Aletas de tiburones pueden
verse a unos metros de las costas de Los Ángeles, los enormes peces se pasean por las
aguas cercanas a las playas californianas, lo que ha provocado el aumento de
accidentados encuentros entre tiburones y humanos, como la nadadora que resultó
gravemente herida a finales del pasado mayo.
Pero no sólo incrementó la
visibilidad de los tiburones, desde la playa Malibu, en el norte de California,
fueron detectados delfines azules y también se multiplicó por cuatro el número
de ballenas que pasan por la zona.
“Yo nunca había escuchado
hablar de delfines azules en el norte de California”, explicó Elliott
Hazen, de la Agencia estadounidense oceánica y atmosférica (NOAA).
El fenómeno ocurre en parte, por
otro conocido como El Niño, que produce el esparcimiento de aguas cálidas a
lo largo de las costas de Perú y Ecuador, y provoca el incremento de la
temperatura de las corrientes que van hacia el norte del Pacífico.
Chris Lowe, del laboratorio de
tiburones de la universidad de California en Long Beach, aseguró que “El
Niño ha modificado las rutas de migración de los tiburones blancos bebés”,
explicó que las crías permanecen frente a California, en lugar de emigrar hacia
México, porque encuentran presas a elección: delfines, lobos de mar, cangrejos,
entre otros.
Múltiples playas han sido
cerradas y el servicio de salvavidas monitorea con drones, el paso de los
grandes peces en las zonas afectadas que han sido punto de visita para los curiosos
y amantes de la naturaleza.
“La industria de los
avistamientos de ballenas está en pleno boom”, al igual que las
excursiones para la pesca del marlin (pez aguja), dijo Hazen.
El servicio de salvavidas usa
ahora drones para controlar el pasaje de estos enormes peces de acerados
dientes cuya presencia provocó varios cierres de playas en la región, aunque
también la afluencia de numerosos turistas y amantes de la naturaleza.