El gobierno de Enrique Peña Nieto pidió perdón a tres mujeres indígenas once años después de ser encarceladas por un delito que no cometieron.
El procurador general de la República, Raúl Cervantes encabezó el acto de reconocimiento de inocencia y disculpa pública para las mujeres Hñähñú, “para reivindicar su identidad”.
Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio fueron arrestadas en marzo de 2006 por el falso secuestro de seis elementos de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Los seis agentes de la AFI presentaron una denuncia ante la PGR alegando que habían sido secuestrados. La única evidencia que se presentó contra las mujeres Hñähñú fue una fotografía publicada en un periódico local en la cual Alberta y Teresa se ven al lado de los agentes de la AFI.
Teresa González Cornelio, narró que su vida y la de sus compañeras cambiaron por completo cuando las autoridades las encarcelaron injustamente y calificó al acto de perdón como una “victoria que cierra estos once años de lucha”. En su mensaje, pidió a otras mujeres en la misma condición que “no se queden calladas y que no dejen de luchar”.
Pidió al procurador, Raúl Cervantes garantizar que este tipo de proceso no se vuelva a cometer.
En un discurso lleno de emoción y lágrimas, Alberta Alcántara Juan, dijo que después de casi cuatro años de prisión no fue nada fácil rehacer su vida. “Señor procurador, con la disculpa pública no se recupera el tiempo perdido, espero que está no sea la última, porque hay muchos presos injustamente”, señaló.
El director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Mario Patrón Sánchez, -quienes llevaron la defensa de las mujeres indígenas por casi una década-, agradeció a Jacinta, Teresa y Alberta la dignidad y valentía para obligar a la PGR a reivindicarse por la corrupción de sus funcionarios.
“Aunque autoridades corruptas quisieron arrancarles la vida no lo lograron, pensaron que no podrían revertir sus acusaciones falsas, no solo por ser una victoria de la verdad”, dijo Patrón Sánchez.
“En un país donde la tortura es generalizada, donde más de 150,000 personas han muerto en la lucha contra el crimen organizado, testimonios de vida como de ustedes son una bocanada de oxígeno para quienes buscan un futuro mejor”, relató Patrón.
En su mensaje, el procurador, Raúl Cervantes, dijo a Alberta, Jacinta y Teresa que “al exigir justicia, mandaron un mensaje de democracia para México. En el pasado, la PGR contravino el proceso de presunción de inocencia incurriendo injustamente en su proceso de vida”.
La Procuraduría hizo mal su trabajo lo que les ocasionó un daño moral, relató, afectando su honor y su propia imagen en su comunidad “sirva este acto de disculpa pública como parte de reparación del daño”.