentinamente”, explica.
Karina recuerda que en 2020, durante la pandemia y con la tormenta tropical Cristóbal, la lluvia no cesó durante diez días consecutivos. “Las aguas crecieron, el agua de los cenotes, las aguas salinas y de los manglares, fue tanto el crecimiento del agua que una especie perdió su hábitat”.
El caracol chivita es un molusco acuático que desapareció debido al crecimiento del agua, la mezcla del agua de los ríos, la lluvia y los cambios de temperatura, según relata Karina.
Rafael Ortiz es director del Programa Océanos en México y se encarga de la restauración de pesquerías en el Golfo de California a través de la promoción de sistemas de manejo pesquero sustentable, iniciativas de mercado y toma de decisiones basadas en la ciencia.
Para Ortiz, los resultados hallados en el estudio resultan preocupantes por el impacto que puedan tener sobre las especies de moluscos de interés comercial.
Según los modelos de océano-atmósfera consultados para este estudio, las principales alteraciones oceanográficas y cambios en los mares que detectaron para México son: cambios en la temperatura del mar, aumento en la intensidad de los huracanes, elevación del nivel del mar en estados con amplias extensiones de zonas bajas, acidificación del mar y disminución de la concentración de oxígeno.
Cuenta Rafael Ortiz, quien además es Dr. en Biología y Ecología por la Humboldt-Universität de Berlín, Alemania, que la acidificación de los mares suele conocerse como el efecto invisible del cambio climático donde el mar es una solución salina que contiene un número de sales importantes.
DIÓXIDO DE CARBONO EN EL MAR
Esta combinación de compuestos en el mar hace que tenga un ph estable. Desde tiempos geológicos, los organismos en el mar se han adaptado a ese ph. Con el cambio climático presente en la atmósfera se origina una gran cantidad de dióxido de carbono, el cual entra al océano y este, con sus sales y el dióxido de carbono, acidifica el agua.
Aunque las sales amortiguan este cambio, sí llegan a ocurrir ciertos cambios en el ph del mar. Incluso, se puede llegar a un punto en el que las sales pierden efectividad por la gran cantidad de dióxido de carbono. Estos cambios de ph pueden ser sumamente importantes para los ciclos de vida, sobre todo, para todos los animales que necesitan calcificación, es decir, los que generan concha o un esqueleto.
“Todos los animales que viven en el fondo necesitan tener un ph estable para poder generar sus exoesqueletos y esqueletos. Al no poder hacerlo podemos ver que las poblaciones son seriamente afectadas. La acidificación del océano no es un fenómeno tan difundido como el incremento de la temperatura, pero puede ser igual o más dañino”, señala Rafael Ortiz en entrevista con este medio.
En el informe “Cambio climático: recomendaciones de política pública para la adaptación y resiliencia del sector pesquero y acuícola”, la Environmental Defense Fund (EDF) México señala que la acidificación oceánica afecta también a los corales y su integridad estructural, además de tener una disminución o pérdida permanente de capturas de especies dependientes del arrecife.
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“Es importante que tengamos en cuenta que estos organismos como crustáceos y moluscos, camarones, langostas, almejas, ostiones, mejillones, todas esas especies que se producen en las costas mexicanas pueden verse afectadas al ser el medio [económico] de vida de mucha gente y son clave, al igual que los demás productos pesqueros en la acuicultura, para la seguridad alimentaria de México”, añade Ortiz.
En otro orden de ideas, Rafael Ortiz explica que México es “cliente frecuente” de los huracanes: “Estamos siempre muy expuestos y golpean muy duro a nuestras comunidades costeras. Lo que el cambio climático va a traer, entre los principales efectos en el océano, es que puede ocasionar una mayor frecuencia e intensidad de estos”.
Según explica el director del programa de pesquerías en EDF México, el tratamiento y atención de los huracanes es una manera de demostrar lo fundamental que es la adaptación y la resiliencia, es decir, la preparación y los recursos que se tengan para la recuperación de las comunidades.
A partir de este principio, EDF México hace hincapié en la necesidad de tener los recursos suficientes para la preparación y recuperación de las comunidades pesqueras y los mares ante la frecuencia en que se podrán presentar fenómenos meteorológicos como huracanes y tormentas tropicales.
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El pasado 30 de noviembre, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en México anunció el término de la Temporada de Ciclones Tropicales 2021, la cual concluyó como la quinta más activa de los últimos 50 años, empatada con las temporadas de 1971, 1990 y 2019 con el registro del desarrollo de 40 sistemas con nombre.
En este 2021, la temporada tuvo ocho ciclones con efectos importantes en México. De ellos, solo seis impactaron: cinco en el Océano Pacífico y uno en el Atlántico. En ambas cuencas la temporada inició de manera anticipada.
El Atlas de riesgo que propone EDF México permitirá monitorear estos fenómenos con datos en tiempo real como una herramienta dinámica ante el cambio climático y para la toma de decisiones ante la capacidad adaptativa de las comunidades. N