EL DESARROLLO de ciudades inteligentes ha sido parte fundamental del discurso de resiliencia de distintos países del mundo durante la pandemia por covid-19. En ese sentido, y durante el marco del Smart City Expo Latam Congress 2021, platicamos con Alfredo Molina, socio de infraestructura de Deloitte, empresa que brinda asesoría a compañías nacionales e internacionales, a través de servicios de auditoría, capital humano, estrategia, finanzas, impuestos, riesgos, servicios legales y tecnología.
—¿Cómo ha cambiado la pandemia el desarrollo de ciudades inteligentes?
—En América Latina, desde antes de la pandemia, cuando las ciudades empezaban a desarrollar cuestiones de ciudad inteligente, siempre empezaban por movilidad o por seguridad, porque son dos problemas que afectan mucho a la región y son cosas que con tecnologías puedes solucionar fácilmente. Con la pandemia se identificaron otras grandes áreas de oportunidad porque cambió todo: la forma en como trabajamos, estudiamos, vamos al doctor o paseamos.
“Al cambiar la vida de las personas claramente cambian las oportunidades de las ciudades, entonces la primera área en la que pensamos ahora es la salud, buscamos consultas a distancia, o aplicaciones para que puedas saber cuál es tu clínica u hospital más cercano.
También lee: Las 100 empresas que más contribuyen a las ciudades inteligentes
“La segunda área es la educación. Claramente, los niños tuvieron que tomar educación a distancia, por computadora, por tableta, por celular, por lo que sea, todas esas plataformas que los alumnos estaban utilizando los maestros también las hemos tenido que usar.
“La tercera es el gobierno digital, en México y en la gran mayoría de los países de América Latina los tramites se hacen en forma presencial: tienes que ir, llenar el papel, dar la firma, poner el sello, etcétera. Entonces, una gran cuestión es la digitalización de los tramites para que las personas ya puedan realizar trámites desde casa.
“Y una cuarta área de oportunidad que tiene mucho potencial es el turismo inteligente. Hay mucha oportunidad para que las ciudades desde antes de que las personas las visiten puedan empezar a planear su turismo inteligente, ofreces una experiencia de viaje que comienza antes que el viaje”.
—¿Qué implica desarrollar esas cuatro áreas para países cómo México, que tiene tanta desigualdad de acceso a la tecnología entre sus ciudadanos?
—El concepto de ciudad inteligente no es solo tecnología, realmente se enfoca en el ciudadano, entonces lo importante es hacer los servicios con base en las necesidades del ciudadano aprovechando herramientas que te permitan ser más eficiente.
No te pierdas: Latam Smart City Awards: ganadores 2021
“Entonces sí hay muchas desigualdades, pero a final de cuentas si tú como ciudad puedes implementar infraestructura básica de conectividad: fibra óptica, cable, wifi y telefonía, estás promoviendo la inclusión de todos los sectores para que a final de cuentas no sea una ciudad en donde solamente una zona tiene todo y otras no tienen nada”.
—¿Eventos como el Smart City Expo Latam Congress funcionan para incentivar este tipo de desarrollos o sirven más como un networking para empresas que en algún momento podrían desarrollarlos?
—Yo sí creo que sirven mucho para incentivar a las ciudades, por ejemplo, nosotros en Deloitte estuvimos trabajando con el gobierno de Yucatán porque con el Banco Interamericano de Desarrollo hicimos un proyecto para evaluar el nivel de madurez que tiene Mérida como ciudad inteligente. Entonces, al hacer este tipo de estudios las ciudades pueden plantearse en dónde están y proponerse metas específicas para desarrollarse.
Te interesa: ‘La tecnología es un medio para el desarrollo, pero no el fin’
—¿Qué pueden hacer los ciudadanos también para apoyar el desarrollo de las ciudades?
—A la hora de diseñar estos proyectos se tiene que contar con la participación ciudadana porque al final de cuentas las ciudades lo que están intentando hacer es que sean más disfrutables, más caminables para los ciudadanos, y quién mejor para decirte eso que el mismo ciudadano. Entonces, los mecanismos de participación ciudadana son muy importantes.
“Otra parte en la que se necesita al ciudadano es que debe de tener apertura o recepción al cambio y a las nuevas tecnologías, siempre hay resistencia al cambio, queremos conservar lo que tenemos y nos da miedo lo nuevo, pero hay que estar abiertos a que estas tecnologías nos pueden cambiar la vida.
“Pero, por ejemplo, hay estados en México y en otros países en América Latina en que los recursos se centran en una ciudad y no en otras zonas más pequeñas, entonces las comunidades que están más alejadas tienen ahora muchas oportunidades con las clases en línea para que ni los alumnos ni los maestros tengan que desplazarse por largos trayectos o para que no tengan que gastar en construir salones. Aquí el cambio puede beneficiar mucho el nivel educativo de sociedades muy alejadas de los centros urbanos”. N