Existe la posibilidad de
construir sobre las discontinuidades mejor conocidas como “fallas geológicas”
pero debe cumplirse con los requisitos especificados en el Código Municipal de
Aguascalientes para evitar o disminuir riesgos, dijo en entrevista José Ángel
Ortíz Lozano, profesor investigador del Centro de Ciencias del Diseño y la
Construcción, especialista en el tema de estructuras.
Las zonas de fallas son consideradas de alto riesgo y por ello cualquier construcción que se considere hacer en estas áreas debe contar con el aval de un perito especializado en Estructura, Geología, Geofísica o Mecánica de Suelos y debe considerarse el uso de materiales resistentes y adecuados al movimiento de la tierra.
Luego de los procesos de análisis y experimentación realizados en la UAA, el que se consideró como el material más adecuado para la construcción es el acero ligero, resistente que tiene una alta capacidad de adecuarse a las deformaciones del suelo sin fracturarse. A diferencia del ladrillo cerámico, bloque de concreto reforzado, usando refuerzos de castillo y concreto.
Además de las especificaciones
del código hay una serie de normas mexicanas donde se especifican las
propiedades y calidad de los materiales, los cuales deben ser verificados por
los peritos durante la ejecución de una obra.
Ortíz Lozano agregó que incluso
los especialistas en el caso del sismo en la ciudad de México puntualizaron que
existe un reglamento para garantizar la seguridad estructural en caso de sismos
o hundimientos, sin embargo las construcciones deben cumplir al pie de la letra
con las especificaciones.
“Los edificios que no soportaron
fueron aquellos que por cualquier razón, no estaban cumpliendo con el
reglamento, por negligencia, por desconocimiento, tenían menos refuerzo del
necesario, no cumplían con el número de columnas, muros, castillos”.
Este agrietamiento del suelo,
característico en la zona del Bajío, es provocado por la extracción de agua del
subsuelo, lo cual genera hundimientos que se van agravando conforme se merman los
mantos acuíferos.
“A mayor extracción de agua se
van generando más fracturamientos, más hundimientos y las discontinuidades
existentes se van prolongando, creciendo en longitud”.
El especialista argumentó que los
daños en la infraestructura urbana es un asunto que tiene repercusiones
económicas y sociales, porque las grietas han dañado viviendas, escuelas y otro
tipo de construcciones.
Aunque anteriormente se creía que
Aguascalientes no tiene ningún riesgo sísmico, el movimiento telúrico
registrado el pasado 19 de septiembre dejó en claro que si bien en el estado no
hay un nivel alto de riesgo, sí existen posibilidades de un temblor. “Si hay
riesgo sísmico aquí y se debe considerar en las estructuras”.
El académico comentó que si bien
hay un grupo de investigadores geofísicos de la UAA haciendo predicciones en torno
a los sitios donde pudieran aparecer nuevos agrietamientos por la tendencia de
comportamiento del suelo, en realidad no se puede determinar a ciencia cierta
en donde aparecerán.
Por otra parte, también los
investigadores han trabajado en propuestas de materiales para la construcción y
métodos de reparación principalmente de viviendas más adecuadas para una zona
con este problema de discontinuidad.
“En un sismo los daños ocurren en
un minuto, en dos minutos, lo que duré la intensidad del sismo… el fenómeno de
subsidencia (fallas) es muy largo en el tiempo, es decir los movimientos son
paulatinos, son lentos en cuanto a velocidad de hundimiento, pueden ocurrir
dentro de muchos años”.
Finalmente Ortíz Lozano comentó
que hace falta más transferencia de conocimiento entre los hallazgos de los
investigadores y las autoridades (municipales y estatales) y la propia
ciudadanía para que estos efectivamente tengan una repercusión social.
Caso Juana de Asbaje
Sin conocer los detalles técnicos
de la estructura en las instalaciones de la primaria Juana de Asbaje, el
especialista en estructuras argumentó que siempre hay alternativas para la
reparación en estos edificios, siempre y cuando se realice con anticipación un
estudio con un perito que emitan un dictamen de seguridad estructural.
En la primaria se inhabilitaron
cuatro aulas que a decir de los profesores tienen un problema de hundimiento que
data de hace nueve años y debido a las lluvias recientes se acentuó la
problemática en la estructura de este edificio.
“Las escuelas son para
salvaguardar niños o jóvenes y deben ser seguras, debe prestarse mucha
importancia a este tipo de estructuras y sí hay forma de ir haciendo ajustes en
las estructuras, sin embargo como el suelo se sigue moviendo llega un momento
en que las reparaciones se vuelven obsoletas y hay que volver a reparar”.