Para Sunita, el matrimonio comenzó como siempre lo
había soñado, en un salón suntuoso en la región del Punjab, en India, con
cientos de invitados y un hermoso vestido rojo. Su nuevo esposo permaneció con
ella durante un mes en India y después él regresó a su hogar en Reino Unido.
Sunita esperaba que él volviera y la llevara a vivir
con él. Pasó casi un año y él decía por teléfono que “después”. Nunca llegó.
Es común en India, y en algunos países en el sur de
Asia, que la familia de la novia le entregue al futuro esposo cierta cantidad
de dinero, pactada por los involucrados. El drama es que los novios que viven
en el extranjero –de raíces asiáticas– arreglan la boda, reciben el dinero, y
se desaparecen. Para las mujeres, su vida queda arruinada por el estigma del abandono.
A algunas de estas recién casadas se las llevan a
Reino Unido para disfrazar el fraude, un tiempo más adelante, bajo el engaño de
unas vacaciones, las regresan a India, donde se les retira su pasaporte.
“Mujeres desechables” se les llama a las mujeres
abandonadas en una investigación de la Universidad de Lincoln, Inglaterra, que
señala que los “maridos” se llevan miles de dólares de las familias de sus
nuevas esposas, para luego abandonarlas, o dejarlas en casa de su padres para
que las usen como esclavas domésticas: negocio redondo.
Pragna Patel, directora del grupo activista Southall
Black Sisters, participa con los académicos en el estudio y considera que los
resultados de la investigación podría ofrecer algún tipo de justicia para las
víctimas, que de momento no tienen nada.
El grupo afirma que las partes constituyentes del
abandono, como el soborno, fraude, abuso emocional, abuso financiero, conducta
controladora y servidumbre doméstica pueden ser procesadas bajo las leyes
existentes, pero que pocos, o quizá ninguno de los “esposos” enfrentan
consecuencias de sus actos criminales.
Los investigadores apuntan que este problema también
existe en Pakistán y Bangladesh, ambos países donde son comunes los matrimonios
con personas que viven en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, y otras naciones
a donde migran los asiáticos.
El estudio recomienda que las autoridades
británicas reconozcan el abandono como una forma de violencia doméstica y
ofrezcan protección a las mujeres “desechadas” por hombres británicos, incluso
si nunca han viajado a Reino Unido. Esta situación ilustra con dolorosa
claridad lo que es la esclavitud moderna, ni más ni menos.