LA SOCIEDAD CIVIL organizada presentó nueva petición para presionar al gobierno federal y al departamento de asuntos indígenas del gobierno brasileño (FUNAI) para renovar las Órdenes de Protección de Tierras que amparan los territorios de los pueblos indígenas aislados y que expirarán entre septiembre de 2021 y enero de 2022.
“La situación es crítica y el gobierno no ha tomado acciones efectivas ni ha mostrado voluntad alguna para garantizar el bienestar de estos pueblos indígenas. La campaña invita al público a tomar partido por su supervivencia”, informó la organización Survival International, vía comunicado de prensa.
La petición en línea está liderada por la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB) y el Observatorio de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas No Contactados y Recientemente Contactados (OPI). Se dirige al presidente de FUNAI, Marcelo Xavier.
Las Órdenes amparan los territorios indígenas Piripkura, Jacareúba / Katawixi, Pirititi y Ituna-Itatá que sin protección podrían ser arrasados por los invasores que talan los bosques “a un ritmo que se ha incrementado drásticamente en los últimos meses”, según reportes de Survival International.
También lee: Áreas naturales protegidas provocarán 300 millones de indígenas desplazados: Survival International
En 2020, el territorio indígena Piripkura fue el más afectado por la deforestación. Entre agosto de 2020 y abril de 2021 se destruyeron ilegalmente 2,132 hectáreas del bosque de Piripkura. Solo en marzo de 2021, un área de 518 hectáreas fue invadida y abierta ilegalmente. Este es el equivalente a un área que contiene 298,000 árboles.
Estos datos fueron obtenidos por “El Proyecto de Monitoreo de la Deforestación en la Amazonía por Satélite” (Prodes), vinculado con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). La información fue recopilada y detallada en un documento técnico elaborado por la Operação Amazônia Nativa (OPAN) y el Instituto Socioambiental (ISA) y se anexó a la petición presentada al gobierno brasileño.
El resto de los territorios protegidos abarcan un millón de hectáreas de selva, pero en tanto no sean demarcados por completo siguen siendo vulnerables ante los traficantes de madera, de acuerdo con Survival International. N