La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) anunció que dio por finalizada la comisión de Roemer Slomianski como titular de la Representación Permanente de México ante Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “por no haber informado diligentemente y con acuciosidad del contexto en el que ocurrió el proceso de votación; por informar a representantes de otros gobiernos distintos al de México del sentido de su voto y por hacer públicos documentos y correspondencia oficiales sujetos al sigilo que le obliga la Ley del Servicio Exterior Mexicano”.
De acuerdo con la información difundida por la SRE, Andrés Roemer habría incurrido en la violación a las obligaciones establecidas por los artículos 41, 42 y 43 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano.
La Secretaria Ruiz Massieu solicitó al Órgano Interno de Control una investigación detallada para esclarecer y deslindar las responsabilidades de los funcionarios que intervinieron en este tema, específicamente en lo que toca a las instrucciones que se giraron desde México a su Representación ante la UNESCO sobre el sentido del voto.
Asimismo, la SRE anunció un cambio en el voto de México sobre la preservación del patrimonio cultural en Jerusalén Oriental.
“El cambio del voto reitera el reconocimiento que el Gobierno de México otorga al vínculo innegable del pueblo judío con el patrimonio cultural ubicado en Jerusalén Oriental. Asimismo, refleja el enorme aprecio que este gobierno tiene por la comunidad judía y en particular por sus significativas contribuciones al bienestar y al desarrollo económico, social y cultural de México”, explica Relaciones Exteriores en un comunicado.
Pese a la indignación, UNESCO adopta controvertida resolución sobre Jerusalén
Pese a la indignación israelí, la Unesco adoptó formalmente una resolución sobre Jerusalén oriental promovida por países árabes en nombre de la protección del patrimonio cultural palestino que, según Israel, niega el vínculo milenario entre los judíos y la ciudad.
El texto, propuesto por Argelia, Egipto, Líbano, Marruecos, Omán, Catar y Sudán fue examinado por los 58 miembros del Consejo ejecutivo de la organización para la educación, la ciencia y la cultura de la ONU, en su sede de París.
Su adopción, el jueves pasado, en una primera votación en comisión (24 votos a favor, seis en contra, 28 abstenciones) suscitó indignación en Israel: su gobierno anunció de inmediato la suspensión de su cooperación con la Unesco, en señal de protesta.
Hoy, ninguno de los Estados miembros del Consejo, reunidos en asamblea plenaria, pidió la reapertura del debate y el texto fue confirmado sin necesidad de nueva votación, explicó un portavoz de la Unesco.
Los palestinos se congratularon por este resultado. “La resolución recuerda a Israel que es la potencia ocupante en Jerusalén este y le pide que cese los abusos”, declaró a la prensa el embajador adjunto palestino en la Unesco, Munir Anastas.
“No es un buen lugar para resolver los problemas entre países o pueblos” replicó el embajador de Israel en la Unesco, Carmel Shama Cohen, y opinó que esta organización debería más bien servir para construir “puentes” entre palestinos e israelíes.
Cuestión de alta sensibilidad
Jerusalén este es la parte palestina de la ciudad ocupada desde 1967 por Israel, y anexionada posteriormente, y que los palestinos quieren que sea la capital de su futuro Estado.
La ONU considera ilegal esta anexión de Jerusalén este, que alberga la vieja ciudad y sus murallas, sitio inscrito en la lista del patrimonio mundial de laUnesco.
Es ahí, en pleno corazón del conflicto israelo-palestino, donde se halla la ultrasensible Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, pero también lugar más sagrado para los judíos, al que llaman Monte del Templo.
En virtud de una herencia histórica, Jordania sigue administrando la explanada, pero Israel controla sus accesos.
Aunque la resolución “afirma la importancia de la ciudad vieja de Jerusalén para las tres religiones monoteístas”, la clase política israelí quedó unánimemente ofuscada por las fórmulas usadas en el texto.
Éste, en efecto, no se refiere nunca a la explanada bajo la denominación Monte del Templo, y designa en primer lugar por su nombre árabe (Al buraq) el atrio del Muro de los Lamentos, poniendo “muro de los Lamentos” entre comillas.
Para los responsables políticos israelies, esta terminología equivale a negar el vínculo entre los judíos y el Monte del Templo.
“Decir que Israel no tiene relación con el Monte del Templo y el Kote (muro de los Lamentos) es como decir que los chinos no tienen relación con la (gran) Muralla China”, había denunciado el primer ministro Benjamin Netanyahu la semana pasada.
¿Amenaza de muerte?
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, había expresado por su lado reservas ante la resolución: “el patrimonio de Jerusalén es indivisible, y cada una de sus comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y de su vínculo con la ciudad”.
Tras este comunicado, Bokova habría sido amenazada de muerte, afirmó el lunes el embajador israelí ante la Unesco, algo que los servicios de la directora general no confirmaron ni desmintieron.
El conflicto israelo-palestino suele trasladarse a menudo en torno a la Unesco. Cuando Palestina fue admitida en la misma, en octubre de 2011, Israel y Estados Unidos dejaron de pagar su contribución financiera al organismo.