Son videos subidos a las redes sociales,
principalmente a “youtube”, de ahí su nombre, que promueven libros de
autoayuda, ciencia ficción, autobiográficos e incluso de poesía. Cada
“youtuber” tiene su perfil, personalidad y público, pero todos tienen
capacidad de reunir masas y las editoriales los buscan para llegar a un público
nuevo. Durante la pasada edición de la Feria del Libro de Bogotá, marcaron tendencia, pues se trata de personas que tienen una creatividad enorme y son
unos salvajes para generar contenido”, explica a AFP, Andrea Loeber, editora del
área infantil y juvenil del Grupo Planeta.
“Ahora, los autores de libros también
buscan lo digital. Ellos, al revés, parten de Internet y vienen con un público
cautivo”, agrega.
Pero no todos apoyan la incursión de estos
líderes de redes sociales en el mundo editorial.
Los “youtubers” ya se habían
asomado a la pasada edición de la Filbo, en 2015, pero este año agotaron las
entradas en minutos el día en que el chileno Germán Garmendia, con más de 27
millones de seguidores, firmó unos 4 000 ejemplares de su libro “Cara de
perro”.
Unos días después, el periodista Juan Pablo
Calvás se preguntaba en una columna en el diario El Tiempo: “¿Qué le
depara al mundo de la literatura cuando las nuevas celebridades de las letras
nada tienen que ver con ese mundo?”.
“Los jóvenes somos de libre expresión.
Nos ponemos la ropa que queremos pero eso no impide que seamos buenos
estudiantes”, dice Jesús Daniel Sierra, de 17 años, con gafas de cristal
amarillo y gorra hacia atrás.
“Apasionado de la lectura”, acaba
de leer “El túnel” de Ernesto Sábato y “Vivir para
contarla” de Gabriel García Márquez, Sierra quiere estudiar medicina y
viajó desde Cartagena (norte) con una docena de compañeros del colegio para
asistir al encuentro de “youtubers”.
Con un público de entre 13 y 24 años,
“son líderes de opinión de los millenials, una audiencia que nació con
internet en sus manos”, afirma Lina Cáceres, manager de los
“youtubers” más influyentes de Colombia, México, Perú y Argentina.
“Me sorprende esa conexión que tienen
con su audiencia (…) Están 24/7 conectados, apoyándolos, sintiéndolos”,
agrega.
Para el antropólogo de la Universidad
Nacional de Colombia, Fabián Sanabria, el éxito de estos jóvenes responde a que
sus seguidores “tienen necesidad de estar en contacto con lo
cotidiano”, a través también de relatos “banales”.
“El dilema cartesiano de hoy es
‘Google, luego existo’. Los que creen que el conocimiento se mantiene van a
quedar anquilosados en el pasado”, sostiene. En este contexto “cada
vez más inmediato (…) nadie es bueno, correcto o justo. Hay relatos y cada
‘youtuber’ tiene el suyo”, explica.
Es precisamente esta autenticidad lo que
buscan fans y editores. “Nacen en una comunidad en la que se complementan
porque cada uno es tan único que nunca llegan a hacerse competencia”, dice
Cáceres.
La mayoría vienen del
canal de videos “Youtube”, pero usan todas las redes sociales y se adaptan a las nuevas
herramientas digitales. La naturaleza de su medio les hace también pensar en
alternativas a futuro: “Todos, sin excepción, saben que esto no es para siempre, concluye Loeber.