Lucy, la Australopithecus afarensis, cuyo hallazgo en Etiopía en los años 70 revolucionó el estudio
de la evolución humana, probablemente
murió como consecuencia de las fracturas que sufrió al caerse de un árbol, de
acuerdo al trabajo que ha analizado a profundidad sus huesos, y que esta
semana publica la revista Nature.
“Hemos sido los primeros en proponer una causa
para explicar la muerte de Lucy”, asegura John Kappelman, paleoantropólogo de la Universidad de Texas,
en Estados Unidos, y autor principal del estudio.
El hallazgo de Lucy, bautizada con ese nombre porque en el campamento de
los investigadores que la encontraron, en Adís Abeba, sonaba repetidamente la
canción Lucy in the Sky with Diamonds,
de los Beatles, marcó un hito para paleontología mundial, al grado de
considerarla “la madre de la Humanidad”. Hoy sigue siendo el ancestro humano más
famoso.
Se sabe que Lucy era una hembra de apenas 1.10 metros de altura, con una mezcla de rasgos humanos
modernos y características de chimpancés, y un cerebro minúsculo. Las
extremidades y su pelvis indicaban que era bípeda, que caminaba erguida pero
que también era hábil para trepar por los árboles.
La edad que tenía Lucy cuando falleció ha sido objeto de debate entre
los científicos, que han propuesto un rango que oscila entre 12 y 20 años; “sus
dientes no muestran mucho desgaste, así que es probable que se tratara de un
adulto joven, calculamos que debía tener unos 15 años cuando murió”, detalla
Kappelman. “
El esqueleto de Lucy, del que se halló 40 por ciento, ha sido estudiado
con dedicación y esmero por años; Kappelman examinó los fósiles en 2008, cuando
fueron trasladados de Etiopía a Estados Unidos para ser exhibidos. Los huesos pasaron
entonces por un sofisticado escáner de rayos X, diseñado para trabajar con
materiales duros y con el que se consigue una resolución mayor que en las
pruebas médicas. Elaboraron un archivo digital con las piezas escaneadas.
Kappelman se dio cuenta de que el húmero de la extremidad derecha de
Lucy presentaba una factura rara en los fósiles. Consultó con un cirujano
ortopédico, imprimieron en 3D el esqueleto de Lucy y confirmaron que la herida
era compatible con una fractura causada al caer de una altura considerable, y
detectaron además fracturas menos graves en el hombro izquierdo y en otras
zonas del esqueleto, como la rodilla izquierda y la pelvis. Elementos que
hacían más verosímil el accidente: la caída desde una altura de 14 metros, en
una estimación conservadora, que es en la que los chimpancés suelen colocar sus
nidos.