El cierre del mes de diciembre de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), demostraron un incremento en comparación a años pasados.
De acuerdo a las cifras de detenciones realizadas en diciembres de 4 años, los arrestos a personas que no cuentan con una situación legal en los Estados Unidos ha ido incrementando.
En diciembre de 2015, hubo 25,585 arrestos; para diciembre de 2016, hubo 37,602 arrestos de migrantes. La cifra continúo en aumento en 2017 con 43,854.
Para diciembre de 2018, la organización dijo haber detenido un total de 50,753 personas que habían entrado ilegalmente en el país en diciembre.
Otras 10,029 personas fueron impedidas de entrar por los puntos oficiales de control fronterizo porque no tenían la documentación requerida.
El total fue aproximadamente el mismo que en octubre, cuando los migrantes se dispararon en comparación con principios de año, pero por debajo de los 62,456 que fueron detenidos y bloqueados en la frontera en noviembre.
Las cifras de los últimos tres meses son las más elevadas desde un breve aumento repentino que hubo en 2014.
Las personas que llegan en familia representan más de la mitad del total. En diciembre un récord de 27,518 que cruzaron en familia fueron detenidas, y la cifra de niños que viajan solos se mantuvo elevada, en 4.766 durante el mes.
De acuerdo con la CBP, el 96% de las familias procedían de los países pobres del llamado Triángulo Norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador. La mayoría de ellos busca asilo, y aluden a la pobreza y a la violencia generalizada de sus países.
En el pasado las detenciones de indocumentados concernían sobre todo a hombres mexicanos que emigraban solos en busca de trabajo y que podían ser reenviados fácilmente de vuelta a sus casas.
Sin embargo, ahora las familias que llegan de América Central a menudo disponen de una demanda de asilo, lo que impide su expulsión hasta que no se estudie su caso.
Trump llega a Texas a seguir defendiendo su muro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó el jueves a la colonia McAllen, en la frontera con México, donde volverá a presionar para erigir un muro entre ambos países, un día después de abandonar una reunión con los demócratas para poner fin al cierre parcial del gobierno federal.
Pero antes de aterrizar en Texas, Trump aumentó la presión sobre los demócratas al anunciar a través de Twitter que debido a su “intransigencia” cancela su viaje al foro económico de Davos, que se celebra del 21 al 25 de enero.
Trump quiere 5.700 millones de dólares para erigir un muro que considera necesario para detener una crisis de crímenes violentos causada por la inseguridad en la frontera sur. Los demócratas aseguran que el muro no resuelve los problemas de inmigración y critican que es solo una treta política para satisfacer a las bases de derechas del presidente.
“Puedes tener toda la tecnología del mundo, si no tienes una barrera de acero o un muro de algún tipo, fuerte, poderoso, vas a tener tráfico de personas, vas a tener entrada de drogas por toda la frontera, vas a tener bandas entrando”, dijo fuera de la Casa Blanca antes de partir hacia Texas.
El mandatario ha presionado al Congreso al negarse a firmar el presupuesto del gobierno federal, lo que derivó en el conocido como “shutdown”, por el que cientos de miles de funcionarios, incluidos controladores aéreos y miembros de la Guardia Costera, no han cobrado su salario en tres semanas.
(Con información de CBP y AFP).