UN GRUPO de científicos creó “materiales vivientes”, a partir de bacterias, los cuales pueden repararse ellos mismos cuando sufren daños. Los investigadores afirman que, algún día, estos materiales podrán usarse en medicina para mejorar la reparación de la piel.
Los materiales, llamados materiales vivos diseñados, o ELM por sus siglas en inglés, fueron desarrollados a partir de un tipo de bacteria genéticamente modificada, denominada Komagataeibacter rhaeticus.
Los científicos organizaron las bacterias en estructuras con forma de esfera, denominadas esferoides, y las dotaron con sensores que les permiten detectar los daños.
A continuación, los investigadores abrieron un hoyo en una capa de celulosa bacteriana e insertaron algunos de los esferoides en los agujeros. Tres días después descubrieron que los agujeros habían sido reparados y que la consistencia y la apariencia del material habían sido restauradas.
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Los hallazgos se describieron en un estudio publicado el 19 de agosto en la revista Nature Communications.
Joaquín Caro-Astorga, uno de los principales autores del estudio y miembro de investigación del Departamento de Bioingeniería del Imperial College de Londres (ICL), dijo en un boletín de prensa: “Nuestro descubrimiento inicia un nuevo enfoque en el que pueden utilizarse materiales cultivados como módulos con diferentes funciones, como en la construcción.
“Los posibles materiales vivientes que pueden derivarse de esto son muy diversos: por ejemplo, con células de levaduras que segreguen proteínas médicamente relevantes podríamos generar membranas para sanar heridas donde las hormonas y las enzimas se produzcan mediante un vendaje para mejorar la reparación de la piel”.
La investigación fue financiada en parte por la Oficina de Investigación Naval Global de Estados Unidos en Londres. Patrick Rose, director de Ciencias del organismo, dijo en el boletín de prensa del ICL: “Queremos aumentar el tiempo de vida de un producto, evitar fallas de sistemas antes de que el problema sea visible a simple vista y hacer que el material piense por sí mismo”.
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Ahora los científicos quieren desarrollar más bloques de construcción con esferoides y crear diseños más complicados, combinando los bloques con materiales como algodón o grafito.
No es la primera vez que los científicos investigan materiales que puedan repararse a sí mismos. En su libro Self-Healing Polymer-Based Systems (Sistemas de autorreparación basados en polímeros), los autores, Martin Hager y Stefan Zechel, señalan que los polímeros que se reparan a sí mismos, los cuales son otro tipo de material, se han estudiado durante casi 40 años y que han sido capaces de cerrar grietas y restaurar propiedades mecánicas.
Los científicos también analizaron el uso de cierto tipo de hongo para cerrar grietas en el concreto, y el Laboratorio Moore de la Universidad de Illinois, que trata de aumentar la producción y comercializar los sistemas que se autorreparan, ha detallado la forma en que los agentes reparadores líquidos pueden entrar en las grietas internas y los arañazos superficiales para volver a unir los materiales, e indicó que uno de los métodos que se probaron le permitió cerrar perforaciones de hasta 9 milímetros. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek