Fue en 2007, cuando dos grandes amigos, Jesse Avshalomov y Evan Hamilton se reunieron para beber una cerveza en algún lugar al sur de California, Estados Unidos: “Es un día para que los amantes de la cerveza de todas partes hagan un brindis por nuestros cerveceros y para regocijarse en la grandeza de esta bebida”, fue la frase con la que ambos proclamaron la oficialización del Día Mundial de la Cerveza.

El origen de la cerveza es muy antiguo, el primer registro se tiene de hace 9 mil años, con la civilización Sumeria, en el Oriente Medio, en lo que ahora se conoce como Irak. Con el tiempo migró y se fue mejorando en cada nueva región a la que llegó, hasta perfeccionar su sabor y calidad como la conocemos ahora,con sus cuatro ingredientes esenciales: agua, lúpulo, malta y levadura, mismos que le dan un sabor único, su textura y cuerpo.

En México, la tradición se remonta 500 años atrás, cuando el rey Carlos V permitió su elaboración en el país, aunque su producción no duró muchos años y era traída en barcos desde España y diversas partes de Europa. Muchos años después, la infraestructura del país posibilitó y diversas marcas comenzaron a producirla.

México, ubicado en el sexto lugar en el mundo en producción de cerveza y el primero en exportaciones, se sumó al festejo del Día Mundial apenas en 2015. La producción y comercialización de dicho líquido fermentado, genera 50 mil empleos directos y 2.5 millones de empleos indirectos en el país, en el que marcas reconocidas internacionalmente y de gran tradición nacional, como es el caso de la cervecera Corona, con 90 años de existencia, llevan la bebida a cientos de países.

Los jóvenes que dieron su Día a la cerveza, mantienen una serie de recomendaciones para celebrar este día, algunas de ellas son: invitar a los amigos a la casa o salir a algún bar con ellos, regalar una cerveza a un ser querido, probar cervezas de otras culturas, entre otras.